#17 El queso fresco, en principio, sí lleva lactosa porque al fin y al cabo es un coagulado. Pero los quesos curados, al estar fermentados, también degradan la lactosa y muchos son aptos para intolerantes.
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#21 El kéfir es un tipo de yogur que además del fermento lleva una levadura. Ocurre lo mismo: toda la lactosa se degrada a ácido láctico, así que en principio también serían productos aptos para intolerantes. Ante la duda: consultar la etiqueta del producto: si no lleva leche en polvo, ni nata, ni lactosa añadida, es apto.