La verdad es que no logro entender a este periodista, que va de buenecito por la vida y luego acusa a un ciudadano que lo único que ha hecho ha sido asistir a una manifestación en silla de ruedas con su familia. Además que él dijo que no era una víctima del terrorismo, símplemente que no podía estar mucho tiempo de pie.
Es increible hasta donde llegan los periodistas por quedar bien con los dirigentes de un partido político u otro.
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Desde luego estamos en un país de pandereta. o creo que me voy a ir a vivir a una República Bananera que seguro que son más serios que nosotros.
Pero cómo se puede llevar a casa a un energúmeno que celebra con champán la muerte de gente inocente y que decide no comer para que le saquen de la carcel!!!
El Gobierno está negocionado y cada día lo demuestra más, pero es que ésto ya es el colmo.... donde vamos a llegar a parar.... ains!!