Eso sirvió para la 1ª Gran Depresión pero no para la 2ª:
http://crisiscapitalista.blogspot.com/2008/10/1929-vs-2008-semejanzas-y-diferencias_26.html:
EEUU entró en guerra cuando ésta ya estaba muy avanzada, en diciembre de 1941. Su única actuación antes de la intervención directa fue un negocio que resultó muy rentable: la venta de material bélico a los países «aliados» -que se hacía de forma abierta y en nombre de la lucha contra el fascismo- y también a los países del «eje», a través de estados neutrales o de los monopolios norteamericanos instalados en el extranjero. De hecho, gracias a los beneficios que obtuvieron en la contienda mundial, los EEUU superaron una grave crisis económica (más de nueve millones de parados y un potencial productivo subutilizado)
En ningún momento de su historia los Estados Unidos habían registrado un crecimiento tan gigantesco de su producción. Se crearon industrias de armamento y aumentó vertiginosamente la actividad de los astilleros y la industria de la aviación, los cuales representaban el 42% de la producción nacional durante los tres últimos años de la guerra. Para recaudar los fondos necesarios para este nuevo arranque económico se aumentaron drásticamente los impuestos y se emitieron bonos de Estado. La industria duplicó su producción entre 1939 y 1945, constituyendo los materiales de guerra el 66% del total industrial en 1943.
Hoy día todo esto ya no es posible. La mayoría de los componentes del sofisticado material de guerra, como todo lo demás, se producen fuera de sus fronteras. La "industria de guerra" la constituyen opacas empresas de servicios y subcontratación como Kellogg Brown & Root (KBR), la espabilada filial de Halliburton.
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Eso sirvió para la 1ª Gran Depresión pero no para la 2ª:
http://crisiscapitalista.blogspot.com/2008/10/1929-vs-2008-semejanzas-y-diferencias_26.html:
EEUU entró en guerra cuando ésta ya estaba muy avanzada, en diciembre de 1941. Su única actuación antes de la intervención directa fue un negocio que resultó muy rentable: la venta de material bélico a los países «aliados» -que se hacía de forma abierta y en nombre de la lucha contra el fascismo- y también a los países del «eje», a través de estados neutrales o de los monopolios norteamericanos instalados en el extranjero. De hecho, gracias a los beneficios que obtuvieron en la contienda mundial, los EEUU superaron una grave crisis económica (más de nueve millones de parados y un potencial productivo subutilizado)
En ningún momento de su historia los Estados Unidos habían registrado un crecimiento tan gigantesco de su producción. Se crearon industrias de armamento y aumentó vertiginosamente la actividad de los astilleros y la industria de la aviación, los cuales representaban el 42% de la producción nacional durante los tres últimos años de la guerra. Para recaudar los fondos necesarios para este nuevo arranque económico se aumentaron drásticamente los impuestos y se emitieron bonos de Estado. La industria duplicó su producción entre 1939 y 1945, constituyendo los materiales de guerra el 66% del total industrial en 1943.
Hoy día todo esto ya no es posible. La mayoría de los componentes del sofisticado material de guerra, como todo lo demás, se producen fuera de sus fronteras. La "industria de guerra" la constituyen opacas empresas de servicios y subcontratación como Kellogg Brown & Root (KBR), la espabilada filial de Halliburton.