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¿Puede Soraya Sáenz de Santamaría tener asegurado el 60 por ciento del voto de los compromisarios del congreso del PP, con quince puntos de ventaja sobre Pablo Casado, y éste, al tiempo, cosechar el apoyo del 65 por ciento de esos mismos delegados? La respuesta es no, pero los equipos de ambos candidatos insisten en que les salen las cuentas y que la suya es la apuesta ganadora. La guerra de cifras se ha impuesto en la carrera por el liderazgo del primer partido del país en votos y los de Casado se revuelven ante la acusación que les hizo la ex
VOTEMOS A CASADO. Votemos a un hortera que necesita tejemanejes para sacarse una carrera fácil. Votemos a un pijo de mierda que a pesar de tener un cargo que depende casi exclusivamente de su imagen púbica llama subnormal a alguien que no le ha hecho nada a la que se calienta un poquito hablando de un asunto que ni le va ni le viene. Votemos al pulseritas que no ve a tres palmos de su nariz y tiene una concepción de España y del mundo encuñada en 1940-y-pico. ¿Ha salido ya a rajar contra los masones? Lo haría si supiera quienes son pero su lectura no pasa de los reviews de gin-tonics y algun pamfleto corto de la FAES. Suerte que el PP le ha puesto allí para estamparse en las elecciones y preparar la resurrección de alianza popular. Que si no me asustaría la idea de que semejante individuo pudiera llegar a presidente.