El problema de las huelgas es que a cada cual, individualmente, le conviene no secundarla.
Si la huelga tiene éxito y los trabajadores consiguen sus reivindicaciones, también las consiguen quienes no la han hecho. Si es un fracaso, todos los trabajadores se ven perjudicados. La única diferencia son los 50 euros que pierden ese día quienes deciden secundar la huelga.
Que una huelga sea un éxito, dada esta circunstancia, es muy difícil. Hace falta que los trabajadores en general sientan empatía y solidaridad hacia sus compañeros y crean que muchos pocos [que hagan huelga] hacen un mucho. Y esos son valores que hoy día escasean.
Espero sorprenderme mañana. (¿frase contradictoria?)
El problema de las huelgas es que a cada cual, individualmente, le conviene no secundarla.
Si la huelga tiene éxito y los trabajadores consiguen sus reivindicaciones, también las consiguen quienes no la han hecho. Si es un fracaso, todos los trabajadores se ven perjudicados. La única diferencia son los 50 euros que pierden ese día quienes deciden secundar la huelga.
Que una huelga sea un éxito, dada esta circunstancia, es muy difícil. Hace falta que los trabajadores en general sientan empatía y solidaridad hacia sus compañeros y crean que muchos pocos [que hagan huelga] hacen un mucho. Y esos son valores que hoy día escasean.
Espero sorprenderme mañana. (¿frase contradictoria?)