#43 Es que los cabrones otra cosa no, pero sabían mucho de lo "badass" o "malote" que es ser parco en palabras. Lo propio habría sido un epitafio largo lleno de alabanzas.
De la misma forma que antes del combate se acercaban en silencio para acojonar, inventaron dos mil y pico años antes las frases lapidarias del estilo "Sayonara beibi" o "Yipi Ka Yei Hijoputa".
Por cierto que mi epitafio favorito y que me sigue dando escalofríos es el de Esquilo, el gran dramaturgo, que murió en Sicilia y en su lápida no quiso que se recordase nada de sus logros literarios sino simplemente militares. Se ve que hasta un ateniense como él también sabía soltarlas:
Aquí yace Esquilo, hijo de Euforión, ateniense,
muerto en Gela, rica en mieses.
Pueden hablar de su valor, por haberlo conocido,
el medo de espesas melenas
y los bosques sagrados de Maratón.
No es la traducción "oficial" pero es la que me sé de memoria desde hace años y la más sonora.
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#42 Hermoso ejemplo, no lo conocía. Qué fenómenos, esta gente hubiese estado perfectamente preparada para la llegada de los SMS y Twitter