El amor en la oficina tiene un precio en las altas esferas del mundo corporativo, un coste que va más allá de lo personal y se mide en pérdida de empleo, millones de dólares y prestigio. El reciente despido de Laurent Freixé, consejero delegado de Nestlé, ha vuelto a poner de manifiesto cómo las grandes multinacionales como BlackRock, Intel, McDonald’s —o el reciente caso del CEO de Astronomer, Andy Byron— ejercen un estricto control sobre las vidas privadas de sus ejecutivos, especialmente cuando hay una relación oculta con un subordinado.
|
etiquetas: romance , oficina
Que lo ponen? Sí, que la peña lo firma, también… pero de ahí a que sea una cláusula legal…
Hasta donde yo entiendo no es obligatorio notificarlo en España, pero si hay una relación con otro empleado que potencialmente puede avisar favoritismos o conflictos de intereses, la buena fé en las relaciones laborales, hasta cierto punto, obliga a informar.
En pincipio la empresa no puede husmear en eso, a menos de que haya algún tipo de problema.
Y tengo varias anécdotas sobre por qué está norma es necesaria, pero solo voy a resumir una: Un cargo intermedio de echo como amante a una subordinada, afectando a su juicio profesional hasta tal punto que todos los empleados de su departamento cuestionamos si autoridad y juicio profesional y afectó no solo al trabajo de nuestro departamento sino de todas la gerencia.
Hasta donde yo sé, aquí lo que muchas empresas te piden es que se informe a RRHH, algo que entiendo ilegal también
Algún abogado por ahí?…