La polémica sobre las actualizaciones de Windows 11 que supuestamente “destrozaban” a algunos SSD ya tiene una explicación. Tras semanas de incertidumbre y pruebas fallidas, Phison ha descubierto que el verdadero culpable no era un problema de Windows 11 en sí mismo, sino un error con el uso de un firmware BETA preliminar en los modelos SSD afectados. Por ello, los SSD de venta al público no corren peligro, y los usuarios pueden respirar tranquilos en su PC.
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Por una vez y sin que sirva de precedente no fue culpa de windows.