Artículos
84 meneos
1870 clics

¡Meneantes a las armas! Hay que salvaguardar la calidad de este sitio

Menéame es un "oasis" en el ciberespacio hispanohablante que destaca por unos contenidos de nivel periodístico e informativo de calidad, por unos usuarios que se caracterizan, generalmente, por unas formas correctas, una ortografía como mínimo aceptable y un nivel argumentativo.

Pues hay quienes están empeñados en arrebatárnoslo, convertir esto en un guirigay de bulos, desinformaciones y medias verdades, en una suerte de forocoches en el que los descalificativos, los "ad hominems" y los ataques personales estén normalizados, en un "lloradero" al que vienen todos los racistas, misóginos e islámofobos a lamentarse con llantos infantiles de que no nos dé la gana comprar su bazofia ideológica y en un vómito de chistes sin gracia repetidos hasta la saciedad que no son más que excusas para escupir odio. Todo ello, amparado en una interpretación de lo más estrafalaria del concepto "libertad de expresión", que les otorgaría el supuesto derecho de dar altavoz a sus simplezas cargadas de prejuicios.

Ya está bien, al igual que si voy a una universidad espero unos contenidos de calidad, si entro en Menéame lo mismo, no bulos, chorradas, medias verdades, "chistes" repetidos hasta la náusea y que no pretenden hacer gracia, en un mar de lágrimas de fachas. Por este motivo, convoco a todos los meneantes que deseen que este sitio siga siendo un referente a tomar las armas y actuar contra llorones, buleros, sembradores de odio disfrazados de graciosetes y todo aquel que se crea que Menéame es el único campo de la vida en el que te puedes comportar como te salga de huevos.

Propongo el siguiente decálogo:

  1. Mensaje llorando con que tiene medio de decir lo que piensa => negativo por cobarde
  2. Mensaje llorando por un strike que recibió => negativo por llorón
  3. Mensaje quejándose de la supuesta censura esa => negativo por inconsecuente que sigue aquí
  4. Mensaje exigiendo fuentes como un poseso sobre datos que están al alcance de un click => negativo por tocapelotas y se le manda a Google con la mayor displicencia posible
  5. Mensaje tratando de desviar el tema a gilipolleces semánticas del tipo de si son zombis/infectados, migrantes/inmigrantes: negativo por salirse del tema
  6. Cadena de mensajes entre dos comiéndose los calipos y llorando por las características de Menéame => negativo por embarrar los hilos y por los mismos motivos que los puntos dos y el tres.
  7. Mensaje metiéndose con colectivos étnicos, religiosos, sociales... Enteros => negativo por discurso de odio
  8. Mensaje repleto de falacias argumentativas => negativo por liante
  9. Mensaje preguntando obviedades con el fin de sembrar dudas que no son razonables => negativo por enmierdar
  10. Mensaje atacando personalmente a otro usuario => negativo por faltón

Sobre esto último, una cosa es decir "tu actitud es patética", (aceptable) y otra es "tú eres patético", (inaceptable por ser un ataque personal).

Convoco a todos los que quieran mantener un Menéame limpio, veraz, de calidad informativa, donde impere la cordialidad entre los usuarios y cuando toque agarrarse a discutir, que sea desde el respeto y con la motivación de encontrar acuerdo, resolver dudas y buscar la verdad. Por un Menéame con un humor original, novedoso, con chistes que van variando y que no partan del resentimiento, por un Menéame que quién no esté a gusto en él, coja la puerta y se marche discretamente, que no estamos aquí para aguantarle a nadie lo que le salga de las bolas.

47 37 27 K 87
47 37 27 K 87
28 meneos
1026 clics

Argentina: el socialismo neoliberal

Cuando uno oye hablar de la situación de Argentina (y Sudamérica en general), seguramente piense que es culpa del socialismo y de la perversa izquierda. Los medios de comunicación han dejado caer ese argumento a traves de noticias tergiversadas y tertulianos con mas voz que razón, seguramente puestos ahí a proposito para difundir está imagen tergiversada.

Cuando uno se pone a analizar realmente que llevó al famoso "Corralito" argentino, se da cuenta de que no fue el socialismo ni la izquierda perversa lo que acabó con el país en esa situación. Y es que tras la reciente muerte de Carlos Menem, presidente argentino desde 1989 hasta 1999, medios poco sospechosos de ser comunistas como "El Mundo", publicaban artículos repasando su vida política como este:

"Carlos Menem, el neoliberal populista que transformó Argentina

Con la muerte de Carlos Menem, Argentina despide a un hombre que la gobernó por diez años y medio, un político carismático e inescrupuloso que llevó a sus compatriotas a la ilusión de que un peso valía lo mismo que un dólar. Un peronista metamorfoseado en neoliberal populista que modernizó infraestructuras clave del país, pero que también gobernó en un ambiente de densa corrupción, sospechas y oscuras historias aún no resueltas. Un presidente que liberó de la cárcel a miembros de la dictadura militar y de los grupos guerrilleros de los años 70. Un hombre que dejó una profunda huella cultural entre sus compatriotas"

Vaya, vaya, resulta que de socialista tenía poco. O más bien, era un socialista moderno, de esos de socializar perdidas y privatizar beneficios, la más pura descripción de neoliberal.

Si ya Argentina venia de una dictadura militar (1976 - 1983) donde se aplicarían politicas neoliberales, este tipo de politicas siguió produciéndose durante la decada de los 90 con Carlos Menem, como se comenta en el siguiente artículo:

"Neoliberalismo y crisis: ¿una política que no sirve o una mala implementación?

Como es sabido, uno de los peores momentos por los que atravesó Argentina fue la conocida gran crisis del 2001. La causa que desató la ruptura del sistema financiero, producto de diversas variables, fueron las políticas neoliberales aplicadas en el país desde el año 1975 y profundizadas con Menem al poder durante 1989 y 1999. Durante su gobierno, realizó un contundente proceso de reformas de mercado, el cual le dio un giro totalmente distinto a la estructura económica y social del país. Se pasó de un Estado puramente intervencionista a otro neoliberal. Se privatizaron gran parte de las empresas, se desarrolló una política de reducción del gasto del Estado, se realizó apertura de los mercados, flexibilizó la economía, entre otras. Debido a una serie de eventos internacionales que impactaron de forma negativa en el sector financiero argentino, el gobierno tuvo que tomar medidas extremas como lo fueron el megacanje, el déficit cero, hasta el famoso corralito, conduciendo al país a una de sus peores crisis en el año 2001. (Hickey, 2007)

[...]

El modelo económico neoliberal en Argentina comenzó a ser puesto en práctica con el Golpe de Estado del 76, y luego profundizado a partir del 89 durante los mandatos de Carlos Menem. Este período se caracterizó por el endeudamiento externo, la valorización financiera y la concentración de la riqueza, que fueron producto de una serie de políticas impulsadas bajo la presión de los organismos financieros internacionales y de los EEUU, es decir el Consenso de Wahington (propuestas formuladas por académicos, economistas y funcionarios estadounidenses, como también de miembros del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, para los países en desarrollo que se veían afectados por la crisis)"

Vaya, esto suena a lo mismo que hicieron Felipe González y Aznar en España, y que sin las ayudas de Europa y el euro, quizás España estaría desde hace años en la misma situación que la Argentina del 2001.

Pero es que incluso el famoso Corralito, ni siquiera lo implemento un politico de izquierdas, sino que corrió a cargo de Fernando de la Rúa, politico también neoliberal del partido Unión Cívica Radical (UCR), un equivalente al nuevo PSOE en su versión socioliberal.

Y como ocurrió con Zapatero en España con la burbuja inmobiliaria creada por Aznar, la derecha neoliberal ya tenía excusa para cargarle el muerto a la "izquierda", que para eso sirve el tener un partido socioliberal, que se denomine de izquierdas en la oposición y en campaña, y que no haga politica de izquierdas en el gobierno, un win-win de la derecha conservadora-liberal: si no gobernamos, digo que gobierna la izquierda radical que en el fondo hace las mismas politicas que nosotros pero de manera light, así que nuestras cagadas se achacan a la izquierda. Si gobiernamos nosotros, decimos que la culpa es de como nos ha dejado la situación la izquierda radical socialcomunista que ha gobernado para que nuestras cagadas neoliberales parezca que son de la izquierda y que encima el sistema falla porque no nos dejan liberalizar y flexibilizar aún más el sistema.

No es que la izquierda sea perfecta, pero está claro que sin ser perfecta, los problemas que se le quieren endosar no son propios de la izquierda, pero así es como te crees que los males del mundo son de la perversa izquierda, desde Argentina hasta la Conchinchina. Porque izquierda socialdemocrata también fue la Suecia de Olof Palme y Tage Erlander durante los años 60, 70 y 80, pero esa no interesa poner de ejemplo, no sea que nos demos cuenta de que la izquierda si generó rizqueza (incluso para que las familias suecas de aquellos años viajaran a pasar el verano a las playas españolas, mientras los españoles que vivian un tiempo de extrema placidez como nos recordó Mayor Oreja, donde no podían ir ni a la vuelta de la esquina de vacaciones).

31 meneos
2056 clics

Uno de los problemas de España explicado por Karlos Arguiñano

En el programa de RTVE "Dos Parejas y un Destino", como anfitrión del programa dedicado al País Vasco donde Anne Igartiburu, Florentino Fernandez, Maria del Monte y Gonzalo Miró viajan a pasar unos dias en la tierra de Arguiñano y comer un dia con él, en un momento de la conversación Karlos describe perfectamente uno de los problemas de España con los centralistas y su visión de España del estilo de "Madrid es España dentro de España, que es Madrid si no es España". Describe el problema de fondo de la desunión entre diferentes territorios.

Aqui la transcripción de sus palabras:

"España es un mosaico de cocinas. España es alucine. Lo mismo que todo el mundo con las autonomías y la hostia. Los centralistas están hasta los huevos de todos nosotros, los que estamos por provincias. Quieren que seamos de Madrid, y todos no podemos ser de Madrid. Unos son andaluces, otros son vascos, otros son gallegos y otros tinerfeños, hostia. A ver si todo el mundo va a ir con la bandera de Madrid a todas partes, y yo no voy a llevar la verde y azul mía. ¿Entiendes? Dejáme a mi con lo mío que voy de puta madre.

¡No! ¡Que seas de lo mío!

¡Soy de lo mío, soy de lo mío!

Y ya está, joder, dejáme ser de lo mío. Al final quieren que pienses como ellos. Que yo no quiero pensar como tú ni quiero que pienses como yo."

Extracto del programa en tiempo 1h 10m 57s.

20 11 0 K 52
20 11 0 K 52
22 meneos
2124 clics
Generando imágenes mediante la inteligencia artificial VQ-Gan

Generando imágenes mediante la inteligencia artificial VQ-Gan

Me he decidido a escribir este artículo sobre inteligencia artificial inspirado en este otro donde @J.Kraken muestra resultados de la IA GTP-3, capaz de continuar o completar conversaciones o textos en lenguaje real a partir de un inicio.

La IA que voy a utilizar es diferente. Se llama VQGAN, y lo que es capaz de hacer es generar imágenes a partir de una sencilla descripción de texto. En este enlace Dot-CSV hace una muy buena explicación técnica de lo que hace y cómo lo hace. Y la ventaja importante de esta IA con la GTP-3 es que esta es accesible libremente, a través de Google Collab, donde todo el mundo puede usarla. Tan solo tienes que ir a este enlace e ir siguiendo las instrucciones, que no son más que correr cada uno de los módulos en orden, dando al botón de run y esperar hasta que se carguen, y cuando llegue al módulo de parámetros:

* meter en textos la descripción de la imagen que quieres, preferiblemente en inglés

* en alto y ancho las dimensiones de la imagen. Para la memoria que tiene asignada puede hasta 600 x 600

* en intervalo de imágenes se puede dejar el 50, es cada cuantas iteraciones muestra en pantalla la imagen que va obteniendo. La inicial, la primera, siempre es la imagen aleatoria que usa como partida

* en seed va la semilla aleatoria que usa para obtener la imagen de partida. -1 significa que cada vez que corre elige una al azar. Yo he usado 252525 en la mayoría. Si metes la misma que yo, con el mismo texto, deberías llegar al mismo resultado.

* en máx iteraciones se limita el número de repeticiones o mejoras sobre la imagen que va a realizar. Yo he usado 250. Prácticamente a partir de 150-200 ya la imagen está tan definida que apenas hay cambios. Incluso para valores más altos he notado pérdidas de calidad en los resultados.

Y ahora algunos de los ejemplos que he generado. La descripción del texto la pongo en español, aunque en la IA la he usado en inglés:

Pilotos de combate, celebrando la victoria

La primera imagen que he generado. No es demasiado buena, aunque se nota que más o menos pilla el concepto general. Recuerda que está completamente generada por un programa de redes neuronales, no hay ningún input humano.

Cerdito con un casco en la cabeza, fotorrealista

A las descripciones se les puede añadir palabras descriptivas que denoten el aspecto general que queremos obtener en la imagen. En esta imagen se nota claramente que la IA en realidad no comprende el concepto de lo que está dibujando. Aunque sabe dibujar un cerdo, con sus ojos, sus orejas, su hocico, no entiende la relación entre ellos ni por qué no pueden estar dibujados donde le dé la gana.

Árbol iluminado por los rayos de la tormenta, de noche, tenebroso, de aspecto de dibujos

Este y el siguiente son mis favoritos. Se nota claramente que cuando no tiene que dibujar rostros o conceptos con una posición espacial determinada y clara, lo hace mucho mejor.

El nombre de dios en llamas, sobre las nubes

Simplemente impresionante. 

Mi vieja casa de pueblo en un pueblo español

Quería ir a algo más complejo. Se nota que comprende el concepto, aunque no tiene claro ni lo que es una casa, ni un pueblo, ni España, en esta imagen plasma de forma desordenada todos los tópicos que debería tener una imagen de este estilo.

Un orgulloso jefe vikingo de pie sobre un montón de cráneos, realista

Aquí quería meter conceptos más abstractos, como orgulloso, y relaciones espaciales. El problema que tiene al dibujar rostros es enorme. Pero se nota que se esfuerza incluso con los conceptos más rebuscados y les encuentra una solución, aunque no sea la esperada. En este caso, los huesos forman un barco, ¿por qué no iban a hacerlo si los vikingos usan barcos?

El paso está cerrado, épico, legendario, mítico

Una descripción muy vaga para que interprete libremente. Parece el resultado de un sueño, aunque no es todo lo épico y legendario que quería.

Un camaleón rosa mirando las estrellas

Esta podría ser perfectamente una pintura hecha por un humano. Jugando con los colores.

Una sola Elfa con una guirnalda de flores en la cabeza

El problema que tiene con la distribución espacial de ojos, orejas, etc., se puede solucionar en parte dándole en parámetros una imagen de partida, que se sube a la izquierda de la pantalla, donde pone files. En este caso, he usado como inicio una foto de una niña sacada de internet. El resultado, pues bueno, sabe todo lo que tiene que tener una elfa, pero no tiene muy claro donde situarlo. Gracias a la imagen de partida, solo hay dos ojos en vez de ser una aberración de pesadilla.

Un tren antiguo saliendo de la estación, colorido, nuboso, alta calidad

Le he dicho que sea colorido y se lo ha tomado muy en serio.

Dos grandes pirámides azules y rojas bajo la aurora boreal

Otra vez el problema de la distribución espacial. A ver, es que si nadie le ha dicho que las auroras boreales deben estar por encima de las pirámides y no al revés, ¿cómo va a saberlo?

Y para terminar, como yo no soy el autor de estas imágenes, es más, estas imágenes NO TIENEN AUTOR, creo que no me equivoco al declarar que quedan directamente en el dominio público, de forma que cualquiera las puede usar libremente para todo lo que quiera.

27 meneos
1746 clics
Sobre la legimitidad de Felipe V y la guerra de sucesión española

Sobre la legimitidad de Felipe V y la guerra de sucesión española

En muchas ocasiones he visto en Menéame a varios usuarios (quizá catalanes o valencianos, territorios receptores de las iras de este rey) afirmar que Felipe V de Borbón no era el legítimo heredero de la corona española, dando a entender que se la arrebató con malas artes al aspirante austríaco (un Habsburgo, como Carlos II) y una terrible guerra civil, siendo la consecuencia que toda su estirpe, que como todos sabemos llega hasta nuestros días, habría carecido de legitimidad para ceñirse las coronas de todos los reinos que en aquel entonces conformaban la monarquía hispánica. Entiendo que en la coyuntura actual en la que la popularidad de la monarquía está, por decirlo de una manera muy suave, a la baja, se ha abierto la veda para hacer leña del árbol caído (o por caer) y tras décadas en las que en la prensa, la radio o la televisión (los únicos medios de comunicación hasta hace bien poco), nadie podía decir nada malo sobre la familia real, ahora observamos una gran proliferación de críticas hacia la monarquía, unas legítimas, otras cuestionables y otras directamente falsas.

Por este motivo, me gustaría proponeros echar un vistazo breve y enrevesado a la legitimidad de Felipe V como sucesor de la extinta rama española de los Habsburgo, en un viaje marcado por la endogamia, las deficiencias genéticas y la diplomacia europea de finales del siglo XVII y principios del XVIII para ver brevemente el grave problema sucesorio que se presentó durante final del reinado de Carlos II, cuáles fueron las soluciones propuestas a dicho problema y, como todos sabemos qué pasó al final, por qué la corona acabó en las sienes del pretendiente de la casa de Borbón y no en las del pretendiente de la casa de Habsburgo, y cuál de los dos hubiera sido el heredero legítimo si nos atenemos a las leyes que rigen la sucesión de los títulos nobiliarios, en este caso de índole real.

Nadie que hubiese tratado al rey Carlos II durante más de 5 minutos y estuviese en sus cabales podía creer seriamente que semejante esperpento fuera capaz de engendrar descendencia. El rey había pagado un alto precio por las tradiciones matrimoniales de la casa de Habsburgo y no precisamente en forma de una cola de cerdo: no consiguió andar hasta los 4 años ni hablar hasta los 10, padecía hidrocefalia, tenía ataques epilépticos relativamente frecuentes y, posiblemente, sufría el síndrome de Klinefelter, con las complicaciones reproductivas que esto implica. Ya de adulto le costaba mantenerse de pie tras unos minutos y, aunque al parecer tenía la mente en mucho mejor forma que el cuerpo, lo cual no es mucho decir, los embajadores y cortesanos lo describían como a un hombre que padecía un gran agotamiento general, un estado que no mejoraban precisamente las pócimas que le hacían tomar para tratar de aumentar su fertilidad. Obviamente, ninguna de sus dos esposas engendró descendencia alguna, si bien la última, Mariana de Neoburgo, fingió varios embarazos. Por lo demás, el viejo truco de usar a un, digamos, sustituto para embarazar a la reina era una misión imposible en una corte real de la época, en la que los reyes pasaban toda su vida en compañía de numerosas personas y jamás se quedaban solos, siendo imposible "consumar" la treta sin levantar la liebre. La diplomacia española no tuvo más remedio que ponerse en marcha para encontrar a un sucesor que heredase todos los títulos sin desestabilizar los delicados equilibrios de poder existentes en Europa y meter a toda Europa en una guerra (precisamente lo que acabó pasando), y que tuviese unos lazos de sangre con la familia que reinaba en el país desde hacía casi 200 años para legitimizar su reinado.

La cosa estaba difícil, puesto que no había descendencia que buscar entre los hombres de la familia: de los tres hijos legítimos de Felipe III que llegaron a adultos, uno fue cardenal sin hijos legítimos, otro murió muy joven y sin descendencia y del otro, Felipe IV, solo había sobrevivido Carlos II, así que no tuvieron más remedio que buscar entre las mujeres. Aquí es donde la cosa se enreda.

El mejor candidato que encontraron fue este mozalbete:

José Fernando de Baviera era un candidato ideal. Era el hijo primogénito del elector de Baviera y no estaba destinado a heredar un gran reino o imperio, puesto que en aquel momento Baviera no era más que un simple ducado del Sacro Imperio Romano, por lo que no se trastocaría el equilibrio de poder europeo aunque heredase tanto el ducado de su padre como los reinos hispánicos. Además, sus lazos con la familia real española eran fuertes por vía materna (aquí la cosa ya empieza a enrevesarse): su madre, María Antonia de Austria, era hija de la infanta Margarita Teresa (la niña de Las Meninas) y, además, su abuela materna (la de la madre) era la hija menor de Felipe III (María Ana de España) y su abuelo materno (también de la madre) era Felipe IV, el anterior monarca. Doble conexión directa por vía materna con los reyes de España. Demasiado bonito para ser cierto: el crío se murió en 1699, cuando Carlos II tenía ya un pie en la tumba, su madre ya había muerto sin dejar otros hijos vivos, así que se volvió al punto de partida.

Los siguientes en la línea de sucesión teórica eran... el rey de Francia (Luis XIV) y el archiduque de Austria (Leopoldo I), vástagos de sendas hijas de Felipe III de España. Además, los dos habían estado casados con sendas hijas de Felipe IV. Era un marrón muy gordo, al tratarse de dos de los monarcas más poderosos de la época, con medios más que suficientes como para imponer sus derechos dinásticos por la fuerza de las armas. Sin embargo, ambos sabían que nadie en Europa iba a aceptar una concentración de poder como la que había logrado Carlos I de España casi dos siglos antes (y de hecho los ingleses ya estaban con el cuchillo entre los dientes). Así que se buscaron y propusieron pretendientes entre los descendientes masculinos de estos monarcas que no estuvieran destinados a reinar al no ser hijos primogénitos de sus respectivos padres. Así, la misma persona no heredaría las coronas de España y Francia, o España y Austria, pero seguiría siendo un rey legítimo por sus ancestros entre los Habsburgo españoles, aunque fueran por vía materna en ambos casos. Así es como llegamos a los dos candidatos que librarían la guerra de sucesión española un par de años después: Felipe de Borbón, el duque de Anjou y Carlos de Habsburgo.

  1. En la corte austríaca, la cosa estaba relativamente fácil. Carlos de Habsburgo era el segundo de los hijos varones supervivientes del Archiduque de Austria (y emperador del Sacro Imperio) y, por tanto, bisnieto de Felipe III de España y, además, como ya hemos visto, su padre había estado casado con una hija de Felipe IV, la niña de Las Meninas, si bien Carlos no era su hijo de ella, sino de la segunda esposa del emperador, Claudia Felicidad del Tirol.
  2. La situación en la corte francesa era tenía un nivel más de complicación. El único hijo varón superviviente de la unión entre Luis XIV y María Teresa de Austria (hija de Felipe IV) era el Gran Delfín y heredero al trono francés, así que hubo que buscar entre sus hijos para evitar que la misma persona pudiera heredar las coronas de Francia y Austria. Por suerte, tenía tres hijos varones ya adolescentes, Luis (excluido al formar parte de la línea de sucesión directa del trono francés), Felipe y Carlos (este quedaría en reserva). Así pues, el candidato fue el segundo vástago del Gran Delfín, Felipe, duque de Anjou, que tenía una doble conexión dinástica con la familia real española: no solo era tataranieto de Felipe III, sino también bisnieto de Felipe IV y sobrino nieto de Carlos II. Es decir, sus lazos dinásticos eran más fuertes que los de su rival austríaco.

Esto ya me está quedando más largo y enrevesado de lo que yo inicialmente pensaba que iba a ser, así que no me voy a meter en las luchas de poder entre los dos bandos que se formaron en la corte de Madrid (a favor del candidato de la casa de Borbón o de la casa de Habsburgo), ni en el testamento de Carlos II ni en la guerra de sucesión que estalló después y que, básicamente, solo sirvió para debilitar (aún más) la para entonces endeble monarquía hispánica. Lo que sí me gustaría destacar tras toda esta parrafada es que Felipe de Anjou fue nombrado heredero en el testamento de Carlos II debido, entre otras razones, a que contaba con derechos dinásticos más fuertes que su rival austríaco, ya que tenía más ascendientes españoles que él. Él, su padre y sus hermanos eran herederos más legítimos a la corona española que el pretendiente austríaco, que terminó reinando en Austria como Carlos VI, irónicamente dando lugar a una crisis sucesoria y a una guerra de sucesión en Austria al morir sin herederos varones en 1740.

27 meneos
1236 clics

Extraños insaciables

Esta mañana he aplastado a una solitaria hormiga que se paseaba, coma negra sobre las baldosas blancas, por mi cocina. Un escrúpulo puntual me ha hecho dudar, pero ¿qué sentido tenía esta intrusa en el rectilíneo, puro, casi abstracto espacio de mi cocina? . Después del pequeño crimen he vuelto al sofá a dormitar con la ayuda cotidiana de un documental sobre las fascinantes vidas de la megafauna africana en el valle del Luangwa.

  Me intriga el efecto narcótico de estos programas. No es que me aburran, en absoluto. No es raro que alguno lo vea bien despierto, muy interesado. Por ejemplo, las interacciones de las manadas de leones son mucho más complejas de lo que pensaba; si estos animales no tienen la inteligencia individual de un humano sus relaciones sociales tienen una trama profunda, que los hace mucho mas próximos a nosotros: relaciones familiares, conflictos casi-políticos por los recursos , elaborada tácticas de caza donde el espacio y el tiempo son meticulosamente calculados, trayectorias vitales que transparentan rasgos de personalidad únicos de cada animal….

Sin embargo cuando la somnolencia llega me es muy fácil desenganchar la atención y dormir. Una razón es la ausencia de voz humana que te interpela. Por supuesto hay una locución en off, a menudo magnifica, que narra. Pero no nos llama, no nos intenta seducir, vender, convencer, solo narra. Realmente lo que cuenta me afecta tan poco por que esos seres como animales salvajes que son me son extraños.

 Nuestro modo de valorar a los animales están pervertidas por nuestra relación instrumental con los domésticos: Para nuestros abuelos eran riqueza con patas ( capital, caput, cabezas de ganado). Ahora son otros objetos de consumo: hace apenas unos días se publicó la noticia de que los españoles tienen ya más animales de compañía que niños.

El eje sobre el que gira la afición actual por las mascotas no es pragmático si no puramente afectivo. A la vez que las relaciones interhumanas son cada vez más quebradizas imprevisibles, mudables, el animal de compañia de mayor éxito, el perro, es un gadget que garantiza reconocimiento incondicional hasta la muerte, generalmente la suya. Puede ser el dueño un ser desagradable, difícil, insulso o mutilado física o emocionalmente, no importa. Un mínimo de cuidados es recompensado con afectividad y respeto fiel. Cubre un hueco en el orden de los afectos que ningún otro elemento de consumo puede soñar satisfacer.

Hasta ese punto los animales domésticos, familiares se han convertido en parte de nosotros, en seres en un lugar intermedio entre el ser humano y el animal libre, el salvaje.

Sin embargo este amor contemporáneo de las mascotas no define nuestra relación fundamental, de fondo con el mundo de los animales puros, los salvajes. Esta relación es básicamente la de incompatibilidad. Aunque compartimos espacio nuestros planos de existencia colisionan , como placas continentales, desde hace miles de años.

Hay una correlación férrea entre humanización del mundo y reducción de la masa de vida salvaje. En nuestro hogar, el espacio más íntimo no toleramos ni siquiera a pobre hormiga. Fuera, en las calles de las ciudades sobreviven sobre todo salvajes aéreos: palomas, murciélagos, gorriones, porque como somos animales terrestres nos vemos obligados cederles el cielo, no hay generosidad, nuevamente habitamos en dimensiones diferentes que se encuentran solo un puntos discretos: donde el ave se posa, y ello les salva.

  Si salimos a los campos modelados desde hace generaciones por la agricultura la talla de los animales salvajes puede crecer un poco: conejos, liebres , algún zorro, alguna serpiente, sapos y ranas en zonas húmedas. Aterrados ante el mínimo indicio de presencia humana, cazados con ferocidad, se esconden y se alimentan de las semillas perdidas de las cosechas, de las plantas silvestres de los linderos entre campo cultivado y erial.

Si el hombre está más ausente, la vegetación menos amenazada por el desbroce y el arado, el bosque casi nunca natural, pero al menos protector, aparecen animales de mayor porte, jabalíes, gamos, ciervos, incluso allí donde el humano ha abandonado viejas ocupaciones aparecen depredadores: linces, lobos, incluso osos.

Pero solo en lugares concretos de unos cientos de kilómetros cuadrados en todo el planeta hay restos del tipo de fauna propia de una tierra libre, en lugares de China, India y sobre todo en Africa quedan estos restos de megafauna, donde los hombres aún no han sido capaces de empequeñecer a sus competidores salvajes, de robarles el agua la comida y el espacio. 

En Europa ni siquiera los parques naturales del este (Polonia, Rumania) donde aún se encuentra alguna manada de bisontes mestizos son realmente lugares que estén directamente conectados con el antiguo continente no humanizado.

 Los uros, las manadas de caballos salvajes (no ferales), los verdaderos bisontes esteparios, los leones que aún habitaban los Balcanes en época de los griegos. Todos ellos son animales terrestres de tamaño que precisan ocupar extensiones de tierra que son incompatibles con el humano en un continente relativamente pequeño, desde hace muchos siglos. Europa no podrá volver a saber cómo era, olía, sentía cuando aún no éramos los dueños fatídicos de todo.  

Nuestra tolerancia con la fauna salvaje se mide por lo que les dejamos pues ocupar. Cuanto más humano es el lugar más achicamos , expulsamos, reducimos lo que es primigeniamente salvaje.

A veces me da por un bizarro ejercicio cuando me encuentro con un animal salvaje: mirenles a los ojos, a lo que parece que hay detrás. Hay en la mirada del animal salvaje más poderoso o inteligente, el tigre o un león, un elefante sentimientos claros, atención, curiosidad, hasta preocupación, tristeza y ternura, pero nada que pueda enfrentar la profundidad, el cálculo, el peligro de una mirada humana. Simplemente habitamos en otra dimensión , no somos del mismo mundo. Y si hacemos lo mismo con un perro doméstico veremos lo que hemos querido poner allí como especie, en el fondo de su mirada.

No es cierto , como se ha dicho que el humano sea esencialmente un animal más. Liberados a nuestras propias necesidades de supervivencia colectiva somos radicalmente extraños a un mundo natural puro. Nuestra relación con un ecosistema cualquiera es siempre disruptiva, lo abre y lo hace inestable, desestructurado, pierde su capacidad de autorregularse en nuestra presencia.

 Nuestra extraña , extraterrestre especie lamentablemente es demasiado poderosa, demasiado fuerte e inteligente para un planeta como la Tierra, para la capacidad de los seres no humanos para resistirnos o ponernos límites. 

Somos tan explotadores, tan aniquiladores de lo salvaje que nuestros problemas actuales se deben en parte a que depredamos ahora ecosistemas de aye , de un tiempo pasado, porque el calentamiento climático es consecuencia de nuestro consumo actual de los restos de seres vivos animales y plantas que habitaron la tierra hace millones de años. Hasta eso rapiñamos. Las consecuencias las estamos empezando a vivir, en estas generaciones, ahora, ya. 

No podemos esperar pues que la tierra nos salve mostrándonos una salida por sí misma, no tendremos esa suerte. Solo nosotros podemos hacer lo que es necesario, la única salvación para el planeta y nosotros mismos es asumir nuestra extemporaneidad, nuestra naturaleza artificiosa, peligrosa para nosotros y los demás, y hacer lo que la naturaleza puede hacer con otros animales pero no con nosotros: ponernos límite.  

No nos queda otra salida que convertirnos en algo muy diferente de lo que hemos sido desde nuestra aparición en la tierra, seres insaciables.

20 7 0 K 45
20 7 0 K 45
36 meneos
1210 clics

"El Yunque" y la 16ª Panzer Division

Supongo que es una casualidad, resulta que el símbolo de la ahora conocida organización católica ultraderechista de origen mejicano "El Yunque" es exactamente el mismo que la insignia divisionaria de la 16ª PanzerDivision de la Wehrmatch y similar a los de otras unidades del ejercito hitleriano, como la 6 y 8 Panzerdivs.

En estos enlaces se pueden ver las imagenes:

Imagen del simbolo del Yunque: es.wikipedia.org/wiki/Organización_Nacional_del_Yunque

16ª Panzerdiv : en.wikipedia.org/wiki/16th_Panzer_Division_(Wehrmacht)

8ª Panzerdiv: en.wikipedia.org/wiki/8th_Panzer_Division_(Wehrmacht)

En este ultimo enlace se presenta una imagen de lo que dicen que es la bandera de El Yunque. En este caso el parecido con la bandera del partido nazi NADSP es más que evidente:

www.losreplicantes.com/articulos/hazte-oir-el-yunque/

20 16 0 K 49
20 16 0 K 49
22 meneos
1230 clics

Encuesta: ¿Te has equivocado alguna vez?

Las discusiones rarísima vez se ganan porque es muy difícil que nos bajemos del burro. Y menos aún, si por lo intenso de la batalla el burro va al galope. Si te bajas de ese burro en marcha el que sale herido es tu ego.

Para mí ganar es que el otro te dé la razón. Y eso no pasa casi nunca. Porque siempre convertimos los debates en batallas, y no en medios para acercarnos a la verdad o aprender, que es lo que deberíamos hacer.

Si además la discusión es sobre algo como religión, política, o alguna otra creencia fundamental, olvidaos de convencer a nadie. Esto es debido a que si convencieses a esa persona, le quitarías la piedra angular de su edificio de creencias y este se desmoronaría. Y es probable que te odiara por ello aunque te diese la razón. Por eso el ego se protege haciendo lo que sea necesario, saltándose la logica si es necesario y autoengañandose. Y el autoengaño es el más difícil de ver de todos los engaños.

Enlace a la encuesta: www.meneame.net/notame/3494252

28 meneos
1176 clics

¿Te creíste que hubo fraude en las elecciones norteamericanas 2020?

Después de meses de declaraciones, supuestas pruebas del fraude, entrevistas televisivas, radiofónicas, en el lema “confía en el plan”.

Varios de los principales actores te lo están diciendo a la cara después de las denuncias milmillonaruas que les han interpuesto…

Giuliani, bajo juramento, no recuerda si lo que leyó vino de Facebook o de otra plataforma similar, al ser preguntado si tenía alguna otra prueba que vinculara a un empleado de Dominion con el supuesto fraude dijo que no lo recordaba

www.meneame.net/story/rudy-giuliani-afirma-bajo-juramento-fuentes-sobr

Sidney Powell en su defensa judicial dijo que "personas razonables" no habrían creído como un hecho dichas afirmaciones de fraude difundidas después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. 

www.meneame.net/story/sidney-powell-abogada-cercana-trump-argumenta-na

Defensa que uso Tucker Carlson y que funcionó. “Nadie sería tan tonto como para creernos”

www.businessinsider.com/fox-news-karen-mcdougal-case-tucker-carlson-20

Y apostaria a que no son los últimos en decir algo así…

31 meneos
739 clics

Hiroshima y Nagasaki ¿fueron las bombas atómicas las causantes de la rendición de Japón?

¿Fueron las bombas atómicas la causa de la rendición de Japón durante la Segunda Guerra Mundial? En este artículo pretendo poner de relieve que existe una visión alternativa sobre este discurso histórico. Tal vez la realidad sea más compleja de lo que aparenta.

El libro de texto que utilizábamos en el instituto liquidaba la Segunda Guerra Mundial con este párrafo: “El golpe final se produjo en 1944 con el desembarco aliado en Normandía. En agosto de ese año París fue liberado, y en mayo del año siguiente Alemania capituló después de que los aliados hubieran cercado Berlín. La rendición de Japón, tras su bombardeo atómico, fue el punto final del conflicto”. En otros manuales, como Historia del Mundo Contemporáneo coordinada por Emilio de Diego, esta vez ya universitarios, la idea se repite: “Las vacilaciones del Japón son disipadas por el lanzamiento de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki (agosto de 1945)”.

Si simplemente utilizamos nuestro sentido común, no podemos más que corroborar esta idea. Ante un Japón sin ninguna posibilidad de victoria y que simplemente se empecina en no rendirse, se utiliza el arma más mortífera que conoce la humanidad, un artefacto capaz de borrar de la faz de la tierra una ciudad de un solo golpe y ante el cual no cabe ninguna defensa posible. Nos parece evidente que nadie podría haber tomado una decisión diferente ante tales circunstancias. Sin embargo, no todos los historiadores admiten que lo evidente coincida con lo real, ya que la cuestión podría presentar una complejidad mayor.

Podemos encontrar varias incoherencias lógicas en esta explicación.

En primer lugar, existe un problema cronológico. Hiroshima fue bombardeada el 6 de agosto y Nagasaki el 9. El día 10, Japón anunció su intención de rendirse. A primera vista parece existir una clara relación causa-efecto, pero recordemos aquello de que correlación no implica causalidad. El gabinete de gobierno japonés fue informado inmediatamente de que Hiroshima había sido destruída por un artefacto (que inmediatamente identificaron como nuclear) el mismo día 6, pero no se reunieron hasta el día 9. Parece realmente sorprendente que ante un hecho tan relevante tardaran 72 horas en decidir reunirse, tras haber rechazado explícitamente la posibilidad de hacerlo. Por otro lado, tampoco Nagasaki podría haber influido en la decisión, pues la reunión sobre la conveniencia de rendirse había comenzado antes de que el segundo bombardeo atómico se produjese.

En segundo lugar, encontramos el problema de concebir a la bomba atómica como un tipo de ataque mucho más mortífero que los anteriores. Tenemos la imagen de que los ataques nucleares llevaron la guerra a otro nivel de destrucción que ya era simplemente inaceptable. Sin embargo, la realidad es que durante el verano de 1945 las ciudades japonesas sufrieron una campaña de bombardeos de alfombra terriblemente destructivos que ofrecen una cifras que pueden hacernos ver la cuestión desde otro ángulo. Un bombardeo típico de esa campaña consistió en cientos de B-29 portando entre 4 y 5 kilotones de poder destructivo. El artefacto lanzado sobre Hiroshima tenía un poder destructivo de 16,5 kilotones y el de Nagasaki de 20. Puestos en este contexto, tampoco parece tan impresionante. De hecho, si creamos una tabla ordenada con los daños generados, encontramos que fueron 68 las ciudades arrasadas durante la campaña de bombardeos, es decir, 66 mediante medios convencionales y 2 mediante bombas atómicas. Hiroshima ocuparía el puesto número 2 por civiles muertos, el cuarto por superficie destruída y el 17 por porcentaje de la ciudad destruída. El peor bombardeo que sufrió Japón fue el de Tokyo en marzo, con 120000 muertes. De hecho, podríamos preguntarnos por qué se eligieron esos dos blancos para los ataques nucleares y no otros, hallando la respuesta en que ya no había mucho entre lo que elegir, puesto que eran pocas las ciudades de más de 100000 habitantes que quedaban por destruir. 

Desde esta perspectiva, está claro que al alto mando japonés le era totalmente indiferente que los civiles estuviesen muriendo masivamente. Tenía asumido que todas las ciudades japonesas iban a ser reducidas a escombros. Si nos ponemos en los zapatos de un alto mando japonés, el 6 de agosto no fue un día especialmente malo; al fin y al cabo, solo una ciudad fue arrasada. Por ejemplo, las noticias que hubiésemos recibido el 17 de julio serían que Oita, Hiratsuka, Numazu y Kuwana habían sido atacadas con porcentajes de destrucción del 50%, 50%, 90% y 75% respectivamente.

Podemos, en definitiva, preguntarnos por qué perder las primeras 66 ciudades no tuvo efecto pero sí la número 67 y la 68. Dos días después del peor bombardeo, el de Tokyo, el exministro de exteriores, Shidehara, opinó que la población acabaría acostumbrándose a ser bombardeada y que reforzaría su unión y determinación. En una carta a un amigo escribió que “incluso si centenares de miles de civiles mueren, son heridos o sufren hambre, incluso si millones de edificios son destruidos o quemados”, hacía falta más tiempo para la diplomacia. Shidehara era parte de la facción moderada de la élite japonesa.

Mark Selden, profesor, asegura que "Los japoneses ya habían sufrido la destrucción de ciudad, tras ciudad, tras ciudad, con la pérdida de aproximadamente medio millón de vidas, por causa de los bombardeos estadounidenses. Y no habían parpadeado, pero era porque estaban queriendo obtener una pequeña concesión de Estados Unidos, que exigía una rendición incondicional: la protección del emperador".

El tercer problema lo encontramos al realizar un análisis estratégico militar. Ni el más fanático de los líderes japoneses creía posible una victoria. La cuestión era cómo rendirse y qué condiciones aceptar. Los aliados exigían una rendición incondicional pero los japoneses eran conscientes de que se estaban realizando juicios contra los jerarcas nazis por crímenes de guerra. Su objetivo era conseguir salir impunes del conflicto, conservar el sistema imperial y lo esencial de su sistema político o incluso alguno de los territorios conquistados. Para conseguirlo, tenían dos opciones. La primera era diplomática: tenían un pacto de no agresión con la URSS hasta el 46, por lo que esperaban que Stalin se aviniese a unirse a las negociaciones de paz. A los soviéticos no les interesaba que Japón se convirtiese en territorio americano, pegado a sus fronteras. El inicio de la Guerra Fría era ya una realidad evidente para el futuro inmediato. Los rusos podrían presionar para mantener a Japón como una especie de estado-tapón, lo que significaba una ventana de oportunidad para los intereses de los dirigentes japoneses.

La segunda opción era la militar. Aún contaban con 1,2 millones de soldados en sus islas dispuestos para la defensa y convenientemente dispuestos para enfrentarse a un asalto desde el sureste. Los planes incluían añadir a cuantos civiles fuera posible a la lucha, incluso equipándolos simplemente con cañas de bambú afiladas o explosivos atados a sus cuerpos, que debían utilizar en sucesivas oleadas humanas contra la infantería americana. El diario de guerra del Cuartel General Imperial concluyó que “ya no podemos dirigir la guerra con alguna esperanza de éxito. El único plan que queda es que los cien millones de japoneses sacrifiquen sus vidas cargando contra el enemigo para hacerles perder la voluntad de combatir”.

Los militares estadounidenses temían, con razón, que las bajas sufridas entre sus tropas serían inasumibles si intentaban una invasión terrestre, aunque el alto mando parecía estar dispuesto a realizarla. Según los diversos cálculos aliados las bajas estadounidenses serían de 400000 a 800000 muertos y las japonesas de 5 a 10 millones. 

En definitiva, el bombardeo de Hiroshima, no alteraba en nada ninguna de las dos opciones. Sin embargo, la declaración de guerra de Stalin, hacía esfumarse ambos escenarios. De posible intermediario en la mesa de negociaciones, se había convertido en beligerante. Por otro lado, la resistencia era inviable. Con todo el ejército atrincherado en las posiciones necesarias para repeler el desembarco americano, no había nada que oponer frente a un ataque por la espalda. El rápido desmoronamiento del ejército en Manchuria frente a los rusos no hará más que reforzar esta hipótesis.

Desde un punto de vista estratégico, la entrada de la URSS en la guerra acortaba los plazos, pues el alto mando japonés calculaba que aún quedaban varios meses para que los americanos estuvieran listos para lanzar su ataque anfibio. Sin embargo, ya en la reunión del consejo supremo en junio, se comentó (Kawabe) que “el mantenimiento de una paz absoluta en nuestras relaciones con la Unión Soviética es imperativa para la continuación de la guerra”.

Según el historiador Tsuyoshi Hasegawa, fue precisamente la posibilidad de un involucramiento soviético lo que terminó de decidir a Truman por el uso de la bomba ya que “en otras palabras, la principal razón para usar la bomba fue forzar a los líderes japoneses a que se rindieran antes de que los soviéticos entraran a la guerra. Las dos cosas están muy conectadas”.

Cuando hablamos de Historia, siempre hemos de separar los hechos de las interpretaciones. En este caso, poco importa si Japón se rindió por el bombardeo atómico, por la declaración de guerra de Stalin o por una combinación de ambas. Sin embargo, hemos de preguntarnos a qué intereses responde el hecho de que una interpretación se imponga a otra aunque sea la menos plausible desde una perspectiva puramente racional.

Desde la perspectiva japonesa, la narración que sitúa a la bomba como el hecho determinante, es muy beneficiosa para sus intereses. Los dirigentes del imperio del sol naciente debían responder, en primer lugar, por la responsabilidad de haber llevado a cabo una guerra desastrosa en la que habían cosechado una serie de derrotas catastróficas que habían causado una enorme masacre entre sus súbditos, para acabar siendo humillados ante el enemigo. Habían ocultado sistemáticamente la gravedad de la situación, insistiendo hasta el final en la posibilidad de victoria y en el deber de no rendirse jamás. Sin embargo, la aparición de un “deus ex machina” solucionaba la papeleta de un plumazo. Ante un arma de cualidades divinas, incluso podría admitirse que la supuesta dirección del también divino emperador hubiese fallado. El discurso de los dirigentes nipones podría defender que la rendición era por evitar sufrimientos a su pueblo, aunque existen diversas pruebas de que ese factor era irrelevante en sus cálculos. Parece bastante evidente la hipocresía del discurso imperial de rendición: 

“Además, el enemigo ha empezado a utilizar una bomba nueva y muy cruel, cuya capacidad de provocar daño es realmente incalculable, provocando la muerte de muchas vidas inocentes. Si continuáramos luchando, no solo tendría como resultado el colapso y destrucción de la nación japonesa, sino que también conduciría a la completa extinción de la civilización humana.

Siendo así el caso, ¿cómo vamos nosotros a salvar a nuestros millones de súbditos, o a expiarnos ante los espíritus benditos de Nuestros Ancestros Imperiales? Esta es la razón por la que hemos ordenado la aceptación de las disposiciones de la Declaración Conjunta de las Potencias.

Las dificultades y sufrimientos a los que nuestra nación quedará sujeta de ahora en adelante serán ciertamente enormes. Somos plenamente conscientes de los sentimientos más profundos de todos vosotros, nuestros súbditos. Sin embargo, es de acuerdo a los dictados del tiempo y del destino que hemos resuelto preparar el terreno para una gran paz para todas las generaciones que están por llegar, soportando lo insoportable y sufriendo lo insufrible”.

Por otro lado, las bombas atómicas servían como expiación ante los pecados (léase crímenes de guerra) del Imperio Japonés. Si se habían cometido masacres de civiles, violaciones y todo tipo de torturas, la nación japonesa ya había pagado un alto precio al haber sido la única en recibir un castigo nuclear. De esta forma los crímenes de la nación (siempre es conveniente reducir a toda la población a una única unidad en ciertas situaciones) quedaban compensados con el castigo recibido. Este discurso histórico ha pervivido hasta nuestros días de forma que podríamos realizar el experimento y conseguir rastrearlo en cualquier conversación sobre la Segunda Guerra Mundial. Japón sigue siendo más simpático que Alemania porque, entre otras cosas, sufrió un mayor castigo. La estrategia de la victimización ha dado sus resultados hasta el presente.

Desde la perspectiva norteamericana, no había duda de que las bombas atómicas habían sido determinantes. Podemos advertir una continua malinterpretación de la mentalidad japonesa por parte de las autoridades occidentales, siempre oscilante entre el racismo hacia los “amarillos” y la interpretación desde las coordenadas culturales propias. Para los dirigentes de los EEUU, la bomba servía de demostración pública del increíble poder que había alcanzado su ejército y serviría tanto para forzar la rendición de los japoneses como para amedrentar a los soviéticos, que no disponían de un arma semejante. Realmente no podemos asegurar que alcanzara ninguno de los dos objetivos, puesto que ya hemos argumentado que los japoneses daban por descontado la destrucción de todos sus núcleos urbanos; los soviéticos ya tenían en marcha su propio programa nuclear, por lo que diversos testimonios aseguran que Stalin no se inmutó y simplemente ordenó a sus científicos acelerar la investigación.

Ambas perspectivas confluyeron. El historiador japonés Asada Sadao recuerda que en muchos de los interrogatorios tras la rendición “los oficiales japoneses estaban ansiosos por complacer a sus entrevistadores americanos”. Si los invasores estaban convencidos de que la rendición había sido forzada por los ataques atómicos, ¿para qué contradecirlos? Pensemos que el mayor deseo de los interrogados era complacer y congraciarse con los interrogadores. Se produjo un sesgo de confirmación. Los americanos deseaban confirmar que los 2 billones de dólares empleados en el arma no habían sido desperdiciados, ya que habían forzado la rendición de los japoneses y eliminado la amenaza soviética. Los japoneses deseaban confirmarles todo aquello que quisieran para congraciarse con sus vencedores. El arma milagrosa, además, limpiaba su honor militar y camuflaba sus crímenes de guerra. Todo el mundo ganaba con este relato. La guerra se cerraba con un último acto espectacular e icónico: Truman aseguró que “los japoneses empezaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto ese golpe multiplicado”.

Recientemente se ha publicado Hiroshima: sol, silencio, olvido, en el que los autores hablan sobre la interpretación de aquel conflicto. Vale la pena citar algunos fragmentos de una entrevista:

P. Da la impresión de que fue una operación exitosa porque cabe la tentación de pensar si el propio pueblo japonés asume que es mejor no remover nada contra EEUU para evitar que se juzguen sus propias acciones como la matanza de Nankin en China. ¿Estaban al tanto de lo que habían hecho ellos durante la guerra?

R. No, la población japonesa no fue consciente y, de hecho, lo que hizo Japón durante esos años es poco conocido también ahora en la medida en que, a pesar de que se está abriendo allí el debate de la memoria histórica, todavía los planes de estudio de ese periodo de la historia son muy opacos, entre otras cosas porque el partido político es el mismo y porque las relaciones familiares en la élite aún permanecen: el abuelo del presidente más longevo, Shinzo Abe, fue un alto dirigente del gobierno de Hiro Hito y su el líder del Partido Liberal Demócrata durante muchos años en la posguerra. Es decir que los que han dominado el discurso sobre la bomba y el papel de Japón en la guerra han sido los mismos y su objetivo ha sido enterrarlo. Esto implica que sea bloqueada no solo cualquier iniciativa de restitución a las víctimas sino también la revisión de ese periodo.

(...)

P. Bueno, es el otro aspecto clave y quizás al que más atención se le ha prestado pero, ¿realmente la bomba se lanzó para amedrentar a la URSS?

R. Claro, había un doble objetivo por eso a la hora de elegir las ciudades donde se iba a lanzar, para saber cuál era el efecto real que iba a provocar se eligieron dos ciudades como Hiroshima y Nagasaki que no habían sido previamente bombardeadas... Es terrible pero no había mejor forma de comprobarlo: así se sabía cuál era el daño concreto que se hacía, el interés aunque parezca duro, científico. El otro, que era geopolítico era para decirle a la URSS que mucho cuidado porque nosotros tenemos este arma y tú no la tienes. EEUU entiende sobre todo a partir de Stalingrado que su enemigo próximo van a ser los soviéticos y de hecho esa política de contención dura hasta el año 1949 cuando Stalin consigue el desarrollo de la bomba atómica y al año siguiente ya comenzaban los puntos calientes de la Guerra Fría que es la confrontación en Corea.

Como conclusión, señalar que los hechos históricos pueden ser objetivos pero su interpretación nunca es directa. Frente al discurso comúnmente aceptado de que el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki forzó la rendición de Japón, podemos, al menos, oponer otros discursos que poseen una sólida argumentación que los sostiene. Al mismo tiempo, resulta incluso más interesante ahondar en las razones sociológicas y políticas que empujan a la opinión pública a aceptar una interpretación histórica concreta.

24 meneos
478 clics

Sobre los negacionistas, o la intolerancia a lo que es invisible

Sabemos que uno de los fenómenos sociopáticos más llamativos de esta pandemia es la extensión y tozudez de un colectivo de personas que se niegan a vacunarse. Hay quien se explica aduciendo que ni siquiera tal cosa, el virus, existe. La pandemia nos ha traído entre otros horrores bizarros el espectáculo de manifestantes adultos, gente perfectamente normal, sosteniendo pancartas con lemas negacionistas que se acercaban al delirio.  

No quiero traer aquí las explicaciones comunes que desde las posiciones de quienes creemos en el conocimiento científico, en un paradigma de pensamiento que está en la raíz de la cultura occidental desde la Grecia clásica, se están dando a esta sorprendente resistencia. Y no porque esas explicaciones del fenómeno no sean acertadas. Pongamos por caso la evidente y conocida relación entre estas ideas y el liberalismo libertario: personas que rechazan la idoneidad de cualquier acción procedente del Estado, ese monstruo que esquilma a los buenos trabajadores y lo gasta de forma ineficiente y derrochadora. Es comprensible que odien tener que aceptar el salvavidas de la acción pública.

Muchos negacionistas no son lo que se entiende por freaks, al contrario son gente perfectamente integrada, estable, “gente normal”. Precisamente en esa normalidad podamos encontrar alguna pista que explique algo de su resistencia a aceptar este terremoto, esta quiebra inesperada del estado de las cosas. Que compartamos con ellos sociedad y espacios ciudadanos, tradiciones, orígenes culturales no significa necesariamente que todos nuestros planos de creencia sean compartidos. Igual que para los ateos nos cuesta asumir que nuestro vecino tenga fe, crea ( ¿realmente cree?) en la existencia de Dios, la Virgen y el resto de la corte celestial, y sin embargo podemos pertenecer al mismo equipo de fútbol, enamorarnos de la misma persona e incluso votar lo mismo, los que creemos en la verdad de la ciencia, en que las leyes de la física o la biología van más allá de nuestras creencias y percepciones personales, que están por encima y son más potentes y eternas que nuestra existencia particular, que las conclusiones de la ciencia sobre lo que es posible o imposible forman parte del marco mental que utilizamos para vivir, podemos estar equivocandonos al dar por seguro que los demás comparten esto que creemos evidente. 

Para nosotros la intrusión de la pandemia, un fenómeno extraño, inesperado en la vieja rutina previa a enero de 2020 pudo ser rápidamente metabolizada, encajada y asumidas sus consecuencias en nuestra vida personal porque creemos en la jerarquía de las relaciones causa-efecto que nos indica la ciencia. O mejor dicho creemos en la jerarquía que la ciencia determina de lo que puede suceder: sabemos que ante todo estamos sometidos al imperio que marca la física, a nuestra naturaleza de mamíferos con fecha de caducidad, a nuestra dependencia de las leyes dominantes de la biología, la caducidad, la contingencia. Si hemos leído sobre la grandes epidemias del pasado ( la peste, el cólera, la gripe española), si tenemos alguna noción, aún básica, de lo que es un virus, el sistema inmunitario, etcétera podemos concebir como razonable que algo de esto se repita en nuestro presente. 

Y sin embargo para muchos de nuestros vecinos, la realidad es su vida cotidiana, pero es sólo esa vida cotidiana, dibujada en un plano fijo, en las fronteras aparentemente inmóviles, “normales” del mundo de diciembre de 2019. No había nada más allá de lo concreto, de lo palpable en sus vidas tal como eran vividas; trabajo, familia, amigos, placeres y displaceres humanos, en el mismo plano de existencia, múltiple y a la vez limitado a lo que se puede ser vivido.

 Las referencias abstractas que se alejaban de ese círculo de lo tangible ( conceptos como la ciencia, la historia, la alta política, los cambios globales) son palabras que apenas tienen consistencia fuera del momento en que hubo que tratar con ellos, cuando tocó estudiarlos, en los colegios e institutos. Como los antiguos que creían que más allá de las columnas de Hércules el mundo se acababa en una línea perfecta y abrupta, lo real y lo cotidiano mantenían para ellos una estricta relación biunívoca. 

Y es que la creencia en lo que no puede ser visto es un asunto problemático. Quienes dicen creer en Dios (¡o en los Santos!) lo saben. Nunca se está seguro de lo que significa en realidad la palabra creer. Pues bien muchos conciudadanos padecen de esa fragilidad , esa insustancialidad en su creencia para con ciertas abstracciones como son las que se supone forman parte del pensamiento académico. 

El virus supuso para muchos una intrusión, un ser inesperado, inesperable, que no tiene rostro ni se puede palpar ni golpear, que agrieta el espejo que tan bien enmarcaba su mundo, su trabajo, su familia, su ocio. Un virus, ese fantasma etiquetado con nombres extraños, que nos es comunicado por lejanos personajes ( ministros, microbiólogos, ¿quién había visto antes a un virólogo? ….), cabezas parlantes como la de los burócratas impasibles de un relato de Kafka. Una sorpresa impensable como una invasión alienígena, o para los más reacios directamente una mentira, un cuento de alguien malintencionado. 

En los cuentos de terror, lo que asusta del fantasma es que es el heraldo de la existencia de un plano de la realidad que antes desconociamos.Es un aparecido, un ser que sobrevive a lo imposible, a la muerte; procede de un lugar del que nada sabemos y que decide caprichosamente hacer una excursión letal por nuestra cotidianidad. Lo horrible no es su aspecto, sino su incongruencia con nuestra presunciones de lo que es real. El virus para muchos ha tenido este efecto de aparición repentina, de espectro ominoso.

Lo interesante es que los negacionistas han invertido la relación enfermedad/terapia, proyectan estas características de extrañeza y amenaza no en el agente infeccioso sino en las vacunas. Son las vacunas las que son peligrosas: inoculan algo ajeno y peligroso. 

Por ejemplo, una de las ideas delirantes que subyace al rechazo de la vacuna es el temor a ser envenenados, a la mancillación de la pureza del cuerpo: la vacuna contiene metales pesados, imanta el cuerpo, incluso introduce un chip. Como en las viejas películas de extraterrestres, se teme la inyección, la invasión del cuerpo, la aducción. Diría el viejo Jung, que aquí se revuelven viejos arquetipos que enraizan con lo demoníaco.

¿Por qué se da esta inversión entre enfermedad y terapia? ¿por qué lo que protege del agente invasor es temido más que la enfermedad? Porque los negacionistas están entregados a esta inversión de las causas y los efectos: Lo que les parece intolerable es que vivir en este nuevo mundo nacido en diciembre de 2019 les exija tener que aceptar vacunas, normas sanitarias impuestas por policías uniformados, restricciones globales, miedo e incertidumbre. Encontrarse con el virus depende de la mala suerte, del azar, pero la vacuna se plantea prácticamente como una obligación, la imposición de una intención humana sobre el cuerpo propio. 

 La explicación entonces puede ser un plan demoníaco ( o fascista, o comunista, el calificativo es un matiz que depende de cada ideología personal) de hombres ocultos . El virus es un pretexto. Es el efecto, no la causa. Que pregunten en el laboratorio de Wuhan. La existencia de metales pesados, de chips es conveniente, es la demostración (?) de esta intencionalidad oculta. El virus es un mcguffin del mal para justificar la imposición de un propósito, porque ¿quién puede creer que algo tan insignificante, invisible puede obligarnos a destruir nuestra cómodas vidas de ayer, nuestros viajes, las reuniones con los amigos y familiares, a perder el orden lógico y natural? Tiene que ser algo más importante, más poderoso e intencional que un simple “bicho”. 

La reacción colectiva de los negacionistas tiene precedentes históricos, en la Edad Antigua y Media. Las epidemias, las pestes eran interpretadas como consecuencias de la maldición, producto del pecado colectivo de una sociedad, o de un enemigo interno como los judios. Es decir consecuencia de actos intencionados, culposos de una voluntad divina o humana. El mal sucedía porque alguien deseaba el mal. Por eso para los negacionistas invierten causa y efecto. Porque la causa no puede estar libre de intención. El azar, el accidente, la impersonalidad de la causa del daño son inaceptables. Porque para aceptar el accidente como causa de un mal hay que colocar antes al ser humano en lugar subordinado, en el que las leyes del mundo no se rigen por los deseos o actos humanos, sino por las leyes sordas y ciegas de la física y la biología. Hay que colocar al ser humano en una posición en el que lo cotidiano es una cápsula frágil y estrecha.

Todo esto fué asumido tras el triunfo de la ilustración y el pensamiento racional en la edad moderna por la cultura oficial. La pregunta es hasta qué punto eso mismo forma parte de la naturaleza de lo que es real por esa categoría que llamamos el individuo “normal y corriente”. Porque lo llamativo de los negacionistas contemporáneos es que viven en un mundo que ya ha pasado por allí, que ha superado el momento histórico del encuentro con Pasteur, el microscopio, la epidemiología y la ciencia médica.

Esta resistencia, este no poder asumir el saber científico heredado como el terreno de partida del sentido común es quizá más fuerte de lo que esperábamos. Porque es el miedo y la rabia por perder lo que se cree ganado (nuestra segura vida cotidiana del primer mundo) lo que desgasta con facilidad ese barniz de racionalidad adquirido durante la educación.

 La capa protectora de la cordura acumulada por siglos de conocimiento es más leve, más quebradiza de lo que nos gustaría.

28 meneos
1042 clics

Una Navidad sin regalos, ¿es posible?

Es imperativo que comience con una aclaración: no creo que sea posible, ni deseable, una Navidad sin que los niños pequeños reciban sus regalos. Lo que voy a contar tiene que ver con la costumbre de hacernos regalos de Navidad entre los adultos: entre hermanos, cuñados, primos, tíos, incluso entre padres e hijos ya mayores. También tengo que aclarar que no tengo nada en contra de los que viven de vender en las tiendas y grandes superficies. Os pido disculpas, pero este texto no va de cómo funciona la rueda de la economía, sino de sentimientos más o menos forzados.

Resulta que, desde que era pequeño, el tema de los regalos de Navidad siempre me ha causado más estrés que alegría. El regalo más importante del año, en mi caso, era casi el único, con la excepción del de cumpleaños, que, por cierto, me producía las mismas sensaciones desagradables. En casa nunca faltó de nada, pero mis hermanos y yo solo recibíamos juguetes (de verdad) en estas fechas señaladas. Si me equivocaba con lo que pedía a Los Reyes, cosa muy habitual debido a las luces cegadoras de la publicidad, sabía que pasarían muchos meses antes de tener otra oportunidad de acertar y "ser feliz". Lo de que los niños jugábamos (y juegan) con sus juguetes unos días y luego nos olvidábamos de ellos, para mí, era una pequeña tragedia.

Cuando crecí, el trauma se acrecentó. En Navidades, solo veía gente haciendo compras apresuradas, a veces gastando un dinero que no tenía, para regalar a la familia "porque era lo que había que hacer". Claro, seguro que también había gente que disfrutaba del ritual, era previsora y lo llevaba bien, pero esa gente, o era muy poca, o no se hacía notar porque no andaban por las calles comerciales con paso apresurado. El caso es que, las sensaciones que a mí me llegaban, no eran nada agradables.

Ya de adulto, he tenido que soportar, Navidad tras Navidad, la misma costumbre, odiosa para mí, de buscar y comprar más de diez productos originales, no demasiado costosos (pero no demasiado baratos) y que supiera que iban a gustar a sus receptores. Al mismo tiempo, tenía que mentalizarme para poner buena cara ante los regalos recibidos que, casi nunca, necesitaba ni quería realmente. Sé que suena horrible, pero mentiría si no reconociera que es lo que llevo sintiendo desde hace lustros.

El año pasado, con la excusa de la distancia social, advertí a mi familia de que no entraría en el juego de los regalos (insisto, entre adultos. Los pequeños de la familia no tienen culpa de mis conflictos mentales). Esas Navidades, aunque nos pudimos ver muy poco (y en la calle), disfruté como ningún año de la compañía de los míos. Sentí que la pseudo-reunión familiar no estaba "contaminada" por la obligación de comprar algo a los demás ni de tener que fingir que, lo que me habían comprado a mí, me gustaba. Sorprendentemente (o no) para mí, fueron unas Navidades más auténticas. Ni que decir tiene que, este año, también he avisado de que haré lo mismo. Me gusta pensar que el regalo que hago a los míos es "librarles de comprarme nada a mí". Y, creedme, tengo mis motivos para pensar que, para ellos, tampoco es un placer andar de compras estas fechas.

Con la esperanza de que algunos de los que lean esto me entiendan, aunque sea solo un poco, termino respondiendo a la pregunta del título, con el necesario (creo yo) aviso de que todo esto es mi punto de vista y que no pretendo convencer a nadie de nada. Este texto, sobre todo, me sirve a mí mismo de terapia. Llevo ya muchos años en este foro y para algo tendría que servirme, digo yo.

La respuesta es, sí. Para mí, sí es posible disfrutar de una Navidad sin regalos de por medio. De hecho, creo que es mucho mejor, más limpia y más auténtica. Y voy a intentar que, cuando ya no sea necesario el distanciamiento social, mi familia se de cuenta de que no pasa nada por no regalarnos nada y que sería mejor seguir con esta nueva tradición. Deseadme suerte.

Gracias por leerme.

¡Felices Reyes!

26 meneos
615 clics

Hoy me han puesto la vacuna de refuerzo contra la COVID-19

A la persona que me ha inyectado: Gracias por tu amabilidad y por hacerme sentir único a pesar de llevar todo el día atendiendo igual de bien a gente como yo.

Al resto de sanitarios, incluyendo los que están detrás del sistema de citaciones: Gracias por vuestra dedicación y por hacer tan fácil que millones de personas podamos elegir lugar, fecha y hora para algo tan delicado.

A algunos políticos: Gracias por seguir los consejos de los que saben, transmitir el mensaje adecuado cuando ha hecho falta y poner los medios para que no estemos peor.

A los otros políticos: Dejad de mirar al pasado y aprended de los que saben por dónde va el futuro. Echaos a un lado de una vez.

A los científicos (públicos y privados): Hoy he tenido presente que me han inyectado el resultado de décadas de investigación básica y aplicada. Me siento un privilegiado. Gracias.

A los antivacunas: No se me ocurre una postura más egoísta e infantil que la vuestra. Hay decenas de millones de personas que no tienen acceso a todo esto y no os entienden. Yo tampoco.

A vosotros: Gracias por leerme.

25 meneos
281 clics

El palo en espalda ajena

A pesar de estar de acuerdo con muchos de los que, estos días, sostienen que hay que evitar que la guerra de Ucrania nos lleve al amargo precedente de dar la razón al agresor, no puedo menos que pensar en la gente que está sufriendo las consecuencias de la agresión rusa.

Porque sí, hay que decirlo para que quede claro: Rusia es el agresor en esta guerra, sean cuales sean sus razones para la agresión, y a todos nos gustaría que la historia terminase como en una buena serie o en una de esas películas, a medio camino entre la Metro Goldwin Meyer y Disney, en que los buenos triunfaban y los malos eran vencidos y humillados.

Pero resulta que hay que decir otra verdad, aunque sea obvia: nosotros no estamos allí. No, ni a mil Kilómetros siquiera. Y ojalá no lo estemos nunca, porque ya he dicho de trescientas maneras que prefiero que Europa en general, y España en particular, no participen en esta guerra.

Tenemos allí nuerstro ánimo y nuestros calculos, todo hay que decirlo, pero joder, amigos, no estamos allí. Mandamos lanzacohetes como podíamos mandar pimientos de Padrón o queso manchego. Algo que nos cuesta dinero, pero no sangre. Y no podemos, honradamente, pedir a los ucranianios el sacrificio de poner los muertos para que la realidad coincida con nuestro relato. No podemos decirles que hay que esperar a que Rusia se arruine. No podemos decirles que cada día que pasa Rusia se debilita y eso nos ayuda a tener nosotros menos miedo a la siguiente agresión. No podemos decirles que están muriendo por un mundo más justo donde ser el agreso salga muy caro, porque de momento los que ponen los muertos son ellos, mientras nosotros ponemos las palmas y la banda de música.

Demasiado a menudo tengo la impresión de que estamos en una corrida de toros, o en una de esas lamentables casas de apuestas que trufan nuestros barrios más humildes, y que le estamos pidiendo al boxeador por el que apostamos que aguante un par de asaltos más, mientras nios acabamos la birra. Así de frívolos y así de gilipollas.

Pero es que las hostias se las lleva él.

No podemos pedir orgullo y dignidad a quien ha demostrado tenerla de sobra pero se enfrenta a cien veces más de lo que nosotros estaríamos dispuestos a tolerar cerca de nuestras casas. Aquí no hay ley de oro ni ley de hierro: aquí hay muy a menudo una puñetera mentalidad de videojuego, una mezcla de mierda de Half Life con Pretty Woman, donde ellos ponen los muertos y nosotros la geoestrategia de mesa camilla donde hablamos de lo malo que sería que el agresor se saliese con la suya si se firmase una paz en que Rusia sacase tajada.

Y es que todos aguantamos muy bien, demasiado bien, los palos en espalda ajena. Aunque le ayudemos a gritar. Aunque le demos ánimos. Aunque sintamos los colores.

Un poco de vergüenza, por favor.

20 5 0 K 71
20 5 0 K 71
26 meneos
411 clics
Musicmap: un mapa musical digital

Musicmap: un mapa musical digital

Hola meneant@s: 

 

Hoy me gustaría hacer un análisis corto de una de las páginas que suelo usar para enseñar géneros musicales: 

musicmap.info

Esta página es un mapa interactivo donde aparecen subgéneros musicales clasificados por el género matriz. También podemos observar la división temporal a los lados donde nos indican en qué década del siglo XIX, XX o XXI pertenecen esos subgéneros.

 

Al entrar en la página web, nos encontramos el siguiente mapa: 

 Al ampliar, nos aparecerá la línea temporal anteriormente descrita así como los subgéneros musicales:

En el, podemos ver la clasificación siguiente: 

-      Utility

-      Folk

-      Classical

-      World

-      Industrial & Gothic

-      Heavy Metal

-      Rock y sus derivados 

-      Pop

-      Country

-      Rythm ‘n’ Blues

-      Blues, Gospel y Jazz

-      Jamaican

-      Rap

-      Breakbeat

-      Drum ‘n’ Bass

-      Hardcore

-      Techno

-      House

-      Trance

-      Downtempo

-      Industrial

Si hacemos un zoom sobre cualquier de los géneros principales, podemos observar el despliegue de subgéneros . A si mismo, si pulsamos sobre cualquiera de ellos veremos que se destacan sobre el resto y nos aparece una línea que traza tanto los subgéneros que influenciaron el seleccionado y/o cuales influenciaron su creación. 

 

Por ejemplo esta imagen:

 

A nuestra derecha aparecerá una breve descripción del subgénero musical y abajo dos iconos: YouTube y Spotify. Si clicamos en alguno de los dos, seremos redirigidos a una lista creada para ejemplificar con canciones el subgénero escogido:

 A continuación, expondré algunos pros y contras del mapa 

 

Pros:

 -      Te permite descubrir subgéneros musicales con bastante facilidad.

-      Puedes ver la línea evolutiva de un subgénero y entender fácilmente de dónde viene y a dónde puede evolucionar.

-      Es bastante intuitivo.

Contras: 

-      No funciona más allá de finales siglo XIX.

-      No existe una clasificación para la música clásica (que me parecería interesante que lo ampliasen)

-      No hay ejemplos auditivos para los géneros superiores del mapa.

 

Espero que os sirva tanto como a mi esta página. ¡Un saludo a todos meneant@s!

25 meneos
994 clics
El Apocalipsis Crypto-Bro

El Apocalipsis Crypto-Bro

El otro día me topé con un tuit que estaba ganando relevancia. No sé si el autor se daba cuenta de lo burdo y ridículo que sonaba, pero las mofas en las respuestas se repetían y al volver a él veo que había sido borrado. Por suerte he podido rescatarlo:

Básicamente en el tuit da la razón de una tacada a todos aquellos que tildan todo el movimiento crypto como estafa piramidal o esquema Ponzi. Ante la brutal caída de, en este caso, Bitcoin, nos pide que compremos de manera "masiva", habla de generar un "movimiento" y de que "no es momento de querer hacernos millonarios".

Lo que me llama la atención aquí es que alguien que de verdad creyera en la moneda como potencial método de pago lo que pediría es su uso, que se implementara como forma de pago de manera masiva, no meterse en la pirámide para salvarle el culo y que pueda salir de manera cómoda minimizando pérdidas (o conservando potenciales ganancias).

En parte todo lo que estamos viendo con el movimiento crypto me parece que ejemplifica muy bien la decadencia de occidente por los valores que desde hace generaciones se nos inculca. No importa el cómo sino el qué, el fin justifica los medios, quiero llegar al estilo de vida que me venden mis influencers favoritos desde las redes sociales y quiero llegar por el camino más corto. Eso nos hace perder totalmente la perspectiva, no nos hacemos las preguntas de pensamiento crítico más básicas: "Mira, invierte en esta moneda porque es el futuro, es super tecnológica y además está subiendo un 10% semanal sin ningún tipo de problema", "Vale, lo voy a hacer, no quiero perderme esta oportunidad".

Algunas de las preguntas más básicas que cabría hacerse ante un rendimiento tan inusual serían:

  • ¿Cómo sé que esto no es otra burbuja tecnológica que nos estallará en la cara más pronto que tarde?
  • ¿Es viable como método de pago mundial cuando su número está de salida limitado?

Y algunas más complejas tras informarse un poco de la parte técnica:

  • En una tecnología distribuida de estas características, ¿cómo se protege a ésta de avances masivos en computación?, ¿cómo se protege entonces a los poseedores de la moneda ante la piratería?
  • La política monetaria es una de las armas más potentes de los estados, ¿aceptarían éstos sin más esa pérdida de soberanía y control de sus economías?

Hemos vivido en los últimos años tiempos locos: La codicia sin límites disparaba el precio de tarjetas gráficas y componentes usados para minado, el consumo energético para la resolución de estos puzles criptográficos (energía cada vez más preciada) ha sido disparatado y ha ido en aumento cada vez más, se han creado directamente monedas meme cuya capitalización superaba a la de grandes empresas en cuestión de pocos meses, Elon Musk ha jugado de una manera burda con el mercado y sus inversores sin control alguno, ...

Lo bueno de todo esto es que está sirviendo como un experimento sociológico a gran escala para muchos de los postulados libertarios que circulan hoy en día por las redes e incluso de parte de think tanks y algunos académicos. Esperemos que no sea demasiado tarde para cambiar como sociedad, pero me temo que cambios que han tomado varias generaciones para consolidarse también necesitarán varias décadas para desaparecer.

31 meneos
386 clics

La Constitución Ucraniana es Propaganda Rusa Nazi, interiorizando la Propaganda Propia

Reconocer la Propaganda Propia no es tarea fácil, hace falta un ejercicio de crítica de la información propia e incluso de la propia educación que hemos tenido.

Un ejemplo claro lo podemos ver en este caso, donde un usuario tras citarle los pasos a seguir en la Constitución Ucraniana para destituir un Presidente, los tilda de "invenciones" y de "discurso nazi de Putin".

www.meneame.net/story/entrevista-ministro-asuntos-exteriores-serguei-l

¿Qué dice la Constitución Ucraniana?

ARTÍCULO 111

El Presidente de Ucrania puede ser destituido por la Rada Suprema de Ucrania mediante el procedimiento de destitución, en caso de que cometa traición estatal u otro delito.

Facultades de la Corte SupremaRemoción del Jefe de EstadoLa cuestión de la destitución del Presidente de Ucrania por el procedimiento de destitución es iniciada por la mayoría de la composición constitucional de la Rada Suprema de Ucrania.

Para llevar a cabo la investigación, la Rada Suprema de Ucrania establece una comisión especial de investigación temporal cuya composición incluye un fiscal especial e investigadores especiales.

Las conclusiones y propuestas de la comisión de investigación temporal se examinan en una reunión de la Rada Suprema de Ucrania.

Por causa, la Rada Suprema de Ucrania, por no menos de dos tercios de su composición constitucional, adopta una decisión sobre la acusación del Presidente de Ucrania.

La decisión sobre la destitución del Presidente de Ucrania por el procedimiento de destitución es adoptada por la Rada Suprema de Ucrania por no menos de tres cuartas partes de su composición constitucional, después de la revisión del caso por el Tribunal Constitucional de Ucrania y la recepción de su opinión sobre la observancia del procedimiento constitucional de investigación y examen del caso de destitución y la recepción de la opinión del Tribunal Supremo de que los actos, de los que se acusa al Presidente de Ucrania, contienen elementos de traición estatal u otro delito.

www.bcn.cl/procesoconstituyente/comparadordeconstituciones/materia/war

Como podemos comprobar, en 2014 en Ucrania no se siguieron estos pasos. La Constitución marca de forma meridiana que ha de llevarse a cabo una investigación, una comisión especial de investigación temporal, incluso incluye quiénes deben de componerla. Nada de esto fue respetado. Se pasó a la votación final y ni siquiera se alcanzó el número necesario de diputados que marca la Constitución para destituirlo. Dice, textualmente, que se necesitan 3/4 de los diputados de su Composición Constitucional (338 votos de 450).

Los blanqueadores justificarán primero que había más de 3/4 que votaron en ese momento ya que votaron 341 parlamentarios, ignorando lo que dice la Constitución textualmente.

Tras quedarse sin argumentos para justificar este golpe, intentarán blanquear el sistema actual porque han existido varias elecciones desde aquellas. Lo que es cierto. Pero las elecciones tras un golpe, con milicias neonazis patrullando las calles y hasta en la puerta de la Rada Suprema, tras prohibir Partidos Políticos como el comunista, tras asesinatos de periodistas Prorusos como Oles Buzina y de masacres como las de Odessa, no creo que se les pueda dar demasiada credibilidad, ni que los ciudadanos Ucranianos se sintieran libres para expresar su opinión. Sobre todo si esa opinión es Pro Rusa.

¿Les daríamos credibilidad a unas elecciones así en cualquier otro país? ¿Con partidos políticos prohibidos? ¿Con persecución, asesinatos y masacres en las calles? Lo dudo mucho.

www.dw.com/es/asesinan-a-tiros-en-kiev-a-un-conocido-periodista-prorru

Todo esto son datos objetivos e innegables. Fuera de toda propaganda. No tengo ninguna simpatía por Putin ni por la invasión de Ucrania, más bien lo contrario. Pero lo que no voy a ignorar es la realidad.

Se puede condenar la invasión Rusa a Ucrania al mismo tiempo que se exponen estos datos. De hecho, estos datos no lo justifican, pero sí que explican las motivaciones. Esas que se niegan a ver para intentar retratar al enemigo como un monstruo irracional.

Revisen la Propaganda Propia, que es la que es difícil de ver.

21 10 1 K 44
21 10 1 K 44
26 meneos
378 clics

Sobre el colapso de nuestra civilización

“Se producen más individuos de los que es posible que sobrevivan; tiene que haber forzosamente en todos los casos una lucha por la existencia” (Carlos Castrodeza)

"No hay derecho ninguno ni a la existencia, ni al trabajo, ni a la felicidad: el destino del hombre no se distingue del destino del más vil gusano." (Friedrich Nietzsche. Aforismo 753 de Voluntad de Poder)

Introducción.

"Crash Oil" es la denominación que recibe una hipótesis científica muy actual que, en resumen viene a defender lo siguiente:

1º) La sociedad y la economía moderna en la que vivimos basa de manera fundamental su compleja existencia en el eficiente rendimiento energético que ofrecen los diferentes recursos fósiles disponibles en el planeta.

2º) Estos recursos fósiles no son renovables, y por lo tanto su uso masivo llevará a su agotamiento en algún momento futuro por determinar. De hecho, no es necesario que estos recursos se agoten materialmente como tal, sino que vale simplemente con que la extracción y la explotación de los mismos requieran consumir más energía de la que produzcan.

Conclusión) Se propone por último que, una vez llegado el momento en que la producción (el rendimiento en realidad) de los combustibles fósiles comience a disminuir tras superarse lo que se suele conocer como el pico ("Peak") de su explotación, la economía sufrirá un gran retroceso social y económico debido fundamentalmente a la inexistencia de una fuente de energía alternativa tan abundante, eficiente y versátil como ha sido la fósil hasta ahora.

Se habla en estos círculos además sobre el hecho de que esta fuente de energía es ya hoy día más escasa de lo que parece (al menos en cuanto a rendimiento de explotación se refiere), y que por tanto será muy pronto complicado mantener el orden social y económico establecido; ya que es de sobra conocido en ciencias físicas que toda complejidad en sistemas lejos del equilibrio térmico debe ir acompañado siempre de una cantidad mínima de energía que le de soporte. Lo cual lleva a que si no se encuentra una alternativa de igual rendimiento y versatilidad (y de momento no hay nada en el horizonte ni remotamente parecido), será físicamente imposible que la complejidad social no se vea afectada; lo que viene a traducirse en que nuestra civilización sufrirá posiblemente un importante retroceso.

Ese retroceso está por ver como de severo será, pero se supone que será lo suficientemente grande como para en teoría poder incluso producir el colapso completo de nuestra civilización, que es precisamente a lo que se refieren con ese "Crash" dentro la tesis que venimos tratando.

Peakoilers y tecnooptimistas .

Hay hoy día mucha controversia alrededor de la propuesta que acabamos de describir. A grandes rasgos, algunos se decantan simplemente por rechazar la mayor negando las dos premisas que acabamos de ver, mientras que otros aceptan estas premisas como algo lógico y empíricamente constatable. Luego, dentro de los que la aceptan estos postulados tenemos una nueva división entre dos grupos claramente enfrentados que podemos denominar como tecnooptimistas peakoilers; agrupándose por otra parte los que rechazan las premisas en torno a argumentos que podemos clasificar como de ingenuos, ignorantes o manipuladores.

Muy resumidamente, los tecnooptimistas vienen a defender a grosso modo que algún avance tecnológico aún por descubrir (o la mejora y explotación de alguno ya existente) vendrá a salvar finalmente la situación una vez llegue el momento de la escasez fósil (no siendo por tanto necesario preocuparse demasiado por este pretendido colapso). Y por otra parte, los peakoilers defienden que no creen que tal "salvavidas" tecnológico sea físicamente viable, y que por tanto lo más que podemos hacer es simplemente "prepararnos" lo mejor posible para la llegada de la escasez de manera que el "Crash" sea lo más "suave" posible.

La termodinámica y el crecimiento económico.

Como dijimos arriba, también tenemos el bando de los ingenuos-ignorantes-manipuladores, los cuales sencillamente se limitan en general a negar o a infravalorar las limitaciones impuestas por la termodinámica en el mundo. Algunos lo hacen por desconocimiento y otros actúan de mala fe guiados por intereses personales de algún tipo.

Sea como sea, este grupo es muy heterogéneo y defienden posturas muy diversas, aunque quizás la mayoría tenga como denominador común que tienden a defender ante la opinión pública sin tapujos que el rendimiento energético no es lo fundamental para el mantenimiento y/o el aumento de la complejidad social (eso que llamamos en general el estado del bienestar). Según ellos, aún en un escenario de descenso en el total energético disponible para el consumo y la producción, todavía es posible mantener el sistema social tal cual, e incluso los hay que afirman ¡que aun así es posible crecer económicamente! Ridículo. Y más ridículo puesto que todo eso se cuenta dentro de un escenario de crecimiento poblacional global casi exponencial. Cada vez hay más población y cada vez la energía disponible rinde menos, lo cual requiere un avance tecnológico ilimitado capaz de hacer tender al infinito la eficiencia en el uso de la energía restante de manera que la estructura social se salve a gran escala. La ciencia hace décadas que no descubre nuevas fuentes de energía, y la mejora en la explotación tecnológica de las ya conocidas cada vez tiene menos margen de mejora en cuanto a eficiencia.

Estos negacionistas no comprenden (o no quieren comprender) que es la termodinámica la que pone un límite a lo que una fuente de energía puede rendir, y que será esta cota natural en la energía renovable superviviente la que determinará hasta qué punto será viable mantener la complejidad social; es decir, hasta qué punto irá a colapsar nuestro sistema social actual (i.e. cuánta complejidad estructural se podrá mantener y cuánta no).

Se puede decir en pocas palabras, que cuanto menor sea el rendimiento (y versatilidad) efectivo en la construcción, mantenimiento y explotación de los recursos energéticos que nos queden tras el Peak Oilmenor será la complejidad social que se podrá mantener llegados a este punto. O lo que es lo mismo, que cuanto más caiga la cantidad total de energía neta disponible para su explotación, mayor será el colapso (decrecimiento en la complejidad); siendo por eso que muchos peakoilers defienden abiertamente invertir gran parte de la eficiente energía fósil que todavía nos queda en conseguir construir la mejor y mayor infraestructura renovable posible de modo que el rendimiento energético total posterior a la era fósil sea el mayor posible.

Y no hay ninguna duda de que es esta la estrategia más lógica y sensata de entre todas las disponibles, pero hay que plantearse una cuestión importante: ¿es un estrategia biológicamente viable? Porque históricamente, a nivel social, hemos visto en repetidas ocasiones que el hecho de que algo sea lógico y razonable casi nunca ha sido óbice para alcanzar un acuerdo global, siendo más bien una Teoría de juegos la que ha guiado siempre estas acciones a gran escala primando en este sentido siempre el inmediato interés propio (y el de los "nuestros").

¿Y si el colapso social fuese inevitable?

Me gustaría por tanto a continuación introducir y defender con más detalle una nueva alternativa a las ya vista hasta ahora: tecnooptimistas, peakoilers e ingenuos-ignorantes-manipuladores. En concreto, me gustaría comentar la posibilidad de que el colapso (decrecimiento) socio-económico sea inevitable tras el Peak Oil; pero que, al contrario de lo que los peakoilers suelen pensar, no hay nada que se pueda hacer por intentar siquiera amortiguar la caída. Es decir, que el hecho de advertir y comprender el problema no permite en modo alguno adelantar ninguna "solución", ni siquiera parcial.

Y es que, como ya he comentado antes, gran parte de los peakoilers son optimistas dentro de la realidad pésima por venir (según la tesis defendida); y piensan dentro de ese optimismo que la sociedad tiene medios para prevenir en gran medida el colapso de manera que el decrecimiento acontecido tras el Peak Oil no sea demasiado severo e incluso abordable de manera que se mantenga en pie gran parte de la sociedad del bienestar. Las medidas propuestas por ellos se basan en comenzar a decrecer desde ya, regulando el consumo y la producción de manera que la energía que resta pueda ser utilizada de manera más útil con visos de favorecer una transición a un mundo impulsado 100% por energías renovables (solares, eólicas, etc.), y sin que por el camino se desmantele demasiado la enormemente compleja estructura social que hemos logrado montar gracias al fósil desde hace un par de siglos hasta ahora.

Yo no creo que esto sea posible, y paso a continuación a defender mi hipótesis que podríamos denominar como colapsista.

El colpasismo.

Pedir decrecer de manera controlada pensando en el futuro cuando aún hay disponibilidad de recursos para no tener que hacerlo, es tanto como pedir a un padre que deje pasar hambre a un hijo pensando en el mañana pero teniendo al mismo tiempo un supermercado a la esquina repleto de comida: en un escenario de previsible escasez, racionalizar esta comida sería la actuación lógica, pero la realidad de nuestra esencia biológica nos empuja instintivamente por el contrario a actuar de un modo muy distinto, empujándonos a acaparar para "los nuestros" lo máximo posible antes de que tal escasez finalmente llegue (si es que llega). Por lo tanto, aunque a primera vista puede sonar algo exagerado, el símil que utilicé antes creo que es en realidad muy acertado: yo personalmente no voy jamás a dejar pasar "hambre" a mis hijos teniendo un "supermercado" repleto en la esquina (y el que no piense así definitivamente es que no tiene hijos) , y eso a pesar de que la comida quizás no vaya a ser repuesta. Primero porque el futuro siempre es incierto, mientras que el "dolor" de mi hijo sería presente; y además porque sé a ciencia cierta que si no saqueo yo el "supermercado", lo hará sin duda mi vecino (ya que sé que él sufre el "dolor" de su hijo lo mismo que yo). Escalando el símil a un nivel social, esto se puede traducir en que yo no voy a comenzar a decrecer (haciendo pasar "hambre" a los míos), para que luego el vecino (cualquier otro país o comunidad) siga consumiendo y creciendo por su cuenta a costa del "dolor" de los míos.

Y esto último que hemos visto es importante porque supone que el decrecimiento controlado sólo sería viable por tanto mediante una coordinación (¿represión?) mundial, y en este sentido la historia se encarga rápidamente de refutar esta utópica posibilidad de un entendimiento a gran escala: tal cosa NUNCA ha sucedido, y es de hecho bastante iluso creer que tal entendimiento entre 7.000 millones de personas sea posible; más aún cuando hay diferencias irreconciliables (y aquí en España de eso sabemos mucho) ya no sólo a nivel interestatal, sino incluso a nivel de estado entre comunidades autónomas (provincias, localidades e incluso barriadas de vecinos). Conseguir en la "Teoría de juegos" en la que el mundo se mueve a nivel global una estrategia dominante que convenga a todos (un equilibro de Nash), y que tal estrategia suponga además un decrecimiento controlado, es algo tan improbable que solamente tendría alguna posibilidad de llevarse a cabo reduciendo el número de "jugadores" a uno solo (en este caso un único país capaz de dirigir y reprimir a todos, posiblemente tras una agresión militar); y siendo además este único jugador consistente y estando concienciado con la propuesta del decrecimiento controlado, lo cual plantea de nuevo el interrogante de si esto llevaría realmente el equilibrio deseado, o si lo que se conseguiría finalmente con este estado sería una estrategia mediante la cual dicho estado dominante crecería él mismo (y lo suyos) a costa del decrecimiento de todos los demás (con lo que nos encontramos de hecho de nuevo con el problema biológico de base con el que partimos esta disquisición, el cual nos dice que es muy difícil -si no imposible- dejar pasar voluntariamente "hambre" a los nuestros).

Por lo tanto, y a modo de resumen, bien podría ser el caso de que un escenario de decrecimiento controlado sea demasiado inestable como para que se produzca el necesario equilibrio de Nash. Y si este es el caso, y tiene pinta de que lo es, la humanidad estaría entonces condenada a sufrir las consecuencias de un duro colapso socio-económico como consecuencia de la próxima escasez de recursos fósiles por venir.

Pero, ¿de verdad el rendimiento energético disponible y la complejidad social están tan relacionados?

Ya vimos antes que la termodinámica en sistemas lejos del equilibrio térmico relaciona de manera directa complejidad y energía, lo que implica que al decrecer en consumo se produce necesariamente menos, lo cual va acompañado de una disminución en la complejidad (social en este caso) admisible. En otras palabras: si se consume menos, también se produce menos, lo que lleva a cada vez existan menos servicios y productos disponibles a repartir entre todos. Decrecer controladamente supone por tanto pedir al pueblo que acepte desde hoy vivir peor, y que lo haga además cuando todavía no es del todo evidente que la tesis del "Oil Crash" sea inevitable (como defienden los tecnooptimistas y los negacionistas en general). Y de todas formas; y para más inri, hay que tener en cuenta que conforme aumente la población mundial en el tiempo (se habla de alrededor de 10.000 millones de habitantes en el año 2100), este reparto decreciente hará que toque cada vez a menos por persona, lo que termina resultando un disparate puesto que al cabo de no mucho tiempo, este aumento de la población llevará junto con una producción estancada o en retroceso a un reparto unitario que tendería a cero, con lo que todos acabaríamos siendo inmensamente pobres.

Es decir; que el crecimiento mundial de la población, y la petición voluntaria de decrecimiento que proponen los peakoilers más optimistas (algunos de los cuales comparten intereses personales "ecologistas" en sus argumentaciones), es algo que sencillamente no sólo no puede funcionar en teoría (como vimos antes al hablar de la "Teoría de juegos"), sino que incluso un intento por llevar a cabo dicha estrategia podría incluso precipitar la inestabilidad social y acelerar la llegada del colapso.

No lo olvides: la sociedad la conforman personas.

Cuando se tratan estos temas (en realidad, cuando se habla de economía en general), no se suele tener nunca en cuenta nuestra naturaleza evolutiva a la hora de discurrir, olvidándonos de que son personas individuales las que suman y conforman la sociedad como una entidad global. Y que en este sentido son los intereses personales los que mueven realmente el mundo, y no una supuesta "Razón social" actuando a gran escala (baste ver al respecto la inutilidad de la ONU para llevar a cabo ni una sola actuación destacable en todas sus décadas de existencia).

Todo esto nos debería hacer comprender que macroeconomía y microeconomía van de la mano, y que la primera se reduce a la suma de fuerzas de la segunda, terminando ambas reduciéndose a la economía familiar. En este sentido, merece la pena mencionar de nuevo que ni yo ni nadie (con hijos) dejará jamás pasar "hambre" (y no me refiero evidentemente sólo a los alimentos) a su progenie, y mucho menos mientras haya productos que consumir y bienes que ofrecer a los nuestros. Por lo tanto, de poco o nada servirán los avisos de los peakoiler (o de los ecologistas ya que estamos). El mundo seguirá su curso guiado de manera autónoma e instintiva por nuestra esencia biológica (evolutiva) individual.

El ser humano, el gusano, y la bacteria.

Nuestro tradicional orgullo antropocéntrico hace que muy pocos se planteen siquiera si el ser humano no será después de todo un simple fenómeno natural más sin importancia objetiva alguna. Se nos llena la boca con la palabra "Humanidad" sin replantearnos si verdaderamente esta "Humanidad" tiene algún fin u objetivo distinto en esencia por ejemplo, al de un gusano o una cepa de bacterias. Damos por hecho que sí, que somos diferentes, algunos incluso afirman que somos hijos de Dios hechos a imagen y semejanza de Él (en este punto, perdonen que me ría). ¿Por qué debería de ser así? ¿Por qué tanta soberbia y prepotencia? Lo único que empíricamente diferencia nuestra especie de las demás especies es un mayor córtex cerebral, el cual nos permite llevar de manera más eficiente los quehaceres evolutivos pero...¿supone eso que nuestro sino y nuestro destino va a ser distinto del destino del más vil gusano? No necesariamente. Todos los seres vivos somos hijos del mismo proceso evolutivo, y en consecuencia todos compartimos la misma finalidad objetiva: consumir toda la energía posible en el menor tiempo posible (gracias en gran parte a la replicación y el crecimiento exponencial).

Mucho que nos pese, bien podría ser el caso de que nuestra civilización pudiera estar determinada de base al colapso; lo mismo que lo está una cepa de bacterias con unos recursos energéticos limitados dentro de una placa de Petri. En el caso de nuestra civilización moderna, la placa de Petri sería la propia Tierra, y los recursos limitados serían los eficientes combustibles fósiles. De hecho, empíricamente es ciertamente destacable el hecho de que el "colapso" del crecimiento bacteriano dentro de ese entorno cerrado (la placa) presenta un pico (Peak) muy similar al esperado para nuestro particular crecimiento y posterior colapso como civilización (véanse las dos figuras de más abajo). En realidad ningún crecimiento exponencial es en general estable en el Universo (a nivel físico todo crecimiento exponencial presenta una curva similar a la abajo mostrada), y muy probablemente nuestro caso no pueda ser una excepción.

Conclusión.

Personalmente, junto a todos los peakoilers, veo muy claro el peligro que supone la futura escasez de fuentes fósiles; pero no veo para nada claro que exista una "solución" viable y favorable para todos. Muy posiblemente algo así como un consenso para decrecer con visos a amortiguar el futuro colapso no pueda ocurrir (debido a nuestra esencia biológica), y posiblemente serán por contra una vez más (en realidad, como siempre ha sido, y quizás como siempre será) los más "fuertes" los que acaparen a toda máquina lo que vaya quedando a expensas del resto. Posiblemente todo el que pueda irá tirando del "patadón para adelante" hasta que todo se vaya al traste. Esto es, salvar el culo de los nuestros mientras sea posible, a la espera de que "algo" salve finalmente la situación.

Referencias.

- Como principal referencia en estos temas (en castellano), no hay más remedio que visitar el magnífico blog del físico Antonio Turiel Martínez: "The Oil Crash" (crashoil.blogspot.com.es/). Cualquier duda al respecto seguro que podrá ser resuelta en algunas de sus innumerables entradas.

34 meneos
873 clics

Irene Montero, los bulos y contrabulos sobre Melilla

El viernes 27 de junio, tras el Consejo de Ministros, la portavoz del gobierno, Isabel Rodríguez, y la ministra de igualdad, Irene Montero, dieron una rueda de prensa. En ella, varios de los periodistas asistentes, preguntaron a Montero su opinión sobre el último asalto a la valla de Melilla. En todos los casos, la portavoz del gobierno tomó la palabra, evitando que Montero respondiese las preguntas.

Bulo nº 1: Irene Montero no rechazó responder las preguntas ni pronunciarse sobre el asalto. Ésta fue cortada constantemente por la portavoz del gobierno.

Posteriormente, ya fuera de la rueda de prensa, varios periodistas le preguntaron a Irene Montero por qué no la dejaron hablar sobre la valla de Melilla en la rueda de prensa, respondiendo el ya conocido "siempre estaré disponible". Los periodistas allí presentes parecían más preocupados por saber por qué no se manifestó durante la rueda de prensa que por su opinión sobre la valla de Melilla en sí.

Bulo nº 2: Irene Montero dio su opinión sobre los hechos acontecidos en Melilla, pero no respondió a las preguntas sobre por qué no habló en la rueda de prensa.

Varios medios de comunicación (Telecinco, Antena 3, Onda Cero) criticaron que Irene Montero no respondiese a las preguntas sobre por qué fue cortada durante la rueda de prensa por la portavoz.

Bulo nº 3: estos medios no criticaron a Irene Montero por no dar su opinión por el tema de Melilla (puesto que la dio), sino por no responder a las preguntas de por qué no habló en la rueda de prensa. Se trata de carroñerismo periodístico, pero no de un bulo.

La consecuencia de ello es que mucha gente asumió que Irene Montero se había negado a dar su opinión sobre la valla de Melilla gracias a la manipulación periodística, poniendo el foco en el hecho de que Montero no hablara durante la rueda de prensa y a su negativa a responder los motivos por los que no lo hizo. Pero en ningún momento estos medios de comunicación afirmaron que Montero se negase a opinar sobre Melilla. Simplemente ocultaron su opinión, poniendo el foco en lo ya mencionado.

Bulo nº 4: al contrario de lo que afirma Público y los "tuiteros", los medios de comunicación antes mencionados no afirmaron que Irene Montero no se pronunciase sobre Melilla, sino que no respondió a las preguntas de por qué no habló durante la rueda de prensa.

Varios hechos:

  • No es competencia de Irene Montero responder, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, preguntas que nada tienen que ver con su ministerio. Para ello está la portavoz del gobierno, que dará la respuesta de los ministros competentes que no están en la rueda de prensa.
  • Irene Montero ha expresado su opinión personal sobre los hechos acontecidos en Melilla cuando tocaba hacerlo, que es en un contexto más personal, y no en una rueda de prensa del gobierno.
  • Irene Montero no sable tratar con la prensa, y no supo lidiar con la pregunta tendenciosa de por qué no habló del tema durante la rueda de prensa.
  • Todos los periodistas que le preguntaron por qué no habló durante la rueda de prensa y han querido hacer "sangre" con ello deberían ser tomados o bien como ignorantes o bien como manipuladores.
  • Todos los periodistas que acusan a otros periodistas de decir que Irene Montero no dio su opinión sobre Melilla son igualmente unos manipuladores.
  • Todo este tema es un insulto para la inteligencia, teniendo en cuenta las decenas de muertos que ha habido al otro lado de la valla, y un claro ejemplo de manipulación y polarización social. El periodismo actual es basura.

Ale, ya me he quedado a gusto.

37 meneos
708 clics
Propuesta de breve lectura estival: relatos de ciencia ficción de George R.R. Martin (1972-1981)

Propuesta de breve lectura estival: relatos de ciencia ficción de George R.R. Martin (1972-1981)

Los relatos son pequeñas ventanas a otros mundos, otras mentes y otros sueños. Son viajes que puedes hacer al otro lado del universo y aún así volver a tiempo para la cena.”

Neil Gaiman

Se puede dar por supuesto que si hay en el género fantástico un escritor que no necesita ninguna presentación ése es George R.R. Martin. La gigantesca presencia de Canción de Hielo y Fuego en la cultura actual es de tal magnitud que dibuja una enorme sombra que oculta otras facetas de este mismo autor. Y una de ellas (y es una muy especial) es la de grandísimo escritor de relatos, muchos de los cuales fueron escritos entre los años 70 y 80 del siglo XX. Personalmente aún recuerdo la impresión que me produjo descubrir Los reyes de la arena en el número 127 de la nunca suficientemente alabada revista Nueva Dimensión. La publicación está fechada en octubre de 1980, pero yo debí leerla a mediados de los años 80 y tanto el placer como el acojone que me produjo tienen efectos permanentes en mí (como la poción mágica en Obélix) ya que todavía siento algún que otro escalofrío al releerlo.

La temática de sus relatos es prácticamente la misma que define a sus obras más conocidas, abarcado en ellos tanto ciencia ficción como fantasía, casi siempre aderezadas con terror (y también mucho humor) y con su particular visión sobre la condición humana, sobre el amor y la pérdida, la fragilidad de la psique y lo endeble de las religiones y las creencias a las que nos agarramos y en como éstas son utilizadas por las élites. Y todos ellos están aderezados con esa desesperanza tan particular que trasmite Martin.

No es que Martin tenga escrito una enorme cantidad de ellos -muy posiblemente por el tiempo y esfuerzo dedicados a Canción de Hielo y Fuego y a las varias producciones televisivas en las que ha estado enfrascado los últimos treinta y muchos años- pero fuera de ese universo hay por lo menos una docena que son excelsos: Una canción para Lya; Los reyes de la arena; El camino de la Cruz y el dragón; Esa otra clase de soledad; El dragón de hielo; Cuando llega la brumabaja; Oscuros, oscuros eran los túneles; Y siete veces digo: al hombre no matarás; Por un solo ayer; La última Super Bowl; El hombre con forma de pera; El tratamiento del mono; varios relatos de los que conforman Los viajes de Tuf....

No puedo decir lo mismo (de tener unos relatos de calidad tan apabullante) de casi ningún otro escritor de fantasía o terror, salvando a mi idolatrado Gene Wolfe, Stephen King y quizás a Neil Gaiman o Fritz Leiber; y al respecto de los escritores de ciencia ficción habría que irse a lo más escogido en la escritura de relatos: Isaac Asimov, Arthur C. Clarke o Philip K. Dick. Lo que quiero decir con todo ésto es que con apenas unos pocos años de producción de relatos puede mirar de tú a tú a los más grandes escritores anglosajones del género sin inmutarse. Y particularmente muchos de los creados en el período entre 1972 y 1981 son tremendamente buenos. Sólo podemos llegar a imaginar lo que podría haber escrito Martin si no le hubiese dedicado el ímprobo esfuerzo que requiere una obra tan colosal (en todos los sentidos de la palabra) como Canción de Hielo y Fuego, y se hubiese dedicado a continuar experimentando con nuevos relatos tanto de fantasía como de ciencia-ficción. Lo que es cien por cien seguro es que no sería conocido más que por una pequeñísima fracción de los lectores que actualmente compran y leen sus obras.

Como Martin es mucho más conocido como escritor de fantasía, voy a centrarme en su producción de ciencia-ficción. Por si alguien no los conoce y tiene interés en leer algunas de sus obras de ciencia-ficción en formato corto, os recomiendo una decena de relatos que merecen mucho la pena (aquí englobo relatos y relatos cortos, incluso alguna novela corta -todo lo que se puede leer en un máximo de poco más de una hora aproximadamente-). No están enumerados en ningún orden especial y, si tengo que escoger a un favorito, éste sería El camino de la Cruz y el dragón.

¿Qué mejor idea de lectura veraniega que zambullirse en estos relatos? La gran mayoría se terminan en cuestión de minutos sin esfuerzo y se pueden encontrar tanto en Internet como en las publicaciones previas existentes; también muy recientemente se han publicado en español media docena de nuevos libros recopilatorios integrando la práctica totalidad de su producción.

1.- Una canción para Lya (1974). Premio Hugo de novela corta de 1975. Posiblemente el más conocido de sus relatos. Amor y pérdida más allá del entendimiento humano.

Las ciudades de los shakeen son viejas, mucho más viejas que las del hombre, y la gran metrópoli que se levanta en las tierras de su colina sagrada había demostrado ser la más antigua de todas. La ciudad de los shkeen no tenía nombre. No necesitaba ninguno. Pese a que construían cientos y miles de pueblos y ciudades, la ciudad de las colinas no tenía rival. Era la mayor en tamaño y población, y era la única que se levantaba en las colinas sagradas. Era su Roma, Meca, Jerusalén, todo en una. Era la ciudad, y todos los shkeen venían a ella en los últimos días antes de la Unión. Pese a que construían cientos y miles de pueblos y ciudades, la ciudad de las colinas no tenía rival. Era la mayor en tamaño y población, y era la única que se levantaba en las colinas sagradas. Era su Roma, Meca, Jerusalén, todo en una. Era la ciudad, y todos los shkeen venían a ella en los últimos días antes de la Unión.”

2.- Los reyes de la arena (1979). Ganó los premios Hugo y Nébula al mejor relato en 1980. Recuerda siempre que debes tratar bien a tus mascotas.

Simon Kress vivía solo en una gran mansión situada entre montañas áridas y rocosas a unos cincuenta kilómetros de la ciudad. Y así, cuando tuvo que ausentarse inesperadamente por asuntos de negocios, no dispuso de vecinos de los que pudiera aprovecharse para dejarles al cuidado de sus mascotas. El halcón no era problema. Descansaba en el campanario inutilizado y, de todas formas, solía alimentarse por sus propios medios. En cuanto al shambler, Kress se limitó a echarlo fuera de la casa y dejar que se las arreglara como pudiera. El pequeño monstruo se alimentaría de babosas, pájaros y ratas. Pero la pecera, surtida de pirañas genuinas de la Tierra, planteó una dificultad. Finalmente arrojó una pierna de carnero al inmenso tanque. Las pirañas siempre podrían devorarse unas a otras si le retenían más tiempo del que esperaba. Ya lo habían hecho otras veces. Un detalle que le divertía.”

3.- El camino de la Cruz y el dragón (1979) Premios Hugo y Locus al mejor relato corto en 1980. Un precioso relato que trata sobre religiones, sobre las escasas certezas de la condición humana y sobre la entropía. Ojo a la descripción de la herejía de San Judas Iscariote, que es de lo más original que ha escrito Martin en la humilde opinión de un servidor.

“—En conjunto resulta una historia agradable. Más fácil de leer que tu Biblia, Damián, y también más dramática.

Es verdad —admití—. Pero es absurda. Una maraña increíble de doctrina, escritos apócrifos, mitología, y superstición. Entretenida, si, sin lugar a dudas. Imaginativa, incluso atrevida. Pero ridícula, ¿no te parece? ¿Cómo podemos creer en dragones? ¿En Cristo sin piernas? ¿En Pedro recompuesto de sus pedazos después de haber sido devorado por cuatro monstruos?

La sonrisa de Aria era burlona.

¿Acaso es más tonto que creer en el agua transformándose en vino, o Cristo caminando sobre las aguas, o un hombre viviendo en el estómago de una ballena?”

4.- Esa otra clase de soledad (1972). Ciencia ficción y la fragilidad de la psicología humana, enfrentada hasta su límite en la inmensidad de un amenazante, frío y gigantesco Espacio.

18 de junio

Mi relevo ha partido hoy desde la Tierra.

Por supuesto, pasarán al menos tres meses antes de que llegue. Pero ya está en camino.

Hoy ha despegado desde El Cabo, como lo hice yo cuatro años atrás. Una vez en la Estación Komarov, se dirigirá hacia una nave lunar, luego girará en órbita alrededor de Luna, en la Estación del Espacio Profundo. Allí comenzará realmente su viaje. Hasta entonces sólo habrá estado rondando terreno familiar.

Hasta que La Charon no abandone la Estación del Espacio Profundo y se su- merja en la noche, no lo sentirá, no lo sentirá realmente, como no lo sentí yo hace cuatro años. No le afectará el golpe hasta que la Tierra y la Luna se desvanezcan a sus espaldas. Por supuesto, sabe desde el principio que ya no puede echarse atrás. No obstante, hay una diferencia entre saberlo y sentirlo. Ahora, lo sentirá.”

5.- Cuando llega la brumabaja (1973) ¿Y qué nos queda cuando se acaba el misterio...?

Todavía era temprano para desayunar esa mañana del día siguiente a mi llegada. Pero Sanders ya estaba en el balcón del comedor cuando llegué. Estaba solo, de pie en un rincón, contemplando las montañas y las brumas.

Fui hacia él mascullando un saludo. Ni siquiera me respondió.

¿Hermoso, no es cierto? —dijo, sin volverse.

Y lo era. Tan sólo unos metros bajo el nivel del balcón las brumas ondulaban, lanzando olas fantasmales que rompían contra las piedras de su castillo. Un espeso manto blanco se extendía hasta donde alcanzaba la vista, envolviéndolo todo. Podía verse la cima del Duende Rojo, al Norte; una roca escarlata que, como aguzada daga, hendía el cielo. Pero eso era todo. Las otras montañas se hallaban bajo el nivel de las brumas.”

6.- Oscuros, oscuros eran los túneles (1973) Distopía post-apocalíptica y los límites de la evolución humana.

No era un cobarde. Era un explorador de la Gente que se había arriesgado a caminar por túneles jamás visitados por los hombres durante centurias.

Pero estaba asustado, y no tenía vergüenza de su temor. Un buen explorador sabe cuándo debe tener miedo. Y Greel era un excelente explorador. Por lo tanto, se quedó silencioso en medio de la oscuridad, con el arma cogida en su puño, pensando.

Lentamente, el temor comenzó a alejarse. Greel se sintió más seguro y abrió los ojos. Los cerró de nuevo a toda velocidad.

El túnel que se extendía frente a él estaba ardiendo.”

7.- Guardianes (1981) Uno de los relatos sobre el ingeniero ecológico Tuf, publicado posteriormente en el volumen recopilatorio Los viajes de Tuf de 1987.

Namor era un mundo verde oscuro, solitario y sin luna, envuelto en jirones de nubecillas doradas. El Arca dejó de propulsarse, sufrió una sacudida y entró pesadamente en la trayectoria orbital. En la larga y estrecha sala de comunicaciones, Haviland Tuf iba de un asiento a otro para estudiar el planeta desde una docena de las cien pantallas repartidas por la habitación. Lo acompañaban tres gatitos grises que saltaban entre las consolas sin parar más que para lanzarse zarpazos juguetones. Tuf no les hacía caso.

Namor era un mundo acuático: solo había una masa continental visible desde la órbita, y ni siquiera era demasiado grande. Pero, al aumentar la imagen, Tuf pudo ver millares de islas dispersas que se agrupaban sobre los profundos y verdes mares en alargados archipiélagos con forma de media luna, como gemas de tierra dispersas por los océanos. Las pantallas mostraron las luces de docenas de ciudades grandes y pequeñas en la parte donde era de noche, y destellos intermitentes de energía allí donde los asentamientos estaban a la luz del día.”

8.- Nómadas nocturnos (1980). Premio Locus a mejor novela corta de 1981. Es el más extenso de este listado. El miedo y la sospecha acompañan a los tripulantes de una nave espacial y a los secretos que se esconden.

La guerra rugió durante mil años, y los volcryn la atravesaron sin saber de ella, sin que los rozara, a salvo en un lugar donde no podía arder fuego alguno. Después, el Imperio federal se derrumbó y desapareció, y los hranganos se desvanecieron en la oscuridad del Colapso, pero para los volcryn nada se oscureció.

Cuando Kleronomas partió de Avalón con su nave exploradora, los volcryn pasaron a menos de diez años luz de él. Kleronomas descubrió muchas cosas, pero no encontró a los volcryn, ni entonces ni durante el regreso a su mundo, una vida entera más tarde.

Cuando yo tenía tres años, y Kleronomas ya no era más que polvo, tan lejano y muerto como Jesús de Nazaret, los volcryn pasaron cerca de Daronne. Todos los crey perceptivos se mostraron inquietos aquella estación y contemplaron las estrellas con ojos luminosos y centelleantes.

Cuando llegué a la madurez, los volcryn habían dejado atrás Tara, donde ni siquiera los crey podían ya percibirlos, y seguían rumbo al exterior.

Y ahora que soy mayor, muy mayor, los volcryn están a punto de desgarrar el Velo del Tentador, que pende como una niebla negra entre las estrellas. Y nosotros los seguimos. Por los abismos interestelares que nadie más transita, atravesando el vacío, atravesando el silencio infinito, vamos en pos de ellos mi Nómada Nocturno y yo.”

9.- En la casa del gusano (1976). Religión, pozos, túneles y regresión tecnológica en la más profunda oscuridad.

Desde siglos más allá del recuerdo, la Casa del Gusano se hallaba sumida en la podredumbre, y así debía ser, ya que podredumbre es simplemente un nombre más del mismo Gusano Blanco. Por eso los yaga-la-hai , los gusahijos, se limitaban a sonreír y a continuar como siempre, aunque las cortinas se pudrieran en las paredes de sus interminables madrigueras, y aunque todos los años menguaran los habitantes de las mismas, aunque la carne fuera haciéndose cada vez más escasa y aunque la misma roca que los rodeaba se convirtiese en polvo. En las madrigueras altas de ranuradas ventanas, inundadas por la roja oscuridad de la inmensa brasa que agonizaba arriba, los yaga-la-hai iban y venían y vivían su vida. Atendían sus antorchas y celebraban sus mascaradas, y hacían la señal del gusano siempre que pasaban cerca de las oscuras madrigueras sin ventanas donde se decía que los grounos murmuraban y estaban al acecho (porque los pasillos y túneles de la Casa del Gusano tenían la reputación de ser infinitos, de descender por debajo de la tierra, tanto como el negro cielo asciende en lo alto, y los yaga-la-hai tan sólo consideraban suyas algunas de las muchísimas antiguas cámaras).”

10.- Y siete veces digo: al hombre no matarás (1975). Sobre colonialismo, explotación de recursos, conquistadores, conquistados y religión.

“ —Actuamos como consideramos necesario —dijo Wyatt a Ryther—. Cuando un animal mata a un hombre, hay que castigar al animal para que otros animales lo vean y aprendan, para que las bestias sepan que el hombre, semilla de la Tierra e hijo de Bakkalon, es su amo y señor.

Los jaenshi no son bestias —buló neKrol—. Son seres inteligentes y tienen religión, arte y costumbres, y…

Y no tienen alma —concluyó Wyatt mirándolo—. Los únicos que tienen alma son los Hijos de Bakkalon. La semilla de la Tierra. El hecho de que tengan raciocinio es algo que solo le importa a usted, y puede que a ellos; pero no tienen alma, y por tanto son bestias.

Arik me ha enseñado las pirámides de culto que han construido —dijo Ryther—. Unos seres que son capaces de construir semejantes santuarios deben tener alma, por fuerza.

Está usted en un error —respondió el prior, sacudiendo la cabeza—. El Libro lo dice claramente. Nosotros, la semilla de la Tierra, somos los verdaderos Hijos de Bakkalon, y nadie más. El resto son animales, y debemos imponer nuestro dominio sobre ellos en nombre de Bakkalon.”

20 17 0 K 51
20 17 0 K 51
29 meneos
352 clics
MALEMÁTICAS VIII: gráfico del día en Expansión

MALEMÁTICAS VIII: gráfico del día en Expansión

Nunca te creas un gráfico de Expansión. Comprueba lo que pasa cuando no se trunca el eje vertical.

20 9 0 K 51
20 9 0 K 51
47 meneos
731 clics
En EL MUNDO ya no se molestan ni en currarse las mentiras

En EL MUNDO ya no se molestan ni en currarse las mentiras

Leed con atención. Tira Rusia 50 misiles, Ucrania intercepta 44 y con 6 misiles dañan 18 centrales eléctricas y atacan 7 regiones. El misterio de los 6 misiles que caen en 7 regiones y dañan 18 lugares.

Es como los misiles, que Rusia ya no tenía y estaba usando chips de lavadoras. Pues parece que funcionan bien las "lavadoras"

Escriben para retrasados mentales. Concretamente, sus lectores.

No puedo subir el contenido de este enlace porque, al parecer, le han suspendido la cuenta en Twitter. Dejo a continuación el canal de Telegram donde sigue publicando:

t.me/BerdaderaH

32 15 12 K 52
32 15 12 K 52
29 meneos
206 clics
MALEMÁTICAS XXIII: artículo sobre suicidios en El Confidencial con datos falsos

MALEMÁTICAS XXIII: artículo sobre suicidios en El Confidencial con datos falsos

Publica hoy El Confidencial un artículo-entrevista sobre suicidios en España que es un auténtico despropósito:

  • Es falso que los suicidios sean en España un problema especialmente aterrador. Lamentando cualquier suicidio, la tasa de suicidios de España está en la parte media-baja a nivel mundial. Por ejemplo, en Francia y Alemania, son entre un 40% y un 50% superiores.
  • Es falso que los suicidios en España se hayan multiplicado por 10. Los suicidios están en los últimos 30 años con tasas parecidas, con ligeras variaciones hacia arriba o hacia abajo. Es mas, la tasa actual no es la más alta de los últimos años.

  • Es falso que el suicidio afecte sobre todos a jóvenes y adolescentes. Es al revés, las tasas de suicidios empiezan a subir a partir de los 40 años, desbocándose en las edades más altas, sobre todo en los hombres.

PD: acaban de modificar el artículo y el "los suicidios se han multiplicado por 10" ha pasado a ser "los suicidios se han multiplicado, con una subida del 10%". Lo mismo...

20 9 0 K 52
20 9 0 K 52
25 meneos
195 clics
MALEMÁTICAS XLV: cambio de titular

MALEMÁTICAS XLV: cambio de titular

Leo este titular en The Objective y se me ocurre contrastar lo diferentes que se aprecian las cosas cuando se cambia de valores absolutos a relativos:

20 5 0 K 43
20 5 0 K 43
28 meneos
179 clics
MALEMÁTICAS LXIV: selección de gráficos de Expansión

MALEMÁTICAS LXIV: selección de gráficos de Expansión

Nuevamente no detenemos en los gráficos de Expansión. Ya no es sólo el truncado excesivo del eje vertical para exagerar las variaciones, es incluso el no respetar la proporcionalidad con el segundo.

Sin esas técnicas, habrían quedado así:

20 8 0 K 56
20 8 0 K 56

menéame