Tomamos células de un grano de cacao —explica Noemi Weiss, biotecnóloga y directora del proyecto—. Colocadas en un gel nutritivo, se regeneran gradualmente, formando un callo, una especie de tejido reparador. Al cabo de quince días, mediante análisis microscópicos e inteligencia artificial, seleccionamos las células adecuadas, que se colocan en un biorreactor, junto con una solución nutritiva rica en azúcares, vitaminas, minerales y otras sustancias”. El proceso dura unas semanas, durante las cuales —antes de la primera cosecha— crece la biomas