
Un joven que llevaba varios años viajando de ciudad en ciudad, conociendo mundo, descubriendo nuevas culturas... llegó un día a la plaza de un pequeño pueblo en el que observó cómo unas cuantas personas estaban debatiendo sobre lo que hay después de la muerte.
Le picó la curiosidad y decidió quedarse junto a ellos para descubrir las conclusiones del debate.
-Pues sí, tengo la creencia de que la vida después de la muerte debe ser mucho mejor que esta, pues aquí todo es aburrido, en realidad todo es sufrimiento -comentaba un hombre de mediana edad.
-Por supuesto -contestó otro que estaba sentado a su lado-, después de la muerte nos espera otra vida repleta de aventuras, una vida donde podremos realizar todos nuestros sueños.
-Así es -añadió un anciano sentado en un banco-, seguro que en esa otra vida podré conseguir mis objetivos, podré alcanzar todo lo que he soñado en esta vida pero no he llegado a tener.
Y así pasaron varias horas en las que todos los presentes coincidían en que la vida que les esperaba era mucho mejor que la que estaban viviendo.
Cuando ya comenzaba a anochecer, una de las personas más ancianas se dio cuenta de que había allí un joven al que no conocían, un joven que había estado escuchando durante toda la tarde el debate pero que no había pronunciado ni una sola palabra.
-Y tú, muchacho, ¿qué opinas de todo lo que aquí hemos hablado? -le preguntó mientras todos los presentes dirigían sus ojos hacia ese joven que había llegado al pueblo.
-¿Yo? -preguntó confuso el chico.
-Sí, tú, claro...
-Veréis, durante mi corta existencia, pues apenas tengo 25 años, me he dado cuenta de que los que no saben qué hacer con esta vida son precisamente los que más desean que haya otra.
-Sí, es posible, pero qué piensas, ¿hay vida después de la muerte?
-¿Hay vida antes de la muerte? Esa sería la pregunta que os deberíais hacer cada día -contestó el joven mientras se levantaba, cargaba su mochila e iniciaba rumbo a una nueva aventura.
Adaptación de un cuento popular
Ya se ha echado encima el calor y con él comienza de nuevo a florecer la cultura del desolladero, la sangre, los cuernos, los puyazos, las cuchilladas, los vómitos, los aplausos. [...] En el palacio de falso mudéjar de Las Ventas empiezan las corridas de San Isidro. (Manuel Vicent: «Tabú».)
«Si fotografías a personas estás perdiendo todo el tiempo algo; estás corriendo detrás de algo que ya no existe. Si fotografías el paisaje, estás esperando».
La vida es un papel doblado, desdoblado y vuelto a doblar mil veces.
Anónimo
Una corneja cogió una nuez y la llevó a la punta de un alto campanario. Sosteniendo la nuez con las patas, el pájaro la empezó a picotear para abrirla; pero, de pronto, la nuez rodó y desapareció en una hendidura de la pared.
—¡Pared, buena pared —suplicó entonces la nuez al verse liberada del pico mortífero de la corneja—, en nombre de Dios, que ha sido tan bueno contigo haciéndote tan sólida y alta, rica en hermosas campanas que suenan tan bien, socórreme, ten compasión de mí!
Yo estaba destinada a caer bajo las ramas de mi viejo padre —continuó—, para descansar sobre la tierra fértil cubierta de hojas amarillas. ¡No me abandones, te lo suplico! Cuando estaba en el pico de la feroz corneja hice un voto: si Dios me concede escaparme de ella, prometo terminar el resto de mis días en cualquier rincón.
Las campanas, con un leve murmullo, advirtieron a la pared del campanario que fuera con cuidado, porque la nuez podía ser peligrosa; pero la pared, movida a compasión, decidió hospedarla, permitiendo que se quedase donde había caído.
Sin embargo, en poco tiempo, la nuez comenzó a abrirse y a echar raíces entre las grietas de las piedras; después las raíces crecieron, alargándose entre las piedras mientras las ramas asomaban fuera del agujero; y crecieron las ramas y se robustecieron y se alzaron hasta el campanario, y las raíces, gruesas y retorcidas, comenzaron a abatir la pared, derribando las viejas piedras.
La pared se dio cuenta demasiado tarde de que la humildad de la nuez y su voto de quedarse arrinconada no fueron sinceros, y se arrepintió de no haber escuchado el sabio consejo de las campanas.
El nogal continuaba creciendo, fuerte e indiferente, y la pared, la pobre pared, seguía desplomándose.
Leonardo da Vinci
-¡Vosotros sois esclavos! ¿Qué eres, puro intelecto? ¡Arte! ¡Todo eso es basura cuando quieres ponértela dura!
Diálogos de la película "Chwala Bohaterom" (1986) de Piotr Szulkin, dicho por una prostituta sobre el capó del coche del protagonista.
«Cuando digo que la gente puede ser despedida, arrestada, maltratada, azotada o desterrada por nimiedades, no estoy describiendo un caso excepcional por el mero hecho de ser incendiario. Lo que digo es cierto, y la mayoría de los sudafricanos blancos lo reconocerían libremente. No fingen que estas cosas no ocurren. La crueldad esencial de la situación no es que todos los negros sean virtuosos y todos los blancos villanos, sino que los blancos están condicionados a no ver nada malo en las injusticias que imponen a sus vecinos negros».
Basta con que la parte visible esté impecable para que se tenga una opinión favorable de la que no se ve.
Junichiro Tanizaki
- No debimos dejarle que se saliese con la suya.
- ¿Y qué podía hacer? ¿Acusarlo ante los demas de hacer trampas mejor que yo?
"La corona de laurel se la lleva cualquier viento, la corona de espinas es inarrancable".
“No creo que las palabras sean suficientes. El mundo está lleno de cosas que son muy difíciles de poner en palabras y que sólo una imagen puede describirlas en su profundidad. Hay imágenes tan simples en las que se puede caer de un modo completamente sensual y cargado de sentidos. Un cielo celeste, por ejemplo. No es necesario pensar imágenes muy complicadas”
Se encuentran dos ciudadanos rusos. Uno le dice al otro: “¿Sabes que todo lo que nos contaba el PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) era mentira?”. Y el amigo, melancólico, le contesta: “Lo peor no es eso. Lo peor es que lo que nos decía del capitalismo es verdad”.
"No es lo que te sucede, sino cómo reaccionas ante ello lo que importa".
“Para conocer la religión de una persona, no necesitamos escuchar su profesión o fe, sólo debemos descubrir su tipo de intolerancia”.
Eric Hoffer
Como Proust, sé un viejo adicto al té del tiempo.
¿No te avergüenzas de preocuparte de cómo tendrás las mayores riquezas, la mayor fama y los mayores honores, y, en cambio no te preocupas ni interesas por la inteligencia, la verdad y por cómo tu alma va a ser lo mejor posible?
Platón, Apología de Sócrates
“Muchas personas piensan que están pensando cuando simplemente están reorganizando sus prejuicios.”
Atribuida a William Fitzjames Oldham (1854 - 1937)
Cita original: "A great many people think they are thinking when they are merely rearranging their prejudices."
“El silencio es el grito más fuerte”.
La vida es bella
Vizenzo Cerami
"El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera, pero sufrir por propias culpas, esa es la pesadilla de la vida"
Oscar Wilde
“El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos.”
"Si Jesucristo naciese hoy no sería cristiano."
"Un hombre es aceptado en la iglesia por lo cree y expulsado por lo que sabe."
"La Biblia es quizás la biografía más difamatoria que haya sido impresa nunca. Hace de Nerón un ángel de luz por contraste."
"No son esas partes de la Biblia que no puedo entender las que me molestan, son las partes que entiendo."
"Satanás no tiene ni uno solo ayudante asalariado; la oposición emplea a un millón."
"Dios hizo al hombre al final de la semana, cuando ya estaba cansado."
Fuente: @Diostuitero
"Por hipocresía llaman al negro moreno; trato a la usura; a la putería, casa; al barbero, sastre de barbas; y al mozo de mulas, gentilhombre del camino" (F. Quevedo, El mundo por de dentro")
“La alimentó de fantasías, la idealizó, la defendió con fiereza, la depuró de las verdades prosaicas y pudo convertirla en un amor de novela”.
Isabel Allende, La casa de los espíritus (1982)
menéame