Antes del Photoshop el arte de la seducción se perfeccionaba con pintura. En los 40 y 50, las chicas pin-up fueron en iconos culturales, sus imágenes adornaron bombarderos, cuarteles y revistas. En el centro de esta época dorada estaba Gil Elvgren, artista cuyas juguetonas y exageradas mujeres convertían escenas cotidianas en irresistibles obras de arte. Se basaba en modelos reales, pero una vez que su pincel tocaba el lienzo, se convertían en algo más. Las piernas se hacían más largas, las cinturas más delgadas, las expresiones más brillantes.