La singularidad del habla aragonesa se manifiesta en expresiones que, a ojos de un foráneo, podrían parecer crípticas, pero que para un hablante local encierran una inmensa carga de significado, afecto y determinación. El sustantivo 'maripís', utilizado aquí, designa al calzado deportivo o de lona, presumiblemente inadecuado para la situación meteorológica a la que hace referencia directa el verbo de 'chipiado', en infinitivo 'chipiar'. Y que la orden que se esgrime de oración, quitárselos de inmediato, es porque ha llovido mucho.