
Chat Control se vota el 14 de octubre en el Consejo de la UE y el 15 en la comisión LIBE del Parlamento Europeo. Como has oído. Quedan exactamente seis días para que se vote en el Parlamento Europeo una ley que viola los derechos constitucionales de todos los Europeos y siete para que el Parlamento dé el paso clave antes del pleno final.
Ante la prácticamente inexistente cobertura mediática, me veo obligado a informar a través de estos artículos.
La versión danesa del Reglamento CSA obligará a todas las plataformas de mensajería a escanear incluso los chats cifrados de extremo a extremo antes de enviarse (client-side scanning). Tu móvil revisará tus fotos y mensajes antes de mandarlos; si el algoritmo detecta contenido sospechoso, la plataforma podrá entregarlo sin orden judicial previa.
Son muchas las voces en contra de este movimiento tecnofascista en el seno de la EU. La más notoria ha sido la carta de Signal:
signal.org/blog/pdfs/germany-chat-control.pdf
Lo que proponen es, en efecto, una vigilancia masiva sin restricciones, abriendo las comunicaciones íntimas y confidenciales de todos, ya sean funcionarios gubernamentales, militares, periodistas de investigación o activistas. A pesar de todo lo que Europa habla de soberanía, esta es una extraña decisión de ciberseguridad en múltiples frentes.
En un artículo previo explicaba que Alemania se había posicionado en contra, lo cual suponía una minoría necesaria para parar la propuesta: www.meneame.net/story/minoria-parar-atropello. Unos días después, Alemania se desdijo para volver a una posición de indecisión.
Ayer mismo, en declaraciones oficiales, el eurodiputado Alemán Jens Spahn confirmo que la coalición CDU/CSU votara en contra:
bsky.app/profile/eckstein.bsky.social/post/3m2m73jqlcs2t
Desde el grupo parlamentario de la CDU/CSU, nos oponemos firmemente a la monitorización indiscriminada de chats. Sería como abrir toda la correspondencia de forma preventiva para ver si contiene algo ilícito. Eso es inaceptable y no lo consentiremos.
También, Eslovenia declaró de forma oficial estar en contra de la propuesta:
n1info.si/novice/slovenija/slovenija-vendarle-sprejela-odlocitev-o-ure
El mapa queda de esta manera:
Con esta disposición se podría parar la propuesta. Pero teniendo en cuenta que hablamos de políticos, no debemos confiarnos.
Pese a haberles enviado correos de forma masiva, y a menos de una semana para la votación, la mayoría de nuestros representantes no se han posicionado. No tengo claro si es una cuestión de dejadez de sus funciones, pasotismo o simplemente se deben a acuerdos políticos en la sombra.
Enviar un correo a nuestros representantes y llenarles la bandeja con estos es probablemente la mejor opción, deben saber que el pueblo no aprueba sus desmanes:
¿Son palabras vacías las de combatir el fascismo o es simplemente una impostura de cara a la galería? Esta es una amenaza real, tangible y efectiva, que viene desde dentro del mismo seno de la UE y nuestros representantes ignoran al pueblo y hacen mutis en el foro.
¿Puedes vivir sin Google y sus servicios? Es una pregunta que me hice hace tiempo. La respuesta es sí, es posible. Y, además, es algo tremendamente liberador.
El self-hosting, o en español autohospedaje, es la práctica de ejecutar y mantener sitios web, servicios y aplicaciones usando un servidor privado. También significa libertad, privacidad y una filosofía.
En los inicios de la computación personal, tú pagabas por una licencia —como el WordPerfect— y ese disquete era tuyo para toda la vida. Era un mundo digital mucho más libre.
Internet estaba floreciendo. Tim Berners-Lee lo creó con la idea de compartir conocimiento de forma desinteresada. Los blogs personales crecían como setas, ezines como Phrack divulgaban conocimientos de forma totalmente gratuita, Linus Torvalds creaba Linux en su cuarto, Ken Thompson y Dennis Ritchie asentaban la filosofía Unix, y Richard Stallman lideraba el movimiento del software libre.
Con la llegada de la web 2.0, todo cambió. La red se convirtió en el patio trasero de un puñado de actores que la fagocitaron y la prostituyeron. Llegó la era del monopolio y del modelo de suscripción.
A diferencia de tu vieja licencia de WordPerfect, la suscripción te da derecho a usar unos servicios de forma limitada, tanto en tiempo como en uso. La mayoría de proveedores los presentan en niveles o tiers, donde cuanto más pagas, más recibes.
La supuesta ventaja es la facilidad de uso, la ubicuidad y la seguridad. La realidad es una esclavitud digital donde, si dejas de pagar, perderás acceso a tus datos, junto con tu privacidad y autonomía.
El movimiento del self-hosting, inspirado en la tradición hacker, nunca ha dejado de existir. Todo lo contrario: estamos en un momento donde es más fácil y más barato que nunca liberarnos de las cadenas de estos monopolios que están consumiendo algo que un día fue un vergel.
Las ventajas son obvias:
Como decía el tío Ben: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. En el mundo del self-hosting, eso significa que tú tienes que mantener tus servicios, hacer copias de seguridad, actualizar el sistema operativo y las aplicaciones que uses, etc. Por suerte, a día de hoy hay soluciones para todo, y prácticamente cualquier pregunta que tengas estará ya resuelta.
Para empezar en el self-hosting necesitamos, ante todo, un servidor. Algunas ideas:
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Solución Precio* Consumo aproximado
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Ordenador viejo 0 € 40–80 W
Raspberry Pi 4 (4 GB) 70 € 3 W
Mini-PC Intel N100 (16 GB RAM) 180 € 6 W
NAS listo (Synology DS220) 350 € 10 W
VPS pequeño (cloud) 5–15 €/mes —
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*Precios sin discos.
Hay gente que prefiere contratar un VPC (Virtual Private Cloud). Aunque ofrece escalabilidad y backups fáciles, dependes de un proveedor para el almacenamiento y el uptime: mismo modelo de suscripción.
En mi experiencia, la mejor opción en relación potencia-consumo-precio es un mini PC. En mi caso tengo uno con un procesador Intel N100 y 16 GB de RAM: perfecto para casi cualquier uso que queramos darle.
Aquí, de nuevo, hay muchas posibilidades. Desde plataformas de virtualización como Proxmox, sistemas operativos dirigidos al almacenamiento en red (NAS) como TrueNAS, UnRAID o OpenMediaVault, hasta opciones más clásicas como Debian.
En mi caso, mi servidor corre con Debian 12.
Entramos en harina. La respuesta es: lo que quieras. Literalmente hay de todo y para todo uso.
Una forma sencilla de encontrar ideas es en este repositorio:
👉 github.com/awesome-selfhosted/awesome-selfhosted
En mi caso uso los siguientes (y algunos más):
Esto es algo imprescindible. Si tu casa se quema o un ladrón nerd entra a robar, no quieres perder tus datos. La recomendación es la regla 3-2-1:
En mi caso tengo dos discos duros en el mismo servidor y los datos que me interesan se sincronizan cada noche usando Rclone. Una vez al mes o cada dos meses hago una copia en un disco duro externo.
Hay muchas guías y comunidades sobre cómo empezar en el mundo del self-hosting. Dejo algunos enlaces:
La libertad tiene un coste, pero nadie dijo que el camino no fuera divertido. Aprende, investiga, prueba.
Esta es mi oda al self-hosting: un canto a la curiosidad, la autonomía y la libertad digital.
Libérate de tus cadenas digitales.
Happy hacking.
Cada vez que leo un artículo de César Calderón Avellaneda en The Objective o lo veo comentando encuestas favorables a Ayuso en la COPE, me pregunto cómo hemos normalizado esto. Porque estamos ante un caso de libro de mercenariado político disfrazado de "análisis independiente".
Calderón no es un tránsfuga cualquiera. Este tipo era consultor del PSOE, asesor de Eduardo Madina en las primarias de 2014 y después estratega de Susana Díaz en 2017. Formaba parte del núcleo duro del aparato rubalcabista. Pero cuando Sánchez ganó definitivamente el control del partido, toda esa estructura quedó fuera. Y con "fuera" me refiero a fuera de contratos, fuera de asesorías, fuera del dinero público que mueve un partido en el gobierno.
¿Y qué hizo Calderón? Pues lo que haría cualquier mercenario: buscar otro cliente. Y ese cliente es el PP de Ayuso.
Cuando Sánchez volvió al PSOE en 2017, no solo echó a sus rivales políticos. Barrió todo el ecosistema de consultores, asesores y "expertos" que habían vivido del partido durante años. Gente como Calderón, que había hecho carrera dirigiendo campañas y cobrando por ello, se quedó sin su principal fuente de ingresos.
La dimisión de Rubalcaba en 2014 tras el batacazo en las europeas fue el principio del fin para todo ese entorno. Primero intentaron parar a Sánchez con Madina. Fracasaron. Luego con Susana Díaz. Volvieron a fracasar. Y cuando pierdes dos veces, en política no hay tercera oportunidad.
El episodio de Público en abril de 2020 es revelador, pero no por las razones que él vende. Sí, le echaron por un artículo crítico con Sánchez durante la pandemia. Pero para entonces Calderón ya llevaba años fuera del circuito socialista y buscándose la vida en medios cada vez más escorados a la derecha.
Su fichaje por Vozpópuli no fue casualidad. Y su actual trabajo en The Objective tampoco. Estos medios necesitan "ex-socialistas arrepentidos" que den pátina de credibilidad a sus ataques al PSOE. Y Calderón necesita cobrar. Es un intercambio de servicios.
Lo más sangrante es que Calderón no solo escribe artículos. Aparece en la COPE desvelando encuestas que casualmente siempre benefician a Ayuso y hunden a la oposición. ¿De dónde salen esas encuestas? ¿Quién se las pasa? ¿Cuál es exactamente su relación con el entorno de Miguel Ángel Rodríguez?
Sería interesante que algún periodista investigara si Redlines, su consultora, tiene o ha tenido contratos con la Comunidad de Madrid o con estructuras cercanas al PP. Porque una cosa es escribir artículos de opinión y otra muy distinta es trabajar profesionalmente para quien luego defiendes en los medios sin declararlo.
Calderón no es un caso aislado. Representa un fenómeno más amplio: el de los profesionales de la política que no tienen ideología, solo clientes. Cuando el PSOE les pagaba, eran socialdemócratas. Ahora que les paga (directa o indirectamente) el entorno del PP, son liberales críticos con el sanchismo.
Lo llaman "evolución ideológica". Yo lo llamo por su nombre: prostitución política.
Y lo más sorprendente es que su capacidad de análisis y de clarividencia en "sus" encuestas le llevan a error tras error. Por poner un ejemplo...
No me molesta que alguien cambie de ideas. Yo sin ir más lejos he cambiado de ideas...pero no de bando. Me molesta que alguien cambie de ideas justo cuando pierde su fuente de ingresos y necesita buscar otra. Me molesta que nos vendan como "análisis independiente" lo que es pura revancha personal mezclada con interés económico.
Y en primera persona me molestó que allá por el 2005 hasta el 2008 este indivíduo y sus amigos me acusara de querer "vivir del PSOE".
César Calderón no es un intelectual desencantado con la deriva del PSOE. Es un consultor que perdió a su cliente principal y encontró otro. Así de simple y así de triste.
El tiempo pone siempre las cosas en su sitio y lugar.
Fdo: Enrique Castro Rodríguez aka @enriquefriki
menéame