El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, ha ordenado una revisión de los planes de guerra de Gran Bretaña en respuesta a los crecientes temores de un posible ataque militar directo por parte de Rusia. El plan actualizado incluirá escenarios en los que la infraestructura nacional crítica de Gran Bretaña será blanco de misiles, ataques cibernéticos e incluso ojivas nucleares. Además, establecerá planes de contingencia para albergar a los ministros del gobierno y a la Familia Real, así como para mantener los servicios públicos clave
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