Hace 1 mes | Por Dragstat a eldiario.es
Publicado hace 1 mes por Dragstat a eldiario.es

El chabolismo, la miseria que retrata las épocas en las que Barcelona, a finales del XIX, y Madrid, a mediados del XX, multiplicaron su población, vuelve a emerger. Esta vez, en la España insular. En el extrarradio de la capital de la isla es fácil detectar descampados llenos de infraviviendas y caravanas. Cada vez más personas pasan el verano en condiciones precarias mientras trabajan para lujosos negocios. Lo habitual es encontrarse a personas que tienen empleo pero no quieren que el metro cuadrado más caro del país se coma sus ingresos.

Comentarios

Plumboom

El turismo solo hace ricos a los empresarios. EL resto tienen que conformarse con las migajas. NI camareros, dependientes, kellys de hotel o los de las tumbonas, van a ganar más. ¿Esos tipos trajeados que muestran pisazos en inmobiliarias de lujo? Cobran otra puta mierda y si no llegan a objetivos a la calle.

Los que tienen apartamentos turísticos se forran. Los que trabajan para que esos apartamentos funcionen, cobran una mierda y muchas veces han de dormir en la calle.

cenutrios_unidos

Bonito Loft.

pitercio

La frase ochentera "¡pásate por mi chabola!" se vuelve actual.

r

La locomotora de Europa va tan rápido que a estos no les ha dado tiempo a subirse...

R

Que raro que aún no hayan llegado los cuñados que dicen "pues que se vayan de su ciudad de toda la vida y vengan a mi pueblo que por la mitad encuentras piso"
... En su pueblo no hay trabajo y ya empieza a llegar Airbnb

CharlesBrowson

Una de las cosas es evitar las campers y las caravanas, trabajadores que para el verano aceptan condiciones asi y luego se largan.

Pero si nos dicen del gobierno que la economía va como un cohete.

B

No sé. No creo que este sea un problema que no pueda solucionarse colgándole un par de medallas más a Leonor.

Por otra parte, no debe parecerles a los proletarios vasallos españoles que la precariedad, la pobreza y el subdesarrollo en que sus propios padres les han hecho nacer sean circunstancias tan horribles, si arden en deseos y defienden como un derecho el poder hacer nacer también a sus propias proles en ellas, a que sus proles también reciban en herencia y les agradezcan, en forma de pensiones, esa pobreza, esa precariedad, ese subdesarrollo, ese capitalismo, esa monarquía y ese Reino de España tanto como ellos, los proletarios vasallos españoles, los agradecen a sus padres, en la misma forma de pensiones.

Desde esta perspectiva, tener hijos es la manera más clara y evidente (más incluso que meter una papeleta en una urna) en que una persona puede mostrar su aprobación favorable del entorno económico o de las condiciones económicas en que dicha persona hace nacer a esos hijos. Pues ¿qué persona ética e inteligente haría nacer a sus propios hijos en un determinado entorno o circunstancia económica si considerase que ese entorno o circunstancia económica es horrible? Las proles, pues, son las papeletas electorales más rotundas, y por tanto las que más ambiciona el capitalismo, capitalismo que no existe gracias a los capitalistas, sino gracias a los proletarios.

El que es pobre es porque quiere votar capitalismo, monarquía y pobreza, con sus votos y con su prole.

Si los proletarios vasallos españoles quieren arreglar la economía con más niños y con más proletarios vasallos en vez de con menos capitalismo y con menos monarquía, están en su derecho, en su costumbre y en su cultura, y se los tenemos que respetar.

El Reino de España, pues, va bien y está bien como está, y la precariedad, la pobreza, el subdesarrollo, el capitalismo y la monarquía son cultura, costumbres, modas, tendencias, derechos, libertades, preferencias, elecciones, votos e hijos de los proletarios vasallos españoles, y se los tienen que respetar así como ellos, los proletarios vasallos españoles, también respetan las costumbres y culturas ajenas.

Y es que el libro de los gustos está en blanco, y la convivencia en una sociedad civilizada debe consistir en que sepamos respetarnos los unos a los otros las costumbres, culturas, derechos, preferencias económicas, criterios progenitores y principios éticos de cada cual, aunque puedan ser muy diferentes a los nuestros.

Así que no permitáis, proletarios vasallos españoles, que estas noticias aporófobas desvíen vuestra atención y vuestra ética: no renunciéis a pegaros el gustazo de generar otro baby boom para hacer nacer a vuestras proles en la pobreza o la precariedad, y entregarlas al capitalismo y a la monarquía. Porque la natalidad y las pensiones lo necesitan, y porque aunque en un primer momento quizá podría pareceros mal hacer nacer a vuestras propias proles en la pobreza o en la precariedad, cuando vuestras proles alcancen la mayoría de edad también se volverán defensoras del derecho de hacer nacer a sus propias proles en la pobreza, en la precariedad, en el capitalismo y en la monarquía, a que estos hijos suyos (vuestros nietos) les agradezcan todas estas cosas, en forma de pensiones, tanto como vuestras proles os las agradecerán a vosotros, en forma de pensiones, y tanto como vosotros las agradecéis a vuestros padres, en la misma forma. Así que no hay ningún problema con que hagáis nacer a vuestras proles en la pobreza, en la precariedad, en el subdesarrollo, en el capitalismo y en la monarquía, porque vuestras proles os lo agradecerán, en forma de pensiones.

La cultura es la verdadera riqueza, así que dejad en herencia a vuestras proles la rica cultura de la pobreza.

No creáis, pues, a nadie que os diga que hay una guerra económica intergeneracional, o que hay una guerra económica o lucha de clases intrageneracional.

Y recordad que cuando hacéis nacer a vuestras propias proles en la pobreza y la precariedad, no serán los ricos, el capitalismo y la monarquía los que se estén riendo de vosotros, sino que seréis vosotros los que os estaréis riendo de ellos.

Y no dejéis de ponerle medallas a Leonor. Recordad que cuantas más medallas les pongáis a los Borbones, mejor os irá el Reino de España a vosotros, es decir, a ellos, a los Borbones.