Hace 6 años | Por ilturco a es.greenpeace.org
Publicado hace 6 años por ilturco a es.greenpeace.org

El petróleo se está pasando de moda, pero el BBVA parece no haberse dado cuenta. El banco sigue dando apoyo financiero a las empresas que construyen oleoductos en EEUU y Canadá. Por eso hemos colocado en la puerta de su sede una gran tubería que simula uno de esos oleoductos, junto a pancartas con los mensajes “BBVA destruye el planeta” y "No más dinero para oleoductos peligrosos".

Comentarios

Shotokax

#2 de los creadores de "si tienes un iPhone no puedes ser de izquierdas", ahora "si tu barco no se mueve con energías alternativas no puedes ser ecologista".

D

#6 si estás en contra del uso del petróleo lo lógico sería que no usarás sus derivados, no? No todos los ecologistas están en contra del uso de combustibles fósiles.

No se que tiene que ver Apple y la izquierda en esto.

Shotokax

#7 de hecho, no deberían coger autobuses movidos con petróleo. Si hay que andar seis horas se anda.

1cacalvo

#2 greenpease quien te ha visto y quien te ve!! menuda cuadrilla de magufos se esta convirtiendo, ok al generalizar siempre se comete mucha injusticia pero es que...

B

#2 Si pudieran lo harían como han demostrado hacerlo cuando han podido. Mientras que otros con mas dinero no lo hacen

D

Greenpeace... Las risas que me he echado con una compi de la uni muy "concienciada". Actos de encadenarse a buques NATO 6665435678. A buques soviéticos...1. Una vez y no más.

D

¡REACCIÓN!

w

Cagaitos están en BBVA ahora mismo viendo las manchas que han puesto en la fachada. A ver cuando aprendemos....

kie

Mucho mejor mover el petróleo con camiones cisterna, como ocurre con el petróleo de fracking. Casi no joden nada el entorno.

Mal que les pese, el petróleo está más de moda que nunca, con un consumo récord de 95 millones de barriles al día y subiendo. No creo que la solución esté en señalar a su industria sino en cambiar los hábitos de consumo de la población. Cosa que nadie está dispuesto a cambiar, por otra parte.

lolerman

Greenpeace va a la suya, con sus orejeras voluntarias.