El pasado fin de semana falleció en su casa de Tavernes de Valldigna Federico Giner. Aunque su nombre no figura entre los más populares del empresariado valenciano, sus logros comerciales llevaron a un diseño propio valenciano a figurar entre el imaginario colectivo de toda España, tras conseguir como máximo responsable comercial distintos acuerdos con el Ministerio de Educación y otras administraciones.
El banco se levantaba, no para facilitar el paso, sino para poder trabajar de rodillas cuando te castigaban, o para rezar.
Mierda de infacia que tuve.
#58:
#15 Yo creo que eran son bastante cómodas pese a su simplicidad, pasábamos un montón de horas ahí, por muy buenas que fuesen terminarías hasta los huevos. Y desde luego son muy resistentes, muchas sillas y mesas he visto volar pero muy pocas romperse. Y como mesa para currar mi padre también la usó un montón de años y seguro que no hay otra que le vaya a durar tanto.
#30 Sí, realmente ese concepto de pupitre es lo peor que le puede ocurrir al alumno. Lo curioso es que muchas universidades siguen con cosas parecidas.
Una amiga fisoterapeuta siempre me dice que las mesas de las aulas de ahora son una abominación ergonómica pero "al menos se pueden mover". Aunque nunca tienes una postura ideal, el hecho de poder cambiar la silla de lugar con respecto a la mesa alivia la carga en la columna.
#3 No has dicho ninguna tontería.
A el le podemos dar las gracias por todos los problemas de espaldas de nuestra generación: discopatías, espondiolistesis, escoliosis, etc... que se agudizan cuando somos mayores. Esas sillas y que hemos sido una generación que vivido literalmente en frente del ordenador en malas sillas Ikea.
La silla y poder sentarse correctamente, respetando la anatonmía de la espalda es extremadamente importante y esas sillas son en parte culpables de la epidemia de problemas de espalda, que se agudizan de adultos y en ocasiones requieren intervención quirúrgica.
#15 Yo creo que eran son bastante cómodas pese a su simplicidad, pasábamos un montón de horas ahí, por muy buenas que fuesen terminarías hasta los huevos. Y desde luego son muy resistentes, muchas sillas y mesas he visto volar pero muy pocas romperse. Y como mesa para currar mi padre también la usó un montón de años y seguro que no hay otra que le vaya a durar tanto.
Todo el mobiliario desarrollado por Federico Giner es sometido a estrictos controles de calidad por parte del laboratorio de Ergonomía del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), encargado de acreditar la idoneidad del mobiliario escolar y de oficina, así como por el Instituto Tecnológico del Mueble, Embalaje y Afines (AIDIMA), miembro de la Asociación Europea de Institutos Tecnológicos del Mobiliario (EURIFI). Los múltiples ensayos a los que son sometidos todos los productos permiten a la empresa ofrecer una garantía comprobada, además de asegurar la adecuación ergonómica y el nivel de comodidad necesario para el correcto desarrollo de las tareas escolares.
Sí, claro, y lo peor es la pérdida de ventas de mobiliario para Guantánamo, lo que pasa es que ahí la CIA ya dijo que eso era pasarse. Puñetera infancia que me dieron las sillas y mesas de clase.
#10 En mi caso, abrigo grueso colocado a modo de almohadillado (en lugar de colocarlo en el perchero o en el respaldo, lo colocaba a lo largo del asiento y el respaldo). Y aun así, la ergonomía era jodida, un auténtico dolor.
Bendito el día en que se le iluminó la bombilla y colocó las barras en la parte inferior de las patas de la mesa, cuya única función útil que les veo es la de que apoyásemos los pies en ellas
#49 Por desgracia los tangas se pusieron de moda algo más tarde, pero la imaginación volaba igualmente según la calidad del producto. Y 'la Techi' tenía triple A...
Esas sillas Esos potros tenían dos cosas buenas: servían para jugar a hacer equilibrio sobre las dos patas traseras cojonudamente (aunque en la página ya enseñan un nuevo modelo en el que han jodido eso al inclinarlas hacia atrás), y permitían el visionado de los tboeins de las macizas (que respingoneaban hacia afuera), para poder fantasear durante las clases más aburridas.
Te añoro, Techi...
#41 No se que edad tienes pero yo viví la epoca dorada de dejarse ver el tanga a razón de palmo y medio y esas sillas fueron clave la de clases que habré perdido por culpa de alguna compañera
#37 Las nuestras se echaban unas risas... Y avisaban a algun profesor y tocaba zafarrancho de limpieza de mesas. Anda que no jodia ver una pieza que te habias currado ser arrasada por agua jabonosa con tus propias manos. Era como matar a tu propio hijo. Pero bueno, luego quedaban mucho mejor para volver a empezar.
Espero deje en herencia el secreto de esa chapa verde que tanto inspiraba a garabatear... La de tinta y mina de lapiz que habré desperdiciado sobre esas mesas.
No sabía que estos pupitres eran tan comunes. Viendo la cantidad de gente que se queja de esa ergonomía sospecho que no saben de qué tipo de mobiliarios veníamos antes de adoptar ese.
O quizá es que yo en el colegio tenía fisonomía de joven y por eso no me molestaban tanto.
#40 Pues fíjate que el gancho me parecía genial. Si pones la mochila en el respaldo tenías dos opciones: sentarte tú o dejar la mochila. Y si estabas el último de la fila, igual la silla se caía del peso.
Lo mejor eran esas mesas con cajoneras enanas que solo soportaban medio cuaderno, aguantando tan solo por la presión que hacían los demás. Los agujeros en los forros de los libros son una marca propia que denotan cuál soportaba al resto.
#17 Y el gancho lateral de la mesa para supuestamente colgar la mochila. Pero es que la mochila va en el respaldo de la silla, por lo que vencía a al levantarte por los ocho libros que había que pasear todos los días, aunque el profe luego tirase de fotocopias.
Me acuerdo como olían las mesas y sillas cuando se quemaban con un mechero. Al ácido úrico del meo de una cetáceo. Eso sí, yo las dibujaba por todos lados con mi lápiz, una superficie cojonuda y lo dice un profesional de la gráfica.
Yo usé de las verdes de la primera foto. Arrancábamos trozos del contrachapado y los hacíamos volar por la clase. Los ponías en la palma de una mano y con la otra los lanzabas como si estuvieses jugando a las chapas. Planeaban y daban unas hostias del copón, eso sí, apuntar era difícil porque siempre describían una curva en su vuelo y acababas dando al vecino de tu objetivo (el matón de la clase) o a la tía que te ponía.
Pues a mi estas verdes me parecieron siempre cojonudas. Las empecé a catar en en instituto, en el colegio veníamos de las típicas color sepia-canela que eso si que era el santo grial de los fisioterapeutas. Nací en el '84
Las mejores eran las de dibujo, esas que tenian debajo una rueda que conforme girabas se iban inclinando... mis rodillas aun se despiertan entre sudores muchas noches recordando esa jodida rueda.
Adiós al hombre que destrozó espaldas, culos, codos, rodillas y creó el peor potro de tortura en el que los desgraciados alumnos de un sistema eductativo psicópata podrían esperar a la muerte.
Ese mobiliario me tocó en la época del instituto. Lo cierto es que las mesas y sillas de la EGB, FP y la Universidad no eran más incómodas, pero tampoco más cómodas
Las mesas eran lienzos increíbles . Las sillas no las recuerdo incómodas, aunque tampoco especialmente cómodas, eso sí, se conseguía una habilidad poniéndote en equilibrio a 2 patas que ni en el circo del sol.
Comentarios
Mi espalda lo celebra.
#3 ... pues mi culo ni te cuento.
#14 #7 #6 #3 Si sirve de algo, yo crecí en un potro de tortura anterior a este, concretamente idéntico a este: http://41.media.tumblr.com/dd6b584a57eab9f9e757b68bb93e9f74/tumblr_mp7vw7YFa21qz5ybao1_1280.jpg
El banco se levantaba, no para facilitar el paso, sino para poder trabajar de rodillas cuando te castigaban, o para rezar.
Mierda de infacia que tuve.
#30 ¿Habia que reubicar a los fabricantes de instrumentos de tortura en algún sector productivo o algo así?
#30 Sí, realmente ese concepto de pupitre es lo peor que le puede ocurrir al alumno. Lo curioso es que muchas universidades siguen con cosas parecidas.
Una amiga fisoterapeuta siempre me dice que las mesas de las aulas de ahora son una abominación ergonómica pero "al menos se pueden mover". Aunque nunca tienes una postura ideal, el hecho de poder cambiar la silla de lugar con respecto a la mesa alivia la carga en la columna.
#3 una cosa es la silla y otra cosa es como te sientas...
Que tu profesor no te dijese que te sentaras bien tiene más culpa que esa silla
#3 No has dicho ninguna tontería.
A el le podemos dar las gracias por todos los problemas de espaldas de nuestra generación: discopatías, espondiolistesis, escoliosis, etc... que se agudizan cuando somos mayores. Esas sillas y que hemos sido una generación que vivido literalmente en frente del ordenador en malas sillas Ikea.
La silla y poder sentarse correctamente, respetando la anatonmía de la espalda es extremadamente importante y esas sillas son en parte culpables de la epidemia de problemas de espalda, que se agudizan de adultos y en ocasiones requieren intervención quirúrgica.
Tanta paz lleves como pelos arrancados dejas en las sillas.
#1 saludos de parte de un zurdo para las sillitas para diestros
#22 También las hacen para zurdos. Son igual de incómodas, sospecho.
#22 Yo también me acuerdo mucho de este sinverguenza. Yo tenía que ocupar 2 sillas para poder escribir incómodo.
#22 Lo mismo digo. Algún examen hice peor de lo posible por no aguantar más la puta silla.
#1 O mocos pegados debajo del asiento.
cuánto odio.
Yo la verdad no tengo traumas con las sillas esas y las usé todas desde parvulitos hasta acabar el instituto. No es que fueran cómodas, pero bueno...
#15 por mi altura y complexión era perfecta para crujirme la espalda sin recurrir al "abrazo" de alguien más grande y fuerte, las echo de menos.
#15 Yo creo que
eranson bastante cómodas pese a su simplicidad, pasábamos un montón de horas ahí, por muy buenas que fuesen terminarías hasta los huevos. Y desde luego son muy resistentes, muchas sillas y mesas he visto volar pero muy pocas romperse. Y como mesa para currar mi padre también la usó un montón de años y seguro que no hay otra que le vaya a durar tanto.Vamos, que ha muerto alguien que se lo llevó calentito vendiendo mierda a un ministerio. Pues lo normal en España. Tan normal que es irrelevante.
#9 Tampoco estaban tan mal
mi carrera artistica empezo dibujando sobre esos pupitres
#5 dilo, dibujando penes, no pasa nada.
#21 A esas edades nadie dibuja penes. En todo caso serían pollas, rabos, nardos, o algo parecido, pero no penes.
Si yo le llego a decir a un compañero "mira que pene he dibujado", me salta los dientes.
¿Donde están los de la sostenibilidad? Eso eran muebles... Dentro de 1000 años seguirán apareciendo en casas y escuelas.
Todo el mobiliario desarrollado por Federico Giner es sometido a estrictos controles de calidad por parte del laboratorio de Ergonomía del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), encargado de acreditar la idoneidad del mobiliario escolar y de oficina, así como por el Instituto Tecnológico del Mueble, Embalaje y Afines (AIDIMA), miembro de la Asociación Europea de Institutos Tecnológicos del Mobiliario (EURIFI). Los múltiples ensayos a los que son sometidos todos los productos permiten a la empresa ofrecer una garantía comprobada, además de asegurar la adecuación ergonómica y el nivel de comodidad necesario para el correcto desarrollo de las tareas escolares.
Sí, claro, y lo peor es la pérdida de ventas de mobiliario para Guantánamo, lo que pasa es que ahí la CIA ya dijo que eso era pasarse. Puñetera infancia que me dieron las sillas y mesas de clase.
#8 ganaba enteros cuando se forraba el asiento y el respaldo,ademas te quitabas congelarte el culo del frio en invierno, bendita clase de tecnología
#10 En mi caso, abrigo grueso colocado a modo de almohadillado (en lugar de colocarlo en el perchero o en el respaldo, lo colocaba a lo largo del asiento y el respaldo). Y aun así, la ergonomía era jodida, un auténtico dolor.
Arde en el infierno por cruel y sádico, hace mucho que deje esas sillas pero tovaia recuerdo como eran de duras e incomodas.
Simples, duraderas y razonablemente cómodas.
Este es el joputa que fabricaba los putos potros de tortura.
Me niego a llamar "silla" o "pupitre" a eso.
Bendito el día en que se le iluminó la bombilla y colocó las barras en la parte inferior de las patas de la mesa, cuya única función útil que les veo es la de que apoyásemos los pies en ellas
#49 Por desgracia los tangas se pusieron de moda algo más tarde, pero la imaginación volaba igualmente según la calidad del producto. Y 'la Techi' tenía triple A...
¿Cuánto dinero le habrá dado ese monopolio?
La de problemas que tenía para "encajarme" en uno de esos pupitres.
Esas sillasEsos potros tenían dos cosas buenas: servían para jugar a hacer equilibrio sobre las dos patas traseras cojonudamente (aunque en la página ya enseñan un nuevo modelo en el que han jodido eso al inclinarlas hacia atrás), y permitían el visionado de los tboeins de las macizas (que respingoneaban hacia afuera), para poder fantasear durante las clases más aburridas.Te añoro, Techi...
#41 No se que edad tienes pero yo viví la epoca dorada de dejarse ver el tanga a razón de palmo y medio y esas sillas fueron clave la de clases que habré perdido por culpa de alguna compañera
http://www.valenciaplaza.com/public/Image/2016/3/2016_FED_Antigua_08_NoticiaAmpliada.jpg
¿Esas sillas y mesas se venden al por menor? ¿Dónde se pueden encontrar?
A mi me parecían cómodas, muchísimo mejores que las que más tarde encontré en la universidad.
#35 ya te digo aveces en mi cole las limpiadoras no las borraban, por hastio o por respeto al autor .
Por cierto, tambien habia pintada mucha investigacion de criptografia y miniaturizacion
#37 Las nuestras se echaban unas risas... Y avisaban a algun profesor y tocaba zafarrancho de limpieza de mesas. Anda que no jodia ver una pieza que te habias currado ser arrasada por agua jabonosa con tus propias manos. Era como matar a tu propio hijo. Pero bueno, luego quedaban mucho mejor para volver a empezar.
deberiamos forrar los tanques con las sillas estas, eran indestructibles
Yo he visto el verdadero arte pintado en esas mesas.
#27 Esas caricaturas docentes a lapiz staedtler HB deberian estar en los museos. Eso era jugartela y no lo de Charlie Hebdo
Espero deje en herencia el secreto de esa chapa verde que tanto inspiraba a garabatear... La de tinta y mina de lapiz que habré desperdiciado sobre esas mesas.
No sabía que estos pupitres eran tan comunes. Viendo la cantidad de gente que se queja de esa ergonomía sospecho que no saben de qué tipo de mobiliarios veníamos antes de adoptar ese.
O quizá es que yo en el colegio tenía fisonomía de joven y por eso no me molestaban tanto.
#42 Yo creo que el problema más bien es que esas sillas son muy incómodas si no te sientas bien .
nada como los recuerdos de infancia para colar un publirreportaje.
No sé que culos tenéis pero yo no los encontraba tan incómodos, está claro que no eran sillas de oficina pero estáis exagerando un poco.
#40 Pues fíjate que el gancho me parecía genial. Si pones la mochila en el respaldo tenías dos opciones: sentarte tú o dejar la mochila. Y si estabas el último de la fila, igual la silla se caía del peso.
Descanse en paz, el colectivo de fisioterapeutas te echaran de menos.
La lámina verde tenía que estar hecha de adamantium como poco
Lo mejor eran esas mesas con cajoneras enanas que solo soportaban medio cuaderno, aguantando tan solo por la presión que hacían los demás. Los agujeros en los forros de los libros son una marca propia que denotan cuál soportaba al resto.
#17 Y el gancho lateral de la mesa para supuestamente colgar la mochila. Pero es que la mochila va en el respaldo de la silla, por lo que vencía a al levantarte por los ocho libros que había que pasear todos los días, aunque el profe luego tirase de fotocopias.
Adios.
Uff que duras eran las jodias !!!
Clásico henprendedoh que se forró a costa de la teta pública, ¿no?
Bien muerto esté este zurdófobo.
Me acuerdo como olían las mesas y sillas cuando se quemaban con un mechero. Al ácido úrico del meo de una cetáceo. Eso sí, yo las dibujaba por todos lados con mi lápiz, una superficie cojonuda y lo dice un profesional de la gráfica.
#32 ...una superficie cojonuda...
Veas, y como aguantaban los cortes y punzadas del cutter o tijeras.
Yo usé de las verdes de la primera foto. Arrancábamos trozos del contrachapado y los hacíamos volar por la clase. Los ponías en la palma de una mano y con la otra los lanzabas como si estuvieses jugando a las chapas. Planeaban y daban unas hostias del copón, eso sí, apuntar era difícil porque siempre describían una curva en su vuelo y acababas dando al vecino de tu objetivo (el matón de la clase) o a la tía que te ponía.
esas sillas eran maquinas de dormir culos
Pues a mi estas verdes me parecieron siempre cojonudas. Las empecé a catar en en instituto, en el colegio veníamos de las típicas color sepia-canela que eso si que era el santo grial de los fisioterapeutas. Nací en el '84
Las mejores eran las de dibujo, esas que tenian debajo una rueda que conforme girabas se iban inclinando... mis rodillas aun se despiertan entre sudores muchas noches recordando esa jodida rueda.
#31 y el gancho de las mochilas de las mesas? si pasabas cerca de una fila era dolor condensado.
No repartió ninguna prebenda;no se si sera verdad o no que cada cual piense lo que quiera
Adiós al hombre que destrozó espaldas, culos, codos, rodillas y creó el peor potro de tortura en el que los desgraciados alumnos de un sistema eductativo psicópata podrían esperar a la muerte.
D.E.P.
Ese mobiliario me tocó en la época del instituto. Lo cierto es que las mesas y sillas de la EGB, FP y la Universidad no eran más incómodas, pero tampoco más cómodas
Las mesas eran lienzos increíbles . Las sillas no las recuerdo incómodas, aunque tampoco especialmente cómodas, eso sí, se conseguía una habilidad poniéndote en equilibrio a 2 patas que ni en el circo del sol.
#46 Y a una pata también...
Que descanse en paz el creador de esos lienzos adolescentes llamados "pupitres verdes de to la vida" .