Una de las estrategias para favorecer la intermodalidad en el transporte público era la de construir, al lado de importantes estaciones ferroviarias, un aparcamiento disuasorio que permitiera dejar el coche y coger el tren. Efectivamente, esta opción favorece el uso del transporte público, sobre todo, en las grandes ciudades, aunque también se ha comprobado uno de sus problemas: que el aparcamiento es utilizado, en general, por los vecinos de su entorno. Para evitar esto, el Àrea Metropolitana de Barcelona ha dado un paso más.
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En concreto, en el aparcamiento de Castelldefels se han reservado hasta cien plazas, mientras que en Sant Joan Despí contará con 41 espacios exclusivos para usuarios del transporte.
La palabra "birria" viene a la mente, inevitablemente.
#2 En la estación de un pequeño pueblo francés donde pasé unas vacaciones, a una hora de París, el aparcamiento tiene unas cien plazas, y es un pueblo pequeñito, en todas las estaciones hay aparcamientos y en los grandes barrios periféricos tenían muchas más, el tren pasaba cada cuarto de hora e iba lleno.
Como turista era una gozada, llegabas, aparcabas el coche y en 50 minutos estabas en la torre Eiffel y encima el tren era barato y la misma tarjeta semanal te valía para el autobús, para el metro, etc...
Genial noticia, este tipo de soluciones sí que ayudan a despoblar los centros de las ciudades de coches sin tocar las narices a nadie