La autoridad europea ha exigido a las entidades nacionales que incluyan el impacto que tendrá en sus cuentas de resultados la próxima sentencia de la Comisión Europea. El verano será caliente para la banca. Las seis principales entidades españolas pasarán este mes de julio un nuevo test de estrés o análisis de solvencia dirigido por el Banco Central Europeo (BCE). Una institución que recientemente ha obligado a Santander, CaixaBank, BBVA, Bankia, Sabadell y Popular a incluir el impacto que tendría en sus cuentas que el Tribunal de Justicia de
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O sea, que están preparando el terreno para que se cubra el desaguisado con dinero público.
Así la opinión pública se pondrá en contra de los estafados para no tener que pagar entre todos el agujero y que los gobiernos legislen a favor de la banca.
Como siempre, se criminalizará a la víctima, como en el caso de los desahucios y se protegerá al estafador, como cuando se rescató a la banca.
Y la sesuda opinión pública aplaudiendo con las orejas.
No me dan ninguna pena. Lo peor del caso de las claúsulas suelo es que no se podían excusar en que no tenían claro lo que hacían. Sabían perfectamente que era una práctica irregular y no les tembló el pulso. Este párrafo da idea de a cuánto puede ascender la broma.
Por si fuera poco, el BCE ha pedido a las entidades afectadas que le detallen cuánto dejarán de ingresar si la decisión del tribunal es definitiva, es decir, el lucro cesante. El mismo informe de AFI señala que solo en 2016 tendrán una reducción de ingresos de 2.160 millones por la no aplicación de estos tipos mínimos, factura que se elevaría hasta los 6.022 millones entre este año y 2019. En total, el castigo ascendería a 11.000 millones incluido este ejercicio y hasta 15.000 millones en los próximos tres años.