Un caballo de carruaje turístico se derrumbó en una calurosa calle de Nueva York lo que generó nuevos llamados para poner fin a la controvertida atracción turística. La multitud creció en en el vecindario Hell’s Kitchen de Manhattan después de que el caballo colapsara y se viera al conductor azotando al animal con las riendas en un intento de que se levantara. La policía acudió al rescate y lavaron el caballo con una manguera para ayudar a bajar su temperatura corporal y fue llevado a un establo donde recibió atención de un veterinario.
Y el joputa del carro todavía le tiraba y zurraba para levantarlo.
Por otro lado, bien por los policías que saben mejor qué hacer (parecen de la montada, por las botas) y consiguen que recupere.
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Y el joputa del carro todavía le tiraba y zurraba para levantarlo.
Por otro lado, bien por los policías que saben mejor qué hacer (parecen de la montada, por las botas) y consiguen que recupere.
Qué asco de mundo en que vivimos.
Lo mismo que pasa en Sevilla cada verano, ahora MADE IN EEUU
Colapsa, menudo eufemismo