Hace 7 años | Por YPolitica a 20minutos.es
Publicado hace 7 años por YPolitica a 20minutos.es

Artículo en 20minutos de Pablo Iglesias a su número dos en Podemos

Comentarios

Unregistered

#3 No, es relacionada, el envío que indicas es un análisis de la "carta" que envió #0.

YPolitica

Creo, compañero, que es más sensato vincular cualquier lista a las ideas y al proyecto que defienden sus miembros. Creo que esas ideas y proyectos deben quedar plasmados en documentos y que esos documentos deben convertirse en contratos con la militancia y los inscritos e inscritas. Por eso me preocupa votar por separado los proyectos y las personas, pues creo que las personas no pueden desvincularse de sus ideas.

ipanies

#1 ¿No tienen un Antonio Hernando estos o que?

Jakeukalane

#0 duplicada

D

"Únete a mí y juntos dominaremos la Galaxia"

elgranpilaf

#2 Te ha faltado decir lo de "Yo soy tu padre"

O

¿Pero lo de votar primero los documentos y luego a las personas no era la fórmula tradicional de Pablemos? ¿Por qué este cambio ahora por parte de Iglesias?

d

#6 No puede ser una fórmula tradicional porque no se ha producido casi nunca. En casi todas las Asambleas Autonómicas se han votado las cosas a la vez.
Salvo en Madrid donde se dio la "paradoja" de que los documentos aprobados fueron los presentados por Rita Maestre pero el equipo mayoritario fue el de Espinar, que ahora tiene que ejercer sus funciones con unos documentos que no entienden o no comparten.

En el trasfondo de todo esto está una visión muy tradicional y piramidal del partido. Donde los jefes son los que dirigen, y los militantes solo hacen que respaldar.

Se supone que Podemos es un partido donde las cosas van de abajo a arriba, pero esta visión de Pablo Iglesias, de necesitar controlar todo (documentos, personas, etc) es lo de siempre. Produce alineaciones dentro del partido, produce que los "elegidos" en las listas estén más preocupados de agradar al jefe que a los militantes (porque es el jefe el que pone y quita gente de las listas).
Obligando a los militantes a elegir en términos de todo o nada entre las opciones que se presentan, se crean facciones, se crean perdedores y ganadores, y se crea distancia entre la militancia y la cúpula.

Encima, con el sistema de votación, aunque el Consejo Ciudadano sea un órgano presuntamente representativo, el equipo ganador se queda con casi todos los puestos y el segundo equipo con una minoría no representativa.
Luego nos quejamos de lo que pasa en el Senado, pero es que el sistema de listas abiertas da esos demonios, mucho peores que los se producen en el Congreso con las listas cerradas y el reparto por la regla de D'Hont.