Hace 9 años | Por --468592-- a directa.cat
Publicado hace 9 años por --468592-- a directa.cat

Los reclusos han tenido que hacer frente a una plaga de chinches, a la falta de agua caliente y a las vejaciones y maltratos del funcionariado público. Como respuesta, los internos han protagonizado huelgas de hambre e intentos de fuga.

Comentarios

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#3 El catalán leído se entiende bien por cualquier castellano parlante. Lo que no se entiende es el catalán hablado.

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Traducción:

Son las siete de la tarde del martes 27 de enero y, como cada último martes del mes desde hace casi cinco años, la Campaña por el cierre de los CIE de Valencia ha organizado una concentración a la puerta del Centro de Internamiento para Extranjeros de Sapadors. Se hace lectura de un comunicado, a través del cual se transmite la queja colectiva presentada por 41 personas internas al juzgado de vigilancia del CIE -juzgado de instrucción número 3 de Valencia. De esta manera, hacen llegar información sobre la "situación deplorable" en que se encuentran las inmigrantes reclusas -la mayoría por no tener la documentación necesaria para transitar libremente dentro del Estado español- al otro lado de los muros.

En el comunicado, exponen que esa queja se produce más de un mes y medio después de que la Defensora del Pueblo, a raíz de una visita al CIE del personal técnico de este organismo, hiciera llegar un escrito, el 5 de diciembre, donde hacía una serie de sugerencias al director general de la policía en relación con el estado de las instalaciones y las condiciones en que se encuentran las personas internas. El escrito solicitaba que se facilitara "ropa de abrigo" y señalaba que "el CIE de Valencia carece de calefacción". La Defensora del Pueblo también instaba a "subsanar el problema de la falta de agua caliente en las duchas".

Las 41 personas internas insisten en estas dos cuestiones. En el documento presentado al juzgado, también denuncian que "solo pueden hacer uso de un baño para 80 personas", además de sufrir "aturdimientos" a causa de la alimentación "escasa e insulsa" que reciben. Continúan señalando que "faltan zonas y actividades de ocio durante la reclusión", situación que les aboca a "un sentimiento de desesperación" durante los 60 días que pueden estar encerrados en el centro. También señalan insultos racistas y amenazas por parte de algunos agentes de policía, con frases como: "Si me vuelves a hacer esa pregunta, te rompo la cabeza" o "Coge un billete y vete a tu país" [traducción imprecisa de "agafa un bitllet i deixa't anar al teu país" pero no le pillo mucho el sentido... ¿otra posibilidad sería "coge un billete y suéltate en tu país"?]

El comunicado de prensa exige el cierre de este CIE "frente a la imposibilidad de la administración de facilitar unas condiciones de habitabilidad dignas e higiénicas" y afirma que, en este centro de internamiento, "se vulneran los derechos humanos". También añade que, durante el año 2014, se han interpuesto más de 30 denuncias por palizas, malos tratos e humillaciones.

Plaga de chinches

No es la primera vez que se denuncian estas situaciones en el CIE de Sapadors. El 27 de noviembre de 2014, la Campaña por el cierre de los CIE interpuso otra denuncia referente a una plaga de chinches que persistía desde antes del verano, situación que "vulnera los derechos a la salud, la dignidad y la integridad de las personas internas". Esta situación fue corroborada por la comisión de acompañamiento de la campaña, que cada día visita a las víctimas reclusas. A medianos de noviembre, hubo un intento de desinfección que hizo que las instalaciones se clausuraran temporalmente. La mayoría de personas inmigrantes sufrieron el traslado a otro CIE o la deportación. En un comunicado hecho el 28 de octubre, se alertaba que "estos insectos, que se alimentan de sangre humana, todavía no han sido eliminados del CIE desde que empezó la plaga, hace al menos seis meses", y que continua habiendo, incluso en las celdas, la comida o la ropa de las internas.

Estrategias de resistencia activa

El 14 de abril, producto de un intento de deportación de once ciudadanos de Mali (hecho que vulneraba el acta del juzgado de vigilancia sobre la obligatoriedad de comunicar al interno o la interna con suficiente antelación que se produciría la expulsión del país), 96 personas iniciaron una huelga de hambre masiva que duró nueve días. Para acabar con la huelga, la mayoría de internas que la habían seguido -muy especialmente las que la lideraron- fueron liberadas o deportadas.

El hecho que tuvo más repercusión pública, pero, fue el intento de huida del 17 de septiembre, cuando casi una veintena de internos se escaparon del CIE. No obstante, la mayoría fueron capturados de nuevo. Las personas que lo intentaron sufrieron represalias y deportaciones. El 3 de octubre, se presentó otra queja a la Defensora del Pueblo. Esta vez, hubo más de diez personas heridas, a las cuales se les tuvo que aplicar sutura por las lesiones que presentaban en la cabeza fruto de las palizas de tres agentes de la Policía Nacional.

¿A qué se debe ese nivel de crueldad?

Ana Fornés, portavoz de la Campaña por el cierre de los CIE, considera que "es difícil imaginar lo que pueden llegar a sufrir las víctimas de las leyes de extranjería y del control y la represión". Para Fornés, es difícil llegar a entender tanta desproporción, pero, sobretodo, "tanta crueldad innecesaria (...) ¿A que se debe ese nivel de crueldad?", se pregunta. "Además del encierro, de la pérdida de control de su vida y del miedo a ser deportados, están en condiciones deplorables".

La activista denuncia que ha llegado el invierno y, una vez más, todo continua igual. Según afirma, "a Sapadors, falla la calefacción, el agua caliente y el condicionamiento en general". Además, "se los encierra sin proporcionar-les ropa de abrigo; la comida continúa siendo escasa y de mala calidad y siguen sin poder ir al baño por la noche, cosa que les obliga a hacer sus necesidades en botellas y bolsas, delante del resto de compañeros". Aparte de eso, el cierre de las puertas todavía es manual, a pesar del peligro que supondría en caso de emergencia.

Fornés asegura que, cuando hay alguna repercusión mediática, se consigue mejorar levemente alguna situación. Por ejemplo, después de presentar la queja colectiva de la semana pasada, "el agua caliente volvió a funcionar; pero eso no significa que no hubiera represalias o que esto sea definitivo... ¿Cuando volverá a dejar dejar de funcionar el agua caliente? ¿Cuando será la próxima denuncia por malos tratos?, se pregunta.

Para Fornés, el objetivo de todo esto es claro: "Todo ese desgaste tiene como finalidad debilitar la resiliencia de las personas inmigrantes y defensores de sus derechos". "En lugar de trabajar para diseñar un modelo de ciudadanía inclusiva, tenemos que afrontar el día a día y luchar contra la impunidad y el dolor infligido a estas".

D

#3 Los que hablan andaluz y murciano pueden entender razonablemente tanto el catalán como el valenciano leído. Otra cosa es la comprensión oral.

bensidhe

Auténticos campos de concentración en pleno siglo XXI, donde se hacina a seres humanos sin que hayan cometido ningún delito, sólo por ser migrantes. El fascismo hoy está mucho más integrado y aceptado en la sociedad que en el pasado, cosas que antes nos hubieran horrorizado hoy son vistas como "normales". Total, son "ilegales".

D

Está en catalán pero lo estoy traduciendo...

D

#1 El catalán se entiende. Otra cosa es que estuviese en vasco.

a

#2 lo entenderás tú, porque hay mucha gente que no habla ni catalán ni valenciano.