Las pocas ocasiones en las que transcienden detalles concretos sobre el reparto publicitario en las administraciones públicas queda claro cuál es el motivo de tanto secreto: ocultar el rastro de la compra de periodistas y el pago de favores a los medios afines. Casualmente, cuando Esperanza Aguirre dejó la presidencia de Madrid, fichó con un sueldo estratosférico como columnista del ABC. Casualmente, cuando Ignacio González dejó ese mismo cargo, fichó con un sueldo igual de desmesurado por La Razón.
Comentarios
Este tipo de cosas es lo que debilita una democracia.
Dar altavoces a los afines con dinero público y acallar al resto via asfixia económica también es cohartar la libertad de expresión.
... pues en los EEUU es la unica razon de su democracia ... recaudar fondos para engrasar teles ... aqui en españa el PP inventó lo del 3. 4, 5 ...% en obras y el pitufeo para lo mismo.