El individuo admitió los hechos de los que le acusaba el fiscal. Durante el verano de 2018 le había alquilado una habitación de su casa a una joven. Desde el principio le hizo proposiciones sexuales y la sometió a tocamientos en varias ocasiones, pese a las reiteradas quejas de la víctima. Ante el rechazo de la joven, envió varios correos a los grandes almacenes donde ella trabajaba haciéndose pasar por un cliente y quejándose de ella, y le envió a ella repetidos mensajes de WhatsApp amenazándola.
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Bien condenado está
#1 podría estarlo mejor