En los centros de poder del barrio, o sea el bar, la panadería y el quiosco, esos lugares donde la verdadera gente alterna tomando la palabra mientras efectúa sus breves compras diarias, no se hablaba de otra cosa. Se comentaba con brillantes jirones de admiración pespunteando la comisura de los labios el golpe de esa persona que, arrebatada por un repentino presentimiento, compro un montón de décimos que luego resultaron agraciados con un tercer premio. 18 millones levantó el afortunado tras invertir 7.200 euros.
Comentarios
Es como con Fabra, verdad señor Esteban González Pons, pensaremos que tiene mucho ojo para elegir el número.
#2 La foto es de otro artículo de la misma página, pero sí, su colega Fabra es el milagro de las serendipias.
#4 Pues después de leer el artículo miré el autor y no solo la foto, así que creo que fui hacia arriba después de pulsar en el otro artículo.
"la verdadera gente"
Hay gente de su partido a la que los montadores de Ikea le han dejado 1 millón de € en un altillo de un armario.
Eso sí que es suerte.