Ante la falta de acuerdo, la primera medida que ha adoptado la empresa, ha sido despedir a tres trabajadoras/es (una en publicidad y dos en redacción). El Correo de Burgos es una empresa caracterizada por la precariedad en el empleo (predominan los contratos a tiempo parcial con un salario que apenas supera el SMI), situación que afecta de forma significativa en el ámbito femenino. CCOO entiende que estos despidos son nulos y cometidos en fraude de ley.
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Falta información. No se puede despedir como causa justificativa la crisis del Covid-19 (despido objetivo). Un despido improcedente no tiene ninguna justificación, y no incumple la ley.
El Correo de Burgos forma parte del entramado mediático que el presunto corrupto José Luis Ulibarri tiene montado en Castilla y León con la aquiescencia y financiación directa de la Junta. Conozco personas que trabajan allí y que tienen como norma no hablar de asuntos laborales o de otra índole relacionados con su actividad por ¿miedo? a las posibles consecuencias. El "magnate" está involucrado en asuntos de corrupción de "ese partido del que usted me habla" como procesado en el denominado caso "Gürtel" o la trama "Enredadera".
Con estos antecedentes y alguno más que no menciono no es de extrañar que sus manejos salpiquen a trabajadores de sus medios.