Suponen un aumento del 39 % con respecto al máximo de 2019 y un 86 % más que los 295.368 registrados en 2022. El año pasado, Ibiza registró una población residente anual de 159.180 habitantes, por lo que el conjunto de cruceristas que visitaron la isla “superaron 3,45 veces la población residente”. Las consecuencias a largo plazo "apenas compensan los escasos beneficios económicos” que aportan a la comunidad local, sin olvidar que el aumento del número de cruceristas “contribuye a la saturación de los espacios naturales y paisajísticos".
Comentarios
estos buques vierten de manera continua “aguas de sentinas, aguas grises, aguas negras y lastre, que en muchos casos contienen especies invasoras”, a las que se suman los “residuos sólidos, la contaminación ambiental y visual, y los daños que provocan”.
Beneficio para unos pocos y mierda para todos.
#1 Después de la pandemia, y que quedara demostrado que el mundo (literalmente) se desentendiera de los cruceros en los que hubiera contagios, dejándolos por ahí tirados para que se las apañaran, pensé que la gente se lo iba a pensar dos veces antes de volver a subirse a uno. Ya no es que sean altamente contaminantes, es que son inseguros, son insalubres, están masificados, y como pase cualquier cosa, es un sálvese quien pueda y no hay escapatoria.
Pero se ve que la gente olvida rápido...
Otro nuevo colectivo al que odiar, los cruceristas.
Nuestro petróleo.
Bueno y los cruceristas madrileños, esos los peores, al menos no les pueden cargar la culpa de la crisis de la vivienda, que van con cama flotante.
¿Un madrileño, crucerista y además ciclista en qué casta está?