Anna vino a Londres desde Rumania para estudiar. Para ello, primero tenía que ganar algo de dinero. Consiguió trabajos temporales como mesera, empleada doméstica y profesora de matemáticas. Hasta que un día, en marzo de 2011, la secuestraron en la calle, la llevaron a Irlanda y la sometieron a un tormento que duró nueve meses. La forzaron a tener sexo con miles de hombres. Anna no vio la luz del día durante meses. La dejaban dormir sólo cuando no había clientes, pero ellos venían a todas horas. A veces veía hasta 20 por día.
Comentarios
Pobre mujer. Menuda pesadilla de terror ha vivido.
Supongo que los negativos a esta historia tan desgarradora son de clientes de prostitución que no quieren que se conozca esa realidad incómoda para mantener tranquilas sus conciencias.
#3 Suscribo tu comentario palabra por palabra.
¡¡ GRACIAS !!
El secuestro para prostitución debería tener penas similares a las de agresión sexual.
Por otro lado yo creo en la reinserción excepto en algunos casos. Dice la noticia que ya habían estado en prisión en Suecia por lo mismo y siguen dispuestos a secuestrar y violar mujeres durante meses. Sin ningún ánimo vengativo y considerándolos completa, eterna y gravemente dañinos para la sociedad, las respuestas más adecuadas oscilan entre la pena de muerte, cadena perpetua o cadena perpetua con trabajos forzados que al menos revierten beneficios económicos, dependiendo de lo exquisitos que nos pongamos con el derecho a la vida.
#3 Me gustaría que alguno justificase su voto negativo.
Los miserables que violaban a esa chica, por que no eran clientes eran violadores, merecen ser condenados por ese crimen.
Chusma!!
Y eso en un país de Europa... que horrible.