Publicado hace 10 años por fersal a rafa-almazan.blogspot.com.es

Ha nacido un dios. Un dios menor, pero católico y de misa diaria. Un dios capaz de crucificar (a los demás, naturalmente) con concertinas, de encomendarse a Santa Teresa o de poner medallas a sus vírgenes preferidas –en 2012 a la Virgen del Pilar y hace dos meses a Nuestra Señora Santísima del Amor--. Es triste y gris, como procede a un dios serio. Además tiene matices humanos, cosa que no suele ocurrir con otros dioses. Se equivoca o admite equivocaciones pero le basta darse un golpe de pecho y hacer propósito de enmienda. Lo de cumplir la ...

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El dios del error continuo: el votante español