Los augurios fatalistas sobre economía han sido una constante a lo largo de la historia y en los periodos de crisis económica afloran con más fuerza. Expertos como Tyler Cowen, Robert Gordon o Thomas Piketty auguran el fin del crecimiento económico y un inexorable empobrecimiento.
No soy economista ni tengo ni puta idea, pero tampoco es que haya que saber mucho para decir que no se puede crecer eternamente en un planeta finito. La duda es hasta cuanto aguantará el tinglado, pero el fin está bastante claro.
Decir que el sistema incuestionable y sus viejas fórmulas no han sabido adaptarse a una sociedad realmente informada y medianamente instruida te convierte en un profeta apocalíptico, según podemos ver. En mi opinión todos estos augurios que algunos vendrán a decir que parten de iletrados económicos aportan más esperanza en el futuro que todos los mensajes y perspectivas de los organismos oficiales y sus voceros. La mayoría de veces transmiten la idea de que nunca nuestro sueño estuvo tan cerca y nunca nuestros líderes estuvieron tan ciegos (o interesados en no ver).
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No soy economista ni tengo ni puta idea, pero tampoco es que haya que saber mucho para decir que no se puede crecer eternamente en un planeta finito. La duda es hasta cuanto aguantará el tinglado, pero el fin está bastante claro.
Decir que el sistema incuestionable y sus viejas fórmulas no han sabido adaptarse a una sociedad realmente informada y medianamente instruida te convierte en un profeta apocalíptico, según podemos ver. En mi opinión todos estos augurios que algunos vendrán a decir que parten de iletrados económicos aportan más esperanza en el futuro que todos los mensajes y perspectivas de los organismos oficiales y sus voceros. La mayoría de veces transmiten la idea de que nunca nuestro sueño estuvo tan cerca y nunca nuestros líderes estuvieron tan ciegos (o interesados en no ver).