"Yo me metí en el ladrillo porque es el único negocio que puede llevar al empresario al infinito", dijo Rafael Gómez, más conocido como Sandokán, ante los magistrados de la operación Malaya. Quien fuera el hombre más poderoso de Córdoba durante la burbuja inmobiliaria se convierte ahora en un personaje más del juego de mesa El Ladrillazo. Pero no está solo. Junto a él, también algunos de los políticos y constructores que se lucraron con la filosofía carpe diem más desastrosa de la historia económica de España.
Comentarios
A mí este juego me hace sospechar: apenas se habla de mecánica (que al final es lo que más interés tiene en un juego). Es decir, veo a mucha gente interesada porque suena bien, porque tiene un dispensador de votantes, porque tiene su gracia y parece documentado... Pero... Cómo se juega? Por qué no se habla de eso?
Sólo se puede leer en este artículo que es una mezcla de Magic/Monopoly y que "si juegas siguiendo las normas son 5h de partida" (ironía, entiendo).
Luego tiene un bonito dispensador. Para hacer un poco la gracia y atraer a más gente.
¿Y nada más? En fin, espero que realmente sea un buen juego, pero lo encuentro un fallo no hablar de mecánica.