La familia del ya fallecido hampón Meyer Lansky espera ser compensada por un hotel casino en La Habana confiscado por la revolución cubana, ahora que ambos países han empezado a tratar de resolver reclamaciones por miles de millones de dólares de propiedades estadounidenses incautadas por el gobierno socialista de la isla. La familia de Lansky ve una oportunidad de reclamar el Hotel Habana Riviera o su equivalente en dinero. Fue una especie de base en la isla para Lansky, considerado uno de los hampones más notorios del siglo XX.
Comentarios
Cuando se mueran los Castro, los cubanos que no se pudieron ir a Miami a hacerse una vida de clase media americana van a comer democracia a cucharadas soperas.
Van a ir hasta los nietos de Al Capone a reclamar que les devuelvan el puticlub de niñas que la revolución les confiscó "ilegalmente", jajaj ni la arena de las playas les va a quedar. Todo va a ser propiedad privada y ellos, si quieren seguir comiendo, de putas y de subemaletas, como en los mejores tiempos.
Debe dar bastante asco ser cubano. Un futuro negro como ños cojones de Eto 'O, desde luego.
Hay mucho chorizo esperando recuperar lo que estaban robando: Se les suele localizar en Miami
Me parece genial, con la indemnización que USA le pagará a Cuba por el perjuicio causado por su bloqueo económico injusto seguro que da de sobra para pagar todo esto, porque supongo que esto funciona en las dos direcciones.
Si nos ponemos en ese plan EE.UU. primero debería pagar el crédito que España les concedió para lograr sus independencia:
EE.UU. y su corazón de plata española
EE.UU. y su corazón de plata española
abc.es¿Qué es un hampón?
#3 Se tarda menos en buscarlo en google que en preguntarlo aquí.
Yo comprendo a los marxistas, confiscan lo que les mola y se convierten en empresarios sin haberse jugado un duro. Para que jugarte la pasta si la puedes confiscar? La verdad que tienen razón, en un chollo ser marxista. No descarto hacerme marxista alguna vez.
#1 Un señor recibe la visita de un comunista que va por las casas... intentando convencer a los ciudadanos.
-¿Y de qué va esto del comunismo?
-Pues se trata de distribuir las riquezas entre todos.
-Ah, muy bien. ¿Y cómo se hace?
– Muy sencillo. Se lo explicaré con un ejemplo. Si usted tiene dos casas, una será para usted y la otra para el partido, que le dará un uso colectivista que beneficie a la sociedad.
-Parece justo.
-Claro. Y lo mismo si usted tiene dos coches. Uno para usted y otro para el partido.
-Fantástico. Qué buena idea…
-Y si tuviera dos bicicletas, lo mismo. Una para usted y otra…
-¡Ah no, por ahí sí que no paso! ¡Esto ya es demasiado, qué falta de respeto por la propiedad privada!
-Perdone pero no le entiendo. ¿Usted está dispuesto a renunciar a una casa y un coche para la causa pero no a una bicicleta?
–¡Es que, de bicicletas, sí que tengo dos!