En 2012, Julián Márquez y su pareja María José Palma, comenzaron presuntamente a captar en los comedores sociales y otros centros asistenciales de Valladolid a personas en situación de “extrema necesidad” con la promesa de ayudarles en su rehabilitación social, según el escrito de la Fiscalía. Después de registrar una asociación sin ánimo de lucro, con el nombre de Retomar (Centro de Rehabilitación de Toxicómanos y Marginales), ambos forzaron a cerca de 50 personas sin recursos o adictas al alcohol o las drogas a trabajar para esa ONG jornadas
Comentarios
Pero estos no son los de Reto que retiran muebles viejos y venden otros restaurados
#3 Es lo primero que he pensado
Pocos años para semejantes hijos de puta.
Emprendedores.
“picadoras de tabaco profesionales en el patio” Un plan sin fisuras, esclavizar toxicómanos para picar hojas de tabaco, estoy seguro que la reinserción les fue de maravilla cuanto hijo de puta suelto tenemos en este país.
La pregunta es ¿se curaron?
Con los entornos y condiciones de trabajo que tenemos, y dada la cantidad de ansiolíticos y antidepresivos que se toma la gente trabajadora, la mitad de las empresas están explotando a toxicómanos.