El cabecilla de la presunta estafa de los ataúdes comenzó con una pequeña funeraria en Torrelobatón, trasladando a muertos de accidentes de carretera. Su negocio era tan próspero que reinvertía en bloques enteros de edificios en Valladolid, polígonos industriales y solares de poblaciones en expansión. Está en prisión sin fianza acusado de estafa continuada, pertenencia a organización criminal, fraude a la hacienda pública y blanqueo de capitales.
Comentarios
Y los pujoles libres.
Se lo llevaba muerto.
Exitazo que tienen los armarios de Ikea...
Típico emprendedor español de banderita en la muñeca y bigote de facha de pueblo.
Además el personaje siempre se reía diciendo jajejijojú.