Un juez ha ordenado a un padre a llevar a sus hijos a la misa católica como parte de un acuerdo de divorcio, a pesar de no ser católico. El hombre, que sólo puede ser identificado como "Steve" se enfrenta a posible desacato al la corte y una sentencia de cárcel si deja de ir a la iglesia cuando el tiene la custodia de sus hijos. Este requisito de asistencia a la iglesia fue impuesta por el juez James Orrell durante una audiencia.
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