Los códigos de la mafia son claros: una vez entras no sales. Erich Rebasso obvió esa ley no escrita y optó por quebrar la omertá. “Lamento profundamente haber sido utilizado con fines delictivos”, confesó en el 2008 en una carta a la policía. Ágil, discreto y confiable, este abogado austríaco de 45 años formó parte de esta multinacional del crimen de traje y corbata, pilar fundamental de una estructura financiera corrupta conocida como ‘Lavandería Troika
Comentarios
Las mafias, las maras, pandillas, son la expresion de lo mismo.
No solo desencato total e irreversible hacia el estado, sino potenciales señores de la guerra y rebeldes.
Eso deben recordar muchos politicos en el mundo, tanto los que se hacen photoshop cabalgando osos, pasando los que llegaron porque hicieron impopular a un Partido Popular, o los que se casaron con sus profesoras, o los estafadores descendientes de alemanes con peluca.