Hace 1 año | Por remontanim a elconfidencial.com
Publicado hace 1 año por remontanim a elconfidencial.com

“Yo quiero que me embalsamen y me pongan en el Teatro Calderón de Madrid, para que pasen los mariquitas, que me quieren mucho”. Estas fueron las palabras de Lola Flores a Lauren Postigo en el programa Cantares, en los ya lejanos años ochenta, que sin advertirlo se convertirían en todo un alegato en favor del colectivo LGTBIQ+ en momentos en que ser parte del mismo era considerado completamente indigno. Es precisamente el activismo involuntario que ejercía la artista el protagonista del libro Flores para Lola (2023), un ensayo que ofrece una mir

Comentarios

flavs

De este artículo me sorprenden dos frases, la primera: que en los años ochenta los homosexuales fueran despreciados por la sociedad, me sorprende mucho porque precisamente coincide con los años de la movida madrileña, al frente de la cual estaban, como todos sabemos, homosexuales reconocidos y admirados. La segunda frase que me llama la atención es la que compara el poco interés que se supone despierta Lola Flores con el excesivo que se le rinde a Picasso, qué culpa tendrá Picasso de coincidir ahora con la La Faraona, quizá hubiera sido mejor comparar a Lola con Sara Montiel, que también es un icono del colectivo LGTBI+, mucho mas contemporánea de Lola que era 5 años mayor que ella y no casi 40 como Picasso. Para veneración la que ha tenido este año Leo Messi por haber ganado el mundial de futbol. Quede clara mi admiración por Lola Flores, Picasso y Sara Montiel, todos ellos con sus luces y sus sombras porque nadie es perfecto, ni siquiera los artistas.

D

#1 Recuerda el documental de 1981 en RTVE

Aún había mucho deprecio y mucha ignorancia.

K

#1 La movida madrileña era una parte minúscula de la sociedad, y muy poco representativa.

D

#1

meneandro

#1 Eran años de transgresión. Pero una cosa es reconocer a cuatro escandalosos que sólo quieren llamar la atención para vender sus discos y que de todos modos van a arder en el infierno y otra cosa es normalizar que tu vecino, ese tan amable que saluda en el ascensor, pueda ser homosexual.