Hace 10 años | Por rook1 a blogs.publico.es
Publicado hace 10 años por rook1 a blogs.publico.es

Con las novelas negras hay que tener mucho cuidado porque las carga el novelista y el culpable no suele aparecer hasta las últimas páginas. Con la novela negra de Isabel Carrasco tantos indicios apuntaban a un asesinato político que de inmediato un montón de aprendices de Conan Doyle se pusieron a escribir microrrelatos en 140 caracteres. Casi no se había secado la sangre de la pobre mujer en el suelo cuando ya estaban ellos (y ellas) dándole a la tecla. Una de las más rápidas fue Isabel San Sebastián, quien inmediatamente, sin pensarlo mucho,