Cualquier parecido con el fútbol es pura coincidencia: doce jugadores por equipo, sin balón ni porterías y un partido que solo dura un minuto. Es la 'Champions League del hooliganismo', la misma que esta semana enfrentó al Frente Atlético con los ultras del Feyenoord, estos últimos considerados la élite dentro del perverso mundo de pactar peleas. A un lado, de rojo, los ultras madrileños, en teoría todos por debajo de los 25 años; al otro, los miembros de Rotterdam Jongeren Kern (R.J.K.) y Firm FIIIR (Feyenoord third generation Rotterdam).
Comentarios
Así se maten y no quede ni uno
#6 Bueno, como dice #1 si se matan el gasto seria mínimo, que oye, mínimo no es cero, pero piensa lo que nos ahorramos a largo plazo.
Solo lamento el gasto en sanidad.
Podían retransmitirlo por streaming, mucho más interesante que la mayoría de partidos.
El club de la lucha 2.0: aún podemos hacerla más facha.
Pues sí que debe ser secreta para que esté informando el ABC de ello.
Así si.
Pues parece una chorrada pero leyendo el artículo tiene chicha la cosa y se ve que no es un calentón.
Con este párrafo me río por no llorar:
"La pelea es rápida, en torno al minuto, y la victoria cae del lado holandés. Es la segunda que consiguen en Europa, después de que hace 15 días derrotaran en su casa a los 'hooligans' del Celtic de Glasgow, en esa ocasión siete contra siete, y un tiempo final de 50 segundos."
Con su pan se lo coman
Esto debería promocionarse tipo cúpula del trueno. Unos imbéciles entran y con suerte ninguno sale.
Puedo llegar a entender que se pongan de acuerdo ambos bandos, pero en caso de que necesiten asistencia médica, a tirar de tarjeta.
la estupidez humana no conoce limites
madre mía, qué lamentable es leer esto, qué pobres de mente, quedar para pelearse y encima por un equipo de once señores corriendo tras un balón y embolsándose millones... triste, muy triste... no lo concibo
#8 Dudo siquiera que se estén peleando por el equipo. Son clanes violentos en sí mismos, donde el fútbol es la excusa para explotar, soltar su tensión y frustración con la vida. Realmente lamentable, hay caminos mejores