Hace más ruido un golpe de estado de opereta a 10.000 km, que el choque de trenes con 1.300 vidas en riesgo. Este jueves no verán en las portadas de Madrid la noticia del encontronazo de dos trenes de Rodalies-Renfe en Montcada i Reixac excepto en El País, que le dedica un titulito, el más pequeño y mal puesto de todos. Las portadas de Barcelona lo dan bien, con la foto de los dos convoyes empotrados. Sin embargo, fuera de "El Periódico" ninguno lo tiene como título principal. Ausencia en las portadas, olvido de los políticos. (CAT)
Comentarios
Churras != meninas
Pero que van a decir los fans de los golpes de estado y las declaraciones unilaterales.
#2 Merinas, no meninas.
#2 viva Velázquez pero que tiene que ver con las ovejas?
La pregunta es si un accidente así pasa en Madrid abriría la portada?
#8 Conjeturas y victimismo, lo de siempre. ¿y si pasa en Andalucía y en Extremadura? ah que en Extremadura casi no hay trenes.
#9 lo más probable es que pasara lo mismo que cuando pasa en Cataluña, pero
cuando llueve en Madrid llueve en toda España no lo sabías?
#2 ¡qué van a decir los fans de los golpes de estado!: pues que lo muertos no se tocan y no hay que reescribir la historia, por eso no han publicado nada en portada del accidente
El nacional y su ombliguismo. Sin novedad en el frente...
En la redacción de este panfleto ultra todavía se están lamentando de que no hubiera muertos. El victimismo hiperbólico necesita sangre.
QUé cansinos son!!! ¿No se dan cuenta de que hay vida fuera de su pueblo?
#14 dices lo mismo de los que hablan de Ayuso y no son de Madrid?
eran sólo"catalufos sin pasta"
Tampoco salen los 4 isleños que han muerto en Rumanía, y ahí sí que hay desgracias personales. Fue un toque, tampoco es que haya sido el Alvia de Angrois.
Tampoco ha sido noticia el gato en la rueda de prensa de Brasil, vergonzoso.
#4 ayer en mi pueblo los bomberos salvaron a un gato que había caído de un balcón a la marquesina de un restaurante. Y no lo he visto en Euronews. Conspiración sin duda.
Definición de sensacionalista
El nazional y sus bulos