Fermín Barceló, maestro y exdirector de Infancia y Adolescencia del Ararteko, destaca que un solo caso de marginación, rechazo o acoso a un alumno supone “un fracaso de toda la escuela”. Fermín Barcelo, maestro y ex director de Infancia y Adolescencia del Ararteko, aboga por una mayor concienciación en el ámbito educativo sobre la importancia de desplegar entre los alumnos todo el repertorio y las enseñanzas que emanan de los Derechos Humanos. “Y hay que aplicarlos sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política...
Comentarios
#0 ¿Es posible poner el signo de interrogación que falta en el titular?
#0 ¿Es posible quitar el punto final que sobra en el titular?
#1 Para una vez que el periodista de turno escribe algo sin faltas...
#1 #2 ...y os hago una pajilla de postre.?
#3 Yo las prefiero de aperitivo, me abren las ganas de comer.
#4 Es que me voy de cañas con el Mío.
#3 Si estás buena...
#5 El que habita y cohabita conmigo opina así.
#7 Si no es celoso, o si es celoso pero no violento...
#8 Ya has troleado suficiente, no?.
#9 No, sólo me estoy estudiando tu ofrecimiento #3
La sociedad no recela del diferente. Son ciertas personas de escasas luces quienes lo hacen.
Ahí están miles de "diferentes" ilustres de fama y éxito para demostrarlo.
Es precisamente en la escuela donde se empieza a construir la sociedad, así que tiene que ser posible y sé que se hace. Otra cosa son las familias y los demás participantes.
Para no discriminar sexualmente, chicos y chicas adolescentes deberían estar separados en algunas asignaturas ya que los chicos maduran más tarde y tienen que competir con chicas de su misma edad biológica. La forma de dar clases está feminizada y no se premia la competitividad, que es lo que necesitan más los chicos para dar el 100% de su capacidad.
Para no discriminar entre diferentes religiones, la escuela debe ser laica. La religión se deja fuera de clase y de las asignaturas.
Para no discriminar según la economía de cada uno, que todos los alumnos lleven el mismo uniforme. Así las diferencias aparentes de dinero se dejan también fuera de clase y no hay envidias ni conflictos por cuestiones materiales.
Las tres cosas son políticamente incorrectas.