El 74% de las personas con discapacidad no tienen empleo a día de hoy. La tasa de pobreza extrema en las mujeres con discapacidad triplica la del resto de la población. La infantilización de los cuerpos en personas con diversidad funcional es un hecho. La sexualidad es un derecho humano fundamental para llevar una vida plena. Sin embargo, muy poco se ha tratado este tema, y se ha tendido a ver a las personas con discapacidad como ángeles asexuados y niños eternos. Aunque algo se ha avanzado en este punto, queda mucho...
Comentarios
#0 A buen sitio has venido a quejarte sobre la sexualidad plena
#2 He enviado un artículo que recoge algunas cifras que yo ya conocía. No esperaba que a nadie le pareciese "sensacionalista o irrelevante" que personas discapacitadas tengan necesidad de sexo.
Algunos usuarios de esta web deberían reflexionar sobre el acto de negativizar envíos que hablan de asuntos que no conocen (o no les interesan). Aprender a pasar de una noticia a otra sin sentirse obligados a hacer nada!! porque puede interesar a muchos otros usuarios.
A mi me interesa porque lo he vivido y lo vivo. El hecho de que un medio de comunicación se ocupe de publicar algo sobre estos asuntos, ya es algo.
Y por muchos negativos que pongan, seguiré preocupándome por estos colectivos.
Para ocuparme de las frustraciones de los que usan MNM para acallarlas, no me queda tiempo.
#3 Cuidado con entender la sexualidad como un derecho desde que implica a segundas personas.
Otra cosa es toda la serie de mecanismos económicos tramposos que alteran la igualdad de oportunidades, pero derecho por sí mismo... es una putada pero me temo que no.
#4 Casi todos los derechos fundamentales implican a segundas, terceras y otras personas...
#6 No en el modo de obligar a nadie a hacer algo que tal vez no quiera y menos algo tan personal y concreto.
Ya sabemos como la lógica del mercado ha "resuelto" eso.
Lo cierto es que unos derecho entran en conflicto con otros cuando no están bien acotados, hay que ver las cosas desde los dos lados.
#7 Yo hago un esfuerzo para ver las cosas desde los dos lados. Pero me cuesta verlas desde el lado de los que no han lidiado nunca con ninguna discapacidad, porque eso no lo he conocido.
Tu primer párrafo no logro entenderlo... y es posible que sea un problema mío.
Yo estoy de acuerdo en que no se debe obligar a nadie a hacer algo que tal vez no quiera... siempre que eso que no quiera hacer (personal y concreto) no implique dejar de lado los derechos humanos.
Es decir, puede que a un creyente musulmán le apetezca imponer leyes islámicas en territorio europeo; en ese caso yo abogo porque a ese humano se le ponga en una prisión en cuanto su apetencia vaya más allá del pensamiento y la expresión oral o gráfica. O se le oblige, le guste o no, a respetar la DUDH (mientras resida en territorio europeo), a la vez que se le invita a emigrar a cualquiera de los reinos en los que está permitido o incluso es obligatorio vivir bajo esas leyes y preceptos.
En el artículo que he enviado, no se habla de "obligar" a nadie a hacer nada. Se habla de "hacer lo posible para no dificultar que ciertos grupos minoritarios no puedan practicar o hacer efectivos algunos de sus derechos fundamentales y parte de sus derechos como humanos".
#8 O que se presente a las elecciones, yo que sé, lo de la ley islámica es otro asunto.
Pero elevar el sexo a nivel de derecho no lo veo posible porque implica vulnerar un derecho aún más básico del otro.
Por encima de mi derecho a tener sexo con X persona está el derecho de esa persona a no tener sexo conmigo. Eso creo que está claro.
El problema es la situación de exclusión que se crea en ciertos colectivos como a los que se refiere el artículo, pero no son los únicos ni mucho menos. Sucede porque las relaciones funcionan, en cierto modo y salvando las distancias, como un mercado en el que se demandan y se ofertan... cualidades. Eso incluye desde rasgos tan innatos como la belleza o la inteligencia a adquiridos como la posición económica.
Lo razonable, a mi entender, sería que cada cual pudiera recibir en consonancia con lo que ofrece. Hay toda una serie de distorsiones provenientes del plano económico (y biológico, por las diferencias entre hombre y mujer) que impiden que eso sea así. Y es lo de siempre, hay unos arriba que lo acaparan todo y otros abajo que están sin nada. La situación es bastante mejorable.
Ahora bien, hay que recordar que lo que por una parte es un derecho por la otra es una obligación. Yo no quiero obligar a nadie a eso, de hecho lo que realmente me interesa no creo que sea algo a lo que se pueda obligar ni comprar. Ingenuo que es uno, supongo.
En realidad considero que el comercio de sexo es una pérdida de libertad y de dignidad, aunque no por ello deja de ser una realidad cotidiana. Una solución a un problema que no está resuelto y que no es más que otro problema.
De hecho el económico sólo es un aspecto de la situación, por naturaleza (además del culturalmente) la demanda de sexo de los hombres es bastante superior a la de las mujeres, lo que produce por un lado escasez para los hombres, que implica dar más y recibir menos, y por el otro lado abundancia para las mujeres, dar menos y recibir más.
Ya me imagino que lo dicho hasta aquí tampoco arregla nada pero por lo menos apunta lo que a mi parecer son las causas de fondo.
Esto: "hacer lo posible para no dificultar que ciertos grupos minoritarios no puedan practicar o hacer efectivos algunos de sus derechos fundamentales y parte de sus derechos como humanos" perfecto, incluso para que puedan tener una vida lo más plena posible más allá de sus estrictos derechos.
Pero el sexo como "derecho"... el que nos queda al alcance de la mano... y el que tenga la suerte de tenerla, me temo.
Y mira, para que puedas ver las cosas un poco desde el lado de los sin discapacidad, yo ya llevo la cuenta por años, si me quieres entender.
No digo que no sea lamentable pero hay otras cosas en la vida.
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nytimes.comEl follar esta muy sobrevalorado.