Descubrimos quién está detrás de cada gran medio de comunicación en España, qué grupos son sus accionistas, quién mueve los hilos. ¿Están financiados por bancos, por políticos, por particulares?
El libro de David Jiménez habla de las sutiles (al principio) presiones que llegan desde los despachos más altos de su propio grupo de comunicación para condicionar portadas y editoriales. Y también de cómo el poder real, las élites económicas y empresariales, intentan abrazar al recién llegado. Relata ofertas envenenadas de primeros ejecutivos del IBEX que preguntan al director si necesita ayuda -e insisten cuando este dice que no-, llamadas de presidentes de equipos de fútbol, molestos por salir en la sección de opinión con una flecha hacia abajo y dibuja, en general, el baile de vanidades, traiciones y maniobras que es la redacción de un periódico acostumbrado durante los buenos tiempos a quitar y poner ministros y también algún presidente y que ahora sufre Eres y constantes cambios en la dirección.
En 295 páginas, Jiménez describe la atmósfera viscosa de una élite política y empresarial con sede en Madrid peleando por mantener sus privilegios en un país que amenazaba cambio, donde ya nada parecía sólido y que hasta había visto abdicar al rey tras décadas de sobreprotección de la prensa. "El poder económico protegía al poder político. El poder político protegía al poder económico. La prensa protegía al poder económico", escribe el exdirector en las memorias de un año al frente de El Mundo que antes de llegar a las librerías ya han soliviantado a una parte de su antigua redacción.
Las empresas. Las cuales tienen a hombres afines en los consejos de administración de esos periódicos y los bancos, los cuales han dado préstamos a esos medios
#11 Yo soy de los cuando escribo tonterías y me votan negativo no voy llorando por las esquinas ni monto dramas. La vida sigue, supéralo.
Que pases buena tarde.
#9 ¿Te onfendes porque alguien ha clicado en una flecha hacia abajo en un comentario tuyo en una web perdida en la inmensidad de internet? ¿Y aún así tienes la valentía de llamar ofendiditos a los demás?
Los ofendiditos son los que pretenden arreglar el mundo pinchando flechitas, y solo logran etiquetarse. Luego están quienes dan la cara, ponen sus tripas en un comentario y lo abren a la crítica, incluso a las flechitas de ofendiditos.
Comentarios
El libro de David Jiménez habla de las sutiles (al principio) presiones que llegan desde los despachos más altos de su propio grupo de comunicación para condicionar portadas y editoriales. Y también de cómo el poder real, las élites económicas y empresariales, intentan abrazar al recién llegado. Relata ofertas envenenadas de primeros ejecutivos del IBEX que preguntan al director si necesita ayuda -e insisten cuando este dice que no-, llamadas de presidentes de equipos de fútbol, molestos por salir en la sección de opinión con una flecha hacia abajo y dibuja, en general, el baile de vanidades, traiciones y maniobras que es la redacción de un periódico acostumbrado durante los buenos tiempos a quitar y poner ministros y también algún presidente y que ahora sufre Eres y constantes cambios en la dirección.
En 295 páginas, Jiménez describe la atmósfera viscosa de una élite política y empresarial con sede en Madrid peleando por mantener sus privilegios en un país que amenazaba cambio, donde ya nada parecía sólido y que hasta había visto abdicar al rey tras décadas de sobreprotección de la prensa. "El poder económico protegía al poder político. El poder político protegía al poder económico. La prensa protegía al poder económico", escribe el exdirector en las memorias de un año al frente de El Mundo que antes de llegar a las librerías ya han soliviantado a una parte de su antigua redacción.
En 2015 las élites veían con terror la llegada de Podemos al Gobierno y toman una decisión para evitarlo
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eldiario.esLas empresas. Las cuales tienen a hombres afines en los consejos de administración de esos periódicos y los bancos, los cuales han dado préstamos a esos medios
Los youtubers y las redes de blogs especializadas en clickbait suelen contener opinión e información muy irrelevante y sesgada.
¿Están financiados por bancos, por políticos, por particulares?
Por todos ellos...
El que suelta las subvenciones y paga los anuncios.
#11 Yo soy de los cuando escribo tonterías y me votan negativo no voy llorando por las esquinas ni monto dramas. La vida sigue, supéralo.
Que pases buena tarde.
#12 Yo doy zascas a ofendiditos que votan negativo lo que no les gusta.
No nos olvidemos de estados como Irán que le compraba a Iglesias La Tuerka, y le permitía seguir haciendo programas.
Consejos vendo que para mi no tengo.
¿Todos están comprados menos yo? ¿Todos se venden menos yo? ¿Todos son sectarios menos yo?
Lo peor es que cada uno escoge el medio que manipula la realidad de manera que encaje con su propio sesgo.
#4 Es distinto hacer un producto y que tu lo vendas, a que te paguen para que digas o no digas lo que ellos quieren en tu pruducto.
Nada que ver.
#7 La mayoría lo hace gratis, el sectarismo. cc
ze7en
Chupipandi, rojos, indepes, feministas modernas... Cada uno tiene su manada y meneame es suyo y se lo follan como quieren.
#4 ¡OFENDIDITOS!
¡OFENDIDITOS EVERYWHERE!
#9 ¿Te onfendes porque alguien ha clicado en una flecha hacia abajo en un comentario tuyo en una web perdida en la inmensidad de internet? ¿Y aún así tienes la valentía de llamar ofendiditos a los demás?
#10 Veo que te das por aludido, y me alegro.
Los ofendiditos son los que pretenden arreglar el mundo pinchando flechitas, y solo logran etiquetarse. Luego están quienes dan la cara, ponen sus tripas en un comentario y lo abren a la crítica, incluso a las flechitas de ofendiditos.
¿Tu de cual de los dos eres?