La voz del tenor italiano Andrea Bocelli resuena en la bóveda del teatro toscano, pero todas las miradas se concentran en el director de orquesta: un robot con aparente afición por Verdi.
Menuda chorrada, la labor del director no es mover los brazos durante el concierto sino transmitir su concepto de la obra a la orquesta, ensayando con ella y después mezclar las diferentes secciones durante el concierto, y eso no se hace solo "moviendo los brazos".
Bueno, la verdadera magia y esfuerzo del director no es en ese momento concreto, tal vez, sino la continua labor de coordinar a todos los músicos durante meses, antes del evento.
No entiendo la fascinación por Bocelli.
¿Tenor? no le hace sombra a nadie, yo lo dejaría en "tonadillero"
¡ay si, pobre, que es cieguito! como si eso lo hiciese un buen tenor.
Comentarios
Menuda chorrada, la labor del director no es mover los brazos durante el concierto sino transmitir su concepto de la obra a la orquesta, ensayando con ella y después mezclar las diferentes secciones durante el concierto, y eso no se hace solo "moviendo los brazos".
#2 un metrónomo con brazos.
Cada día somos más imbéciles.
#3 es que no tiene ni cabeza Por lo menos podían haberle puesto una a modo decorativo y "humano".
#2 Gran verdad.
Bueno, la verdadera magia y esfuerzo del director no es en ese momento concreto, tal vez, sino la continua labor de coordinar a todos los músicos durante meses, antes del evento.
No entiendo la fascinación por Bocelli.
¿Tenor? no le hace sombra a nadie, yo lo dejaría en "tonadillero"
¡ay si, pobre, que es cieguito! como si eso lo hiciese un buen tenor.