La banda Rolling Stones ha pedido al candidato Republicano que deje de usar los temas del grupo en sus mítines, como el que hizo en Indiana en el que hizo su discurso de victoria en las primarias del Estado.
#9#11 Los derechos de autor de las obras que se hicieron después de la creación de Micky Mouse nunca caducan, cada vez que se acerca la fecha de caducidad de los derechos de Micky, la amplían. Ahora mismo me parece que van por 70 años después de la muerte del autor.
por muy mal que me pueda caer Trump tiene todo el derecho a usar la música que le salga de los cojones, salvo que no quiera pagar los royalties o todavía no haya pasado el tiempo necesario para ser de dominio público.
Comentarios
Pues yo creo que deberían dejarle usar "Sympathy for the Devil"
#4 Que no sean hipócritas.
SYMPATHY FOR THE DEVIL
#7 va, que alguien le escriba la carta al manager de los Stones, yo le pongo el comienzo
Please allow him to intruduce himself
Is a man of...
Donald Trump es el nuevo Chuck Norris.
Coño, han tardado, hace mucho que Adele le cortó el rollo
Con el tiempo que lleva TRS es posible que haya caducado el derecho a cobrar royalties.
#9 #11 Los derechos de autor de las obras que se hicieron después de la creación de Micky Mouse nunca caducan, cada vez que se acerca la fecha de caducidad de los derechos de Micky, la amplían. Ahora mismo me parece que van por 70 años después de la muerte del autor.
http://es.gizmodo.com/el-dia-que-disney-manipulo-el-copyright-para-que-mickey-1745463045
Es decir que los candidatos en campaña no pagan derechos de autor con que le caigas bien al artista la sigues usando.
Hillary prefiere Los Delincuentes. #HillaryForPrison2016
Al final va a tener que poner la música de algún grupo de difuntos para que no le exijan que deje de utilizarla.
¡Cuanta inquina, pardiez!
DonaldTrump, yo te invoco. Que tienes que decir.
y yo les pediría a los Rolling que dejen de esnifarse nuestras drogas (de ser así, el resto tocariamos a muchas mas)
por muy mal que me pueda caer Trump tiene todo el derecho a usar la música que le salga de los cojones, salvo que no quiera pagar los royalties o todavía no haya pasado el tiempo necesario para ser de dominio público.