Hace 2 meses | Por Dragstat a eldia.es
Publicado hace 2 meses por Dragstat a eldia.es

«Se piensa que las personas que están en calle siempre han sido pobres, tienen adicciones... los dos casos que tomamos de referencia vienen de familia adinerada, ninguno tiene adicciones y ambos cobran pensión». «La salud mental es importante en un sinhogar, así como la ruptura de vínculos». Se advierte de la percepción del usuario que deambula y siente rechazo por aporofobia. «Tú vas por la calle y ves personas sinhogar y nadie se para a mirarlas, a preguntarles, ¿estás bien?» La gente normalmente cambia de acera.

Comentarios

Polarin

Mucha gente ha acabado sin un sitio donde ir a dormir. Para empezar casi yo. 
Pon una familia con un solo hijo: el hijo se pone enfermo, la escuela te llama. Si no vas, servicios sociales te lo puede quitar, si vas te pueden despedir. 

Si te despiden no tienes para pagar hipoteca o alquiler, no tienes trabajo y servicios sociales se te lleva al ninio. 

chemado_chema

El truco es hacernos pensar que todos estamos muy lejos de eso. Igual que tener un cáncer y que te den las pruebas para dentro de un año.

Así avanza la extrema derecha.

La fuerza está en el grupo!

kosako

Hostia que he empezado a leer el títular y pensé que iban a romantizarlo y decir que está de moda

E

Tiene que estar muy solido el funcionamiento mental de las personas para poder sobrellevar los problemas sobrevenidos y no caer en el sinhogarismo. La causa principal para poder evitarlo es la capacidad mental para adoptar las mejores decisiones en los momentos difíciles. Pero cuando el mundo se le cae encima a una persona es difícil. El haber estado toda la vida viviendo con estabilidad emocional ayuda, pero no siempre.

B

No sé. No creo que este sea un problema que no pueda solucionarse colgándole un par de medallas más a Leonor.

Por otra parte, yo a esta noticia le noto cierto tufillo aporofóbico, si nos atenemos a los altos estándares éticos e intelectuales de Menéame, porque al implicar indirectamente que la pobreza es algo malo o negativo, está dejando en mal lugar a todas esas personas, éticas e inteligentes, que, en ejercicio de sus legítimos derechos, consideran que la pobreza, la precariedad y la desigualdad inmerecidas son circunstancias tan estupendas como para incluso defender como un derecho el poder hacer nacer, y criar, a sus propias proles en ellas, a que sus proles también hereden y les agradezcan esa pobreza, esa precariedad, esa desigualdad inmerecida, ese capitalismo y esa monarquía tanto como esas personas progenitoras los agradecen a sus padres.

Desde esta perspectiva, tener hijos es la manera más clara y evidente (más incluso que meter una papeleta en una urna) en que una persona puede mostrar su aprobación favorable del entorno económico o de las condiciones económicas en que dicha persona hace nacer a esos hijos. Pues ¿qué persona ética e inteligente haría nacer a sus propios hijos en un determinado entorno o circunstancia económica si considerase que ese entorno o circunstancia económica es horrible? Las proles, pues, son las papeletas electorales más rotundas, y por tanto las que más ambiciona el capitalismo, capitalismo que no existe gracias a los capitalistas, sino gracias a los proletarios.

El que es pobre es porque quiere votar capitalismo, monarquía y pobreza, con sus votos y con su prole.

Si los proletarios vasallos españoles quieren arreglar la economía con más niños y con más proletarios vasallos en vez de con menos capitalismo y con menos monarquía, están en su derecho, en su costumbre y en su cultura, y se los tenemos que respetar.

El Reino de España, pues, va bien y está bien como está, y la precariedad, la pobreza, el subdesarrollo, el capitalismo y la monarquía son cultura, costumbres, modas, tendencias, derechos, libertades, preferencias, elecciones, votos e hijos de los proletarios vasallos españoles, y se los tienen que respetar así como ellos, los proletarios vasallos españoles, también respetan las costumbres y culturas ajenas.

Y es que el libro de los gustos está en blanco, y la convivencia en una sociedad civilizada debe consistir en que sepamos respetarnos los unos a los otros las costumbres, culturas, derechos, preferencias económicas, criterios progenitores y principios éticos de cada cual, aunque puedan ser muy diferentes a los nuestros.

Así que no permitáis, proletarios vasallos españoles, que estas noticias aporófobas desvíen vuestra atención y vuestra ética: no renunciéis a pegaros el gustazo de generar otro baby boom para hacer nacer a vuestras proles en la pobreza o la precariedad, y entregarlas al capitalismo y a la monarquía. Porque la natalidad y las pensiones lo necesitan, y porque aunque en un primer momento quizá podría pareceros mal hacer nacer a vuestras propias proles en la pobreza o en la precariedad, cuando vuestras proles alcancen la mayoría de edad también se volverán defensoras del derecho de hacer nacer a sus propias proles en la pobreza, en la precariedad, en el capitalismo y en la monarquía, a que estos hijos suyos (vuestros nietos) les agradezcan todas estas cosas, en forma de pensiones, tanto como vuestras proles os las agradecerán a vosotros, en forma de pensiones, y tanto como vosotros las agradecéis a vuestros padres, en la misma forma. Así que no hay ningún problema con que hagáis nacer a vuestras proles en la pobreza, en la precariedad, en el subdesarrollo, en el capitalismo y en la monarquía, porque vuestras proles os lo agradecerán, en forma de pensiones.

La cultura es la verdadera riqueza, así que dejad en herencia a vuestras proles la rica cultura de la pobreza.

No creáis, pues, a nadie que os diga que hay una guerra económica intergeneracional, o que hay una guerra económica o lucha de clases intrageneracional.

Y recordad que cuando hacéis nacer a vuestras propias proles en la pobreza y la precariedad, no serán los ricos, el capitalismo y la monarquía los que se estén riendo de vosotros, sino que seréis vosotros los que os estaréis riendo de ellos.

Y no dejéis de ponerle medallas a Leonor. Recordad que cuantas más medallas les pongáis a los Borbones, mejor os irá el Reino de España a vosotros, es decir, a ellos, a los Borbones.