La ola de homicidios contra activistas en Colombia se ha intensificado desde la firma del primer acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC. eldiario.es habla con líderes campesinos amenazados y la familia de una de las personas asesinadas. "Casi no salimos al pueblo porque cada vez que se acerca alguien creo que me va a atacar, mis hijos tienen miedo", dice Maribel Lozano, defensora de derechos humanos y esposa de uno de los líderes atacados.
Que artículo más bueno. En uno de los comentarios hay un enlace a la carta que varias comunidades y organizaciones que habitan en zonas de conflicto interno enviaron a Baltasar Garzón intentando explicarle la realidad que allí se vivía:
"Los exparamilitares, en muchas regiones no son exparamilitares, son los mismos que en el pasado operaron y hoy operan con el conocimiento, consentimiento de las brigadas y de la policía Nacional. Somos blanco de su persecución, de sus amenazas, de sus asesinatos y de operaciones de control social territorial que impiden el disfrute de la tierra.
Su control en administraciones locales, su incidencia, se mantiene, se amenaza, se hostiga, se mata, en medio del conocimiento del Estado. Puede ser entonces veraz la expresión en el último informe de abril de la MAPP OEA, según el cual, “Uno de los principales impactos de la desmovilización ha sido la desaparición de las autodefensas como realidad política”.
Lo que se conoce coloquialmente como dejarte con el culo al aire, para servir de diana a unas agrupaciones que no han sido desarmadas ni desarticuladas.
Comentarios
#3 Ya te lo decía yo...
Aquí el problema es Venezuela...
#1 Si las FARC existen a día de hoy precisamente es por Venezuela, país que lea da cobijo y cobertura.
Que artículo más bueno. En uno de los comentarios hay un enlace a la carta que varias comunidades y organizaciones que habitan en zonas de conflicto interno enviaron a Baltasar Garzón intentando explicarle la realidad que allí se vivía:
"Los exparamilitares, en muchas regiones no son exparamilitares, son los mismos que en el pasado operaron y hoy operan con el conocimiento, consentimiento de las brigadas y de la policía Nacional. Somos blanco de su persecución, de sus amenazas, de sus asesinatos y de operaciones de control social territorial que impiden el disfrute de la tierra.
Su control en administraciones locales, su incidencia, se mantiene, se amenaza, se hostiga, se mata, en medio del conocimiento del Estado. Puede ser entonces veraz la expresión en el último informe de abril de la MAPP OEA, según el cual, “Uno de los principales impactos de la desmovilización ha sido la desaparición de las autodefensas como realidad política”.
Lo que se conoce coloquialmente como dejarte con el culo al aire, para servir de diana a unas agrupaciones que no han sido desarmadas ni desarticuladas.