Publicado hace 9 años por --418333-- a es-us.noticias.yahoo.com

En un video que se ha vuelto viral en Internet se ve a Beatriz Páez grabando con su celular la actividad de oficiales del US Marshals Service que realizaban un arresto en una calle de South Gate, una población en el área metropolitana de Los Ángeles. De repente, uno de esos oficiales se acerca a la mujer, le arrebata con violencia el teléfono y lo destruye azotándolo contra el suelo, presumiblemente para impedirle seguir grabando la actividad policial y para eliminar lo ya registrado en el teléfono. Todo fue captado por otra persona...

Comentarios

oso_69

#3 No, no es ilegal por mucho que lo repitáis.

"Puntos clave de la reforma

Revisión con respecto al texto aprobado el 11 de diciembre del 2014 por el Congreso.
1. Por grabar a policía: Multa entre 600 y 30.000€. No se recoge en el texto esta sanción. Sí multa el uso de imágenes de policias o autoridades que puedan poner en peligro la seguridad personal o familiar, entre 600 y 30.000 €. Art. 36.26. (Más legislación [1])"


http://wiki.15m.cc/wiki/Ley_de_Seguridad_Ciudadana#Suavizaci.C3.B3n

D

#9 No te preocupes ya inventará la policía alguna prueba para que así lo sea y como los jueces solo les hacen caso a ellos ... ya estamos acostumbrados a sus técnicas

oso_69

#10 En mi opinión, cuando alguien graba a la Policía cometiendo una presunta irregularidad o delito, lo que tiene que hacer es denunciarlo directa y rápidamente en el juzgado. Si luego la Policía te denuncia a ti, los jueces ya tienen más información para actuar. Está claro que normalmente, al ser tu palabra contra la de ellos, tienen más posibilidades de ser creidos. Pero si eres tú el primero en denunciar partes con ventaja.

D

#12 Ese juicio lo tienes perdido denuncies tu antes o después por lo que tu mismo indicas, el juez siempre creerá al policía antes que a ti.

oso_69

#13 Es un suponer, pero si tú le enseñas al juez un vídeo de un Policía apaleando en el suelo a alguien que no se defiende, y luego ese mismo agente te denuncia a ti por agresión, imagino que el juez se lo pensará un poco. Palabra contra palabra está claro que tienes las de perder, pero con un vídeo como prueba ya es otra cosa.

D

#14 Si el juez admite el video como prueba Han llegado a sancionar a preferentistas por saltar bayas para agredir a policias con ANDADOR.

oso_69

#15 Te advierto que los ancianos pueden ser muy peligrosos, y si encima están tuneados...

Un cuento de Jardiel Poncela

EL DOMADOR Y LOS DOS ANCIANOS[1]


Enrique Jardiel Poncela


Figuraos que era una tarde primaveral, una de esas tardes de primavera que la Naturaleza confecciona “en serie” para descansar de la agotadora superproducción a que desde hace tantos siglos se ve obligada.
Figuraos que yo también paseaba por la calle de Alfonso XII (acera del Retiro) con el famoso domador de fieras Demetrio Mitsgorursky, polaco desde la batalla del Somme.
Demetrio era un hombre serio y grave, como la fachada de un Museo de Ciencias; reía muy de tarde en tarde, y a todo el que le quería oír le decía que “estaba aburrido de divertirse constantemente”.
Pero esto no pasaba de ser una “frase”; en realidad, le encantaba “hacer frases” lo más sensacionales posible.
Y figuraos, por último, que cuando aquella tarde primaveral paseábamos ambos por la calle de Alfonso XII (acera del Retiro) discutiendo sobre la naturaleza del hombre, el domador se apresuró a lanzar su frasecita correspondiente. Y he aquí la frase que lanzó:
—“El hombre es un león con cuello planchado.”
Me pareció una tontería, y así se lo dije. Y Demetrio entonces se detuvo y me detuvo.
—No es una tontería —protestó—. Es una verdad indiscutible.
Me alcé de hombros sonriendo.
—Muchas veces —siguió él— se ha dicho que el hombre es una fiera, pero jamás se ha demostrado, y la cosa ha quedado en el aire, como un vilano o una figura retórica.
—¿Y tú puedes demostrarme que el hombre es una fiera?
—Sí.
—¿Que cualquier hombre es una fiera?
—Sí.
—¿Ahora mismo?
—Ahora mismo. Y no sólo te demuestro que el hombre es una fiera, sino que soy capaz de domarlo en menos de media hora, como domé a “Mustafá”.
(“Mustafá” era uno de sus leones: una criatura verdaderamente encantadora, capaz de hacer encaje de bolillos.)
Desparramé en derredor una mirada. De pronto, al otro lado de la verja del Retiro, a lo largo de la cual paseábamos, descubrí dos ancianos apacibles que charlaban tomando el sol. Lo cierto es que jugué con ventaja, pues a uno de ellos le conocía de antiguo: un hombre de tal bondad, que sólo podía compararse con un ángel de Forli o con un mantecado a la vainilla.
—Aquel anciano —le dije al domador—. ¿Puedes demostrarme que aquel anciano es una fiera?
—Te voy a demostrar que lo es, y que lo es también su acompañante. Antes de diez minutos verás rugir a esos caballeros; dentro de un cuarto de hora espumajearán de rabia, y de aquí a media hora habrán caído domados a mis pies.
Les llamó la atención al través de los barrotes de la verja:
—¡Eh! ¡Pchsss! ¡Eh!...
Los ancianos caballeros volvieron sus rostros, miraron a Demetrio y se miraron entre sí.
Y Mitsgorursky se dirigió a la verja que nos separaba de los dos ancianos.
—¿Le conoce?
—Yo, no. ¿Y usted?
—No le he visto nunca hasta hoy.
—¡Es raro!
El domador siguió en sus gritos.
—¡Eh! ¡Pchsss! ¡Eh!...
Y metiendo su bastón entre los barrotes comenzó a azuzarlos, como hacía en el circo con sus leones.
—¡Eh! ¡Fiera!... ¡Fiera! ¡Eeeh!
Los ancianos se miraron de nuevo y murmuraron:
—Debe de estar mal de la cabeza.
—Sí, debe de estar mal de la cabeza.
Reanudaron su tranquila marcha. Pero Demetrio también reanudó su marcha y sus gritos:
—¡Eh! ¡Fiera!... ¡Fiera! ¡Eeeh!
Unos por el interior del Parque y el otro por el exterior, separados únicamente por la verja, anduvieron seis u ocho metros. Mitsgorursky seguía azuzándolos:
—¡Eeeh! ¡Fieeera!...
Noté en los ancianos un principio de desazón. Uno de ellos susurró:
—¡Qué lata!
El otro dijo con la vista fija en las puntas de sus botas:
—Es sensible que esto pueda ocurrir.
Demetrio, implacable, seguía agitando el bastón por entre los barrotes y gritando:
—¡Fieras! ¡Fieeeras! ¡Eeeh!
La desazón de los ancianos crecía. Uno de ellos declaró:
—Loco o cuerdo, empieza a fastidiarme...
El otro no replicó, pero vi perfectamente que se mordía los labios. Mitsgorursky continuó su trabajo sin perder terreno:
¡Fieeeras!... ¡Eehh! ¡Uuuh, uh!...
Entonces el anciano segundo miró torvamente a Demetrio y gruñó:
—¡Idiota!
—¡Eeeh!... ¡Uh! ¡Fiera! ¡Uuuh!
Y ahora fueron los dos ancianos los que se detuvieron para gritar:
—¡Idiota!
—¡Majadero!
—¡Uuuh! ¡Uh! ¡Fieras! ¡Eeeh! —les azuzó, como siempre, Demetrio.
—¡Idiota! ¡Más que idiota!... ¿Quiere usted dejarnos en paz?
Y el otro anciano clamó:
—¡Cretino! ¡Voy a llamar a un guardia!
—¡Eeeh! ¡Fieeraaaa!... ¡Uuuh! —replicó el domador sin alterarse.
Esta vez hubo un silencio que tenía ya categoría dramática. Los ancianos se detuvieron, tragaron saliva y avanzaron hacia la verja para encararse con Mitsgorursky; llovieron insultos:
—¡Sinvergüenza! ¿No se abochorna de su conducta?
—¡Fieeras! ¡Eeeh! ¡Uh! —dijo Demetrio como si nada oyese.
—¡Bandido! ¡Más que bandido! ¡Voy a salir para que pagues cara tu desvergüenza! —rugió uno de los ancianos enarbolando su bastón y corriendo en busca de una puerta. El otro le siguió.
Pero la puerta estaba lejísimos, y Demetrio corrió también sin cesar de azuzarlos:
—¡Fiera! ¡Fiera!
Se pararon otra vez, rojos, congestionadísimos; la ira hacía sus palabras balbucientes:
—¡Canalla! ¡Cana...! ¡Burlarse de dos...! ¡Perro judío! ¡Si pudiese agarrarte por la garganta!...
—¡Fiera! ¡Fiera! —siguió, tranquilamente, mi amigo.
Los ancianos se agarraron a la verja, gritando, insultando ferozmente a Demetrio, con los ojos saltones y las venas hinchadas.
—¡Fiera! ¡Fiera! —decía él con un ritmo mecánico.
—¡Judas! ¡Ladrón!
—¡Malnacido!
—¡Fieeera! ¡Fiera! ¡Eeeh!
Uno de los ancianos intentó trepar por los barrotes; el otro quiso romperlos a mordiscos, mas no pudieron hacer ninguna de las dos cosas y sus pupilas parecían lanzar rayos; echaban espuma por la boca; un temblor convulsivo, que atacaba sus mandíbulas, entorpecía el buen desarrollo de los insultos terribles que emitían. Daba miedo verlos. Daba más miedo ver a aquellos pacíficos ancianos que a los terribles leones de Mitsgorursky.
Así transcurrieron veinte minutos, al cabo de los cuales el agotamiento pudo más que la rabia y los dos caballeros cayeron al suelo jadeantes: ya no gritaban; sólo se oía en ellos una especie de estertor.
Entonces Demetrio los dejó en paz. Se separó de la verja, se volvió hacia mí y dijo con una sonrisa:
—¿Ves? Eran dos fieras y ya están domados. No me negarás que tenía razón.
Encendimos unos cigarrillos y continuamos nuestro paseo hablando de otras cosas menos indiscutibles.

D

"La ACLU, con apoyo de estrellas del cine y de la música, creó un divertido y muy informativo video animado donde explica con música, humor y datos legales el derecho de las personas a tomar fotos y videos en la vía pública":

rakeliya

No, en España ya no.

Nylo

Pues claro que tenemos derecho. Lo cual no significa que no nos vayan a romper la cámara, meter en un calabozo, y acusar falsamente de haber atentado contra la autoridad, con asunción de veracidad por la parte acusadora.

D

No os habéis leido la ley.

La prohibicion en España no es de sacar fotos, sino de su difusión y sólo si supone riesgo.
Si tu sacas una foto a un policía y la llevas a un juez, no es delito.
Si sacas una foto de policias , la cuelgas en FB para señalar , es delito.

¿ todo claro ?

D

#5 jajaja. O eres policía o no te has cruzado con uno en tu vida.

D

#7

Yo me remito a lo que pone la ley

D

#8 a aplicar con el criterio del policía? Si no ves que esta ley dificulta poder grabar a la policía en sus actuaciones leetela otra vez.

D

En España te quedas sin móvil y te llevas una multita de recuerdo. Y si miras mal como esa mujer atentado a la autoridad y resistencia.