En un insólito episodio ocurrido en una estación de Cercanías en Bilbao, un grupo de vecinos, algunos de ellos octogenarios, se enfrentó a varios grafiteros que estaban vandalizando un tren con esprays de pintura. Los vecinos, hartos de la situación, no dudaron en plantar cara a los delincuentes, quienes actuaban con la cara tapada para evitar ser identificados.
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